Capítulo 3

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Menos mal que es sábado, tengo una cruda, bueno no, cruda no, solamente jaqueca, prendo mi Iphone y me meto a Messenger, que aburrido, mi agenda me recuerda que hoye tengo una cita (otra vez).

Me levanto a bañar, me cambio, me arreglo, y me pongo en marcha a Plaza Delta, como anhelo una paleta de hielo gigante de Chilim Balam.

No lo veo, quedamos de vernos frente al cine, me siento a esperar, pero no lo veo, será mejor ir por mi paleta, se me hace agua la boca, creo verlo en la caja, guapo de ojos verdes, mm, dudo que se trate de él. Le pago a cajera y me distraigo con el sabor de mi paleta...

- ¡Albania? – volteo, es él, me acerco.

- ¿Cómo conoces mi nombre? – digo tartamudeando

- ¿no me reconoces? – dice exaltado.

- No, ¿tú eres...? – digo confundida.

- Sébastien –

- ¿Sébastien? – digo emocionada y corro a sus brazos, tantos años hablando por facebook y viéndonos por skype, que apenas me es posible creer que lo estoy abrazando y el a mí. Fuimos a comer, vimos una película, nos quedamos toda la tarde en la plaza. Son las ocho de la noche, la noche aún es joven pienso.

Me lleva a mi departamento, nos despedimos con un beso, subo hasta mi cuarto, salgo al balcón y sigue ahí recargado en el bocho del vecino, me voltea a ver y me manda un beso, lo tomo con la mano y lo pongo en mis labios, yo también le mando un beso, el lo toma y se pone la mano en el pecho. Le digo adiós con la mano, me voy hacia mi recamara, Nina tiene hambre, le doy croquetas, suena mi teléfono.

- Bueno

- ¿Habla la asistente más hermosa del mundo? –

- Mmm si, y ¿me habla la URSS? –

- Así es –

- ¿Qué pasó mi Bühler? - ¿Cómo estás? – Bien ¿y tú? – Muy bien, gracias, oye ¿tienes algo que hacer mañana?

- no, ¿Por qué?

- Porque quiero invitarte a salir. – Lo pienso un segundo – okay, está bien. –

Al día siguiente Urs y yo quedamos de vernos frente a Bellas Artes, estaba muy entretenida tomando fotos y tomándome a mí, amo las selfies, cuando lo vi llegar con un ramo de rosas rojas.

- Me sorprendiste – le digo tomándolas rosas de su mano, el sonríe, yo no puedo evitar ponerme nerviosa y le doy un beso en los labios, recorrimos todo el centro, nos tomamos fotos y hasta fuimos a un concierto... comienzo a preguntarme si es él y si es ahora.


Desastre (Adagio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora