Desastre (Adagio)

Capítulo 10

Ya nos conociamos - dice Sebastien dirigiendose a Laurent, mientras cenamos en su departamento, no puedo creer que haya salido como loca a buscarlo. Entro en el dormitorio y me cambio la pijama, recuerdo que Se mencionó una vez algo sobre un departamento en París pero jamás me pasó por la cabeza algo así, que fuesen amigos. Miro por la ventana, y echó de menos a Urs, siempre he odiado esa parte de mí, ser tan nostalgica. Extrañar tanto a alguien que te enseñó tantas cosas, tomo mi teléfono y decido escribirle a Urs, nada extraordinario, solo son mis sentimientos. Decido irme a dormir, cansada, con sueño y como si pareciera exageración si no estuviese tan cansada, se que me habría quedado la noche en vela pensando en ti.

[Narra Laurent]

No puedo creer lo que pasó, le dije que la amo, y ni siquiera le di la oportunidad de escucharla, me limite a salir huyendo por la puerta, es necesario que hablemos, necesito que ella sea mía. Antes de llegar sostuve una charla por teléfono con Isabel, donde me asegura que Albania siente lo mismo por mí, y no puedo seguirle mintiendo, pase lo que pase, la veo dormida, se ve tan hermosa. Suena mi teléfono y la respiración se me agita.

-Agente Bán, lo hemos localizado, a usted y a su bella durmiente, ¿que tal España? - me muerdo un labio - Ni aunque se esconda en el fin del mundo va a lograr huir de nosotros, ¿dónde está su FBI ahora? - ¿qué es lo que quieren? - pregunto nervioso - queremos a la chica - nunca.-

-No hagas esto más difícil, ¿tengo que recordarle lo que le pasó a su esposa? -

-Albania no - digo gritando al tiempo que aviento el teléfono contra la cama.

[Narra Albania]

Despierto sin ganas de hacer nada, como últimamente ha sido mi costumbre, sin gana tiendo la cama, miro a Laurent en el sofá, pobre de él, tiene mala cara y sostiene algo en las manos, una fotografía, es una chica muy linda y rubia, giró la foto, al reverso dice su nombre, Geraldine, su nombre es Geraldine, o era.

Me visto a toda prisa, se que no debería sentirme así, pero me duele, cada mentira, cada palabra y sonrisa fingida, me pregunto si no fingirá sus sentimientos también, salgo molesta y le marco a Sebastien, me pregunto si tendrá algo que ver con esto.

Albania

Hola Seb, necesito preguntarte sobre la esposa de Bán, ¿puedes ayudarme?

Linda, perdona, pero no puedo decirte nada, no soy quién, si te sirve de algo visitar su lápida...

De acuerdo ¿dónde está?

No tuve que caminar mucho de dónde me encontraba, fue muy fácil hallar la lápida como si estuviese aguardandome o como si alguien estuviese mirándome, me agacho para poder platicar en el instante en que siento como unas manos me tapan la boca y me arrastran hacia una camioneta.