Capítulo 6

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Sheila's P.O.V.

Megan me había sacado seis fotos, de las cuales le mandó solo una a Jade. Al segundo, recibió un mensaje de mi mejor amiga diciendo que el vestido era perfecto y que me veía hermosa.

La vuelta a casa se hizo rápida. No hablamos del extraño momento en el que James casi me comía con la mirada.
Megan, como siempre, conversaba a los gritos, con esa aguda y molesta voz. No obstante, me empezaba a caer bien. No era una mala chica; probablemente los defectos en su personalidad eran culpa de Alissa. Esa sí que era una mala influencia.

Sí, culpa de la zorrita.

-Llegamos.- dijo Megan sonriéndome.- Espero que disfrutes tu fiesta. Obviamente, vamos a ir.-

-Sí.- me habló James, finalmente.- Buena vista tendremos con la cumpleañera de diecisiete.-

Rodé los ojos. Parecía el piropo de un camionero. Malísimo.
Saludé y me bajé del auto. Entrando a mi casa, vi a mi mamá trabajando.

Qué raro. (Nótese el sarcasmo)

-¡Ma, llegué!- grité desconcentrándola.

-Hola, Shei.- respondió sin mirarme.- ¿Qué tal tu día?-

-Genial... Ya tengo el vestido. Es hermoso.- dije sin importancia, a sabiendas de que ella no reaccionaría interesada.

-Qué bueno, Shei.-

Les dije.

No la culpaba. Tenía mucho trabajo. Subí a mi habitación a bañarme y dormir. Ni siquiera comí, hoy no tenía hambre.

***

El despertador empezó a sonar. Todavía medio dormida, lo apagué.
El problema era que me volví a dormir.
Luego de una hora, volvió a sonar.

Mierda. Son las 7:55.

Entraba a las ocho en punto a la escuela. De todos modos, iba a llegar tarde.
Pero mejor tarde que nunca, ¿no?

Me preparé rapidísimo y salí corriendo.
Sabía manejar, así que me fui a la escuela en uno de los autos.

Entré a la clase de Historia, a la cual también iba Jade. Al abrir la puerta del salón, noté que no había nadie, solo el profesor. Lo miré confundida creyendo que me había equivocado de aula.
No me juzguen, estaba apuradísima.
Estaba por pedir disculpas e irme, cuando del armario salieron unos treinta alumnos cantando "feliz cumpleaños". Incluso el profesor cantaba y aplaudía de una manera ridícula.

Sonreí sin saber qué hacer, esperando a que terminen.
Finalizaron y creí que se volverían a comportar normal, hasta que se lanzaron encima mío.

¡Dios! Espero que en la fiesta no hagan lo mismo.

***

El día pasó rápido. Llamé a Jade y a Megan para que vinieran a maquillarme y peinarme para la fiesta.

Espero que lleguen rápido. Estoy tan nerviosa.

-Sheila, llegaron tus amigas.- gritó mi madre desde abajo.

¿Megan mi amiga? Ella no era tan mala, pero por culpa del grupo en el que estaba, no podríamos ser amigas.

Sí, suena estúpido. Pero tener que soportar a Alissa o a James debe ser muy agotador, incluso aún más tener que soportarlos a ambos.

-¡Ya voy!- respondí gritando igual de fuerte que mi mamá.

Bajé corriendo para abrir la puerta. Detrás de esta, estaban las chicas con un enorme maletín. Seguramente, estaba lleno de maquillajes.

-Hola, linda.- dijo Jade.- ¿Lista para prepararte?.-

Asentí emocionada. Esta era la primer fiesta a la que asistía. Y lo mejor de lo mejor: era MI fiesta. La fiesta de cumpleaños de Sheila Álvarez.

-Debes lucir divina para James.- dijo Megan guiñándome un ojo. Y luego, se echó a reír.

Fruncí el ceño y negué con la cabeza.

-¿James?- preguntó Jade.- ¿De qué me perdí?-

-Nada, Megan y sus estupideces.- Dije pronto.

Sinceramente, ni siquiera yo sabía a qué se refería. Quería disfrutar mi fiesta.

¡A BAILAR Y TOMAR HASTA QUE SALGA EL SOL!

Jade's P.O.V.

Estábamos arreglando a Sheila. Megan la maquillaba y yo la peinaba. No era experta en peinados, pero hacía todo lo que podía.
Al lavarle el pelo, le apliqué baños de crema, ampollas nutritivas y otros productos que había comprado para ella. Luego, le sequé el pelo y se lo alisé. Para finalizar, le hice ondas en las puntas.

Dios, desearía tener ese pelo. Te serviré para siempre si me concedes ese deseo.

El maquillaje que Megan le había hecho, era perfecto. Las bases lograban su color natural, pero tapando imperfecciones (igual, Sheila casi ni tenía). La sombra de ojos combinaban tonos dorados. Las pestañas, las cejas, la nariz, los labios... a todo Megan le había puesto algo que la hacía lucir perfecta, pero natural.

-¿Pueden dejar de mirarme y decirme algo?.- dijo Sheila sacándonos a Megan y a mí de la vista de su rostro.

-Lo siento.- dijo Megan.- Es que estás hermosa.-

-Lo mismo digo.- dije yo.- ¿Lista para la reacción de James?-

¿Qué idiotez acabo de decir?

-Yo...- me apresuré a decir.- estaba bromeando.-

-Lo sé, amiga.- dijo Sheila.- De todos modos quiero ver la reacción de otra persona.- agregó parándose a nuestro lado.

¿Reacción de otra persona? Pues, qué bueno... Ya era hora de que Sheila se fijara en alguien, ¿no?

-Pero voy a necesitar su ayuda para poder ver a esa persona.- finalizó Sheila.

Mi vida soñadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora