Capitulo 7

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Pov Anastasia

Tengo frente a mi a Joseph Mars, el hombre que me salvo de ser asaltada aquella noche, el mismo con el que he compartido muchas cosas, incluyendo mi cama y mi corazón... si mi corazón, porque en el poco tiempo que llevó conociendolo me enamore de el, en tan solo una semana se convirtió en alguien muy importante en mi vida y ahora descubro que me engaño de la manera mas vil, fingió ser otra persona, tener otra edad y ahora lo conozco con su verdadera identidad, nada mas y nada menos Christian Grey el "hermanito" de mi mejor amigo y jefe.

Lo veo acercarse a mi y quisiera  gritarle que no se acerque, que se detenga... pero es imposible cuando todos los presentes en la sala están atentos a nuestro saludo, al llegar frente a mi, el olor de su perfume me embriaga, me siento nerviosa como la primera vez que lo vi, nuestras manos se unen en un cordial saludo y siento como mi cuerpo se estremece.

- Mucho gusto Christian,- digo con ironía mientras el niega disimuladamente.

- Lo mismo digo Señorita Steele,- aprieta mi mano y su mirada es una suplica desesperada y en realidad no entiendo porque, se sienta a mi lado y su cercanía me afecta pero intento que la copa de exquisito vino e intento que la amena conversación que hay en la sala me distraiga.

-  Mía cuantos años  tienes?- digo de lo mas calmada mientras bebo de mi vino.

- Quince,- dice animada,- Luego te enseño las fotos de mi fiesta.

- Me encantaría,- digo,- Y Christian cuantos tiene?,- intento no demostrar mucho interes pero esto es algo que necesito saber.

- 17 acabados de cumplir,- dice Elliot,- Por eso solo trabaja media jordana en la constructora cuando sale del colegio,- " Oooh por Dios" 17 años, trago en seco, es un menor edad, puedo ir a la cárcel por esto nos miramos al mismo tiempo y no lo puedo creer.

- Pero solo en edad,- dice Carrick orgulloso, lo miro con curiosidad,- Es muy responsable, protector, aplicado, trabajador y seguro de si, muy maduro, honesto...- levanto una ceja, también un gran mentiroso.

- Eso esta muy bien,-digo sin que se me note la ironía.

- Ana, tienes novio?- dice Grace.

- No,- digo sin mirarlo y se remueve incomodo a mi lado.

- Que lastima que una chica tan bella e inteligente este sola, pero ya llegara el indicado para ti,- dice con una sonrisa, si tan solo supiera que ya llego, esta sentado a mi lado y es su hijo menor.

- Yo tampoco,- dice Mía haciendo un puchero, su padre la reprende,- Pero Christian si.

- Mía callate,- dice el incomodo.

- Es verdad, te he escuchado decirle " dulces sueños princesa" " te extraño" " hoy nos vemos" su voz es muy melosa,- eso es lo que me dice a mi,- Christian esta cambiando no lo han notado?- dice por primera vez en todo lo que llevo aquí dice algo con seriedad.

Todos en la sala están sorprendidos, Grace y Carrick están con unas sonrisas en sus labios, Elliot parece sorprendido y Kathe me mira de manera interrogativa, pero me asalta la duda a que se refiere con cambiando.

Grace nos informa que la cena ya esta lista, vamos hacia el comedor y para mi mala suerte el se sienta a mi lado, nos sirven chuletas de cerdo agridulces con vegetales y vino tinto, Carrick le pregunta a Elliot sobre los nuevos proyectos que tiene y le cuenta acerca de mi trabajo.

- Ana es una excelente arquitecta el único inconveniente es que cuando Ana llega a las construcciones con sus vaqueros ajustados todos dejan de trabajar y se concentran en ella,- Kathe le pega en el hombro y todos ríen mientras los nervios me invaden cuando la mano de Christian recorre mi pierna haciendo que todo mi cuerpo se estremesca, disimuladamente llevo mi mano bajo la mesa y lo detengo, lo miro y sonrie de lado, pero en estos momentos quiero hacer todo menos reír...

Cuando terminamos de cenar vamos todos a la sala a comer el postre, pero yo necesito ir al baño, Grace me explica como llegar, al final del pasillo, segunda puerta a la derecha, después de hacer mis necesidades, lavo mis manos y mientras lo hago me miro en el espejo y me encuentro con el reflejo de una mujer engañada, herida y enamorada de un menor de edad, una solitaria lágrima rueda por mi mejilla sin que la pueda detener.

- Por que me hiciste esto?,- susurro, escucho la puerta abrirse y cuando levanto la vista me encuentro con el causante de mi dolor.

- Princesa no llores,- dice e intenta acercarse.

- No te me acerques,- digo dandome la vuelta.

- Por favor Ana, deja que te explique,- dice con voz entrecortada.

- Que me vas a explicar Joseph? No perdon Christian,- digo ironía y muy enojada,- Te divertiste mucho mientras te creías ser otra persona? Que fui para ti? Por que me engañaste de esta forma?

- Anastasia yo...- lo veo dudar antes de hablar, seguro buscando que inventar.

-  Sabes, realmente no me interesa,- lo interrumpo,- Solo te pido te alejes, no me busques, no me llames, olvidate de mi.

- Eso es imposible y lo sabes.- dice acercándose a mi, pero lo detengo levantando mi mano.

- Si no quieres que yo tenga problemas con la justicia, con tus padres y con Elliot alejate de mi por favor,- digo y camino hacia la puerta, me agarra por el antebrazo y me pega contra la pared, me mira por unos segundos antes de besarme de manera voraz, al principio intento poner resistencia, necesito ser fuerte pero muerde mi labio inferior y esa es mi perdición, llevo mis manos a su cuello y le sigo el beso hasta que nos separamos por falta de aire, acaricia mi mejilla mientras intento hacerle llegar aire a mis pulmones, cuando ya estoy calmada abro los ojos, lo miro a los ojos y me pierdo en el gris de su mirada.

- Dame la oportunidad de explicarme,- dice.

- Esa oportunidad la perdiste el día que decidiste mentirme, esto se termino,- salgo de su abrazo y me dirijo nuevamente a la puerta, salgo del baño y por suerte no había nadie en el pasillo, me miro en uno de los espejos de pared, arreglo mi pelo, mis labios estan un poco hinchados ojala nadie lo noté, vuelvo a la sala y por suerte nadie me pregunta porque tarde tanto, media hora después nos despedimos pero el nunca volvió aparecer en la sala...

Kathe me deja en mi casa y deja pendiente la invitación para ir a comer al día siguiente, abro la puerta y al entrar al apartamento mi mente es bombardeada por miles de recuerdos, una fuerte opresión se instala en mi pecho y las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas, mientras me repito mil veces...

- Por que?...

Vida NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora