Harry.Desperte un poco estresado por tanto trabajo que hemos tenido los chicos y yo y estoy agradecido que los chicos sean buenos trabajadores, eso me agrada de ellos. Me senté en mi cama mirando a la nada aún tenía sueño pero tenía que arreglarme para ir a trabajar, en todo este tiempo que tenemos trabajando Louis y yo no hemos podido dormir mucho como quisiéramos. Me puse de pie y camine hacia la ducha tomando la toalla de pasada cerrando la puerta de tras de mí .-: ¡HA! Mierda.- talle mis ojos ya que me había entrado jabón a mis ojos, salí de la ducha enrollado en la toalla de dejando ver mi V entre a mi habitación a cambiarme, hoy debía ir a una reunión con los del F.B.I. Los Ángeles. Tome mi traje negro y mis botas negras, se podría decir que iba todo de negro, hasta la camisa y corbata negra. Salí de casa y subí a mi automóvil y lo puse en marcha hacia las oficinas de Londres dónde nos veríamos todos.
—¿acaso eres un agente secreta Styles?— Dijo Louis a mis espaldas. Lo mire y le regale una sonrisa, extendí mis manos hacia los lados para que pueda ver mejor mi atuendo.
— Del FBI, Tomlinson. Aunque no estaría para nada mal ser un agente secreto ¿no lo crees?—
—vas a traer loca a puras chicas de dieciocho años con esa vestimenta. —
—no estaría mal una de esas Louis. —Dije en Broma— Mientras que no sea como la amiga de tu primo Liam..—chasqueo los dedos para recordar el nombre .—
—¿Jasmine? ¿Kiani?—Hablá Louis para ayudar a recordar.
—Kiani. Esa chica es una pesadilla. Sabes que las mujeres me interesan un poco más grandes que yo, no me gustan caprichosas. — Dije con disgusto.
Entramos a la oficina donde sería la reunión con los agente de California tomamos asiento éramos al rededor de quince personas, Louis se sentó a lado mio, llegó nuestro Jefe y tomó asiento en una de las esquina de la mesa. La reunión empezó y no era lo que me esperaba.
—Señores. Quiero presentarles a mis nuevos mano derecha en este trabajo, ya saben, estoy un poco grande, y quiero retirarme no por completo. Mi doctor me lo recomendó, estaré aún en el trabajo pero Louis y Harry son unos excelentes trabajadores que no puedo expresar todo lo que han hecho por la ciudad y otras partes. — La voz de nuestro Jefe sonaba aliviado.
Mire a Louis y el no podía parar de sonreír su rostro estaba lleno de emociones, no sabía que decir, eso me daba risa de el. Empezaron aplaudir Louis y yo nos pusimos de pie y agradecimos por esta dicha noticia, grandiosa noticia. Finalizó la reunión, hablamos de proyectos y operativos que tenemos que hacer y de esta dicha noticia inesperada para Louis y para mí.
—¡Gracias Dios por esto! ¿Dime Harry no estas feliz por esto? —
— por supuesto que sí, siempre quisimos esto y miramos, a poco plazo logramos estar en este puesto. El nos cree capaz de hacer esto y esta en mejores manos Tommo —
Louis subió su auto como un niño mimado, y yo al mío. Puse en marcha mi auto y me dirigí hacia mi departamento.Kiani.
—¡Basta papá! — grité dejando sin aire mis pulmones, del horror que tenía al frente.
Tome a Elisa y la encerré en el closet, ella lloraba desconsoladamente. Cerré la puerta y baje corriendo para ayudar a mi madre que estaba agarrada por mi padre a golpes, tome de los hombros a mi padre y lo tire hacia atrás no se de donde salió esa fuerza, pero tenía que sacar de ya a mi madre y mi hermana de esta casa. El me miró y me fulminó con la mirada su mano derecha chocó con mi mejilla bruscamente tirandome al suelo, el seguía gritándole a mi madre mientras seguía golpeando a mi madre, corrí a la cocina busque en los cajones algo conque defenderme, un cuchillo. Lo tome y salí a la cocina y me pare al frente de el apuntándolo en la garganta, la punta del cuchillo tocaba su manzana de Adán. El me miraba y luego al cuchillo, el sabía que sería capas de degollarlo, el se apartó con las manos a lado.
—toma tu sucia chaqueta y larga te de aquí. Ahora mismo.— mi voz en ronquesida, estaba llena de ira. Rabia. Enojo. El se dio la vuelta y con el cuchillo lo empujaba hasta donde estaba su chaqueta, trató de tomar las llaves del carro viejo que teníamos pero el cuchillo se clavo más en el y el las soltó dejándolas caer en el piso y salió de la puerta, cerré la puerta de un azote y le puse seguro, baje el cuchillo y me recargue en la puerta dejándome caer al suelo, tome un largo suspiro, abrí los ojos y mi madre seguía tirada ahí me levante corriendo hacia con ella clave el cuchillo en la mesa pequeña que teníamos en una esquina, la ayude a levantarse y a limpiar su piel reventada ella se sentó en el suelo y empezó a llorar cubriéndose el rostro.
—No mamá, no llores, ese señor no merece tener a una bella mujer como tu y unas hijas como nosotras. — ella no me miraba, tome sus brazos y la sacudí hasta que su vista se posó en mí — ahora escuchar, iras a tu habitación tomarás tu ropa y la vas a meter en una maleta, yo haré la mía y de Elisa, no podemos seguir viviendo aquí. No con el, no más. — mi voz empezaba a quebrarse.
Ambas nos pusimos de pie y subimos a arreglar nuestras maletas para irnos, llame a mi abuela si podía prestarme un poco de dinero para irnos de ahí, le conté todo lo sucedido de tiempo atrás hasta ahora, ella no dudó en mandarme dinero.
—Estamos listas Ki.— se escuchó la voz de Elisa por el corredor.
— enseguida voy para ayudarlas a subir las cosas en el auto — mi voz aún sonaba débil.
Aguarde la última cosa en mis maletas, baje ambas del colchón de la cama vacía, desnuda, triste de veía esa cama. Baje las escaleras hasta el auto modelo viejo color gris, era viejo pero estaba en buenas condiciones aún, subimos las cosas al auto, era la tercera vez que usaba el auto de mi padre, la primera vez que lo use me detuvieron por ser menor de edad, la segunda vez por ir en exceso de velocidad. "Esperó que esta vez no me detengan por mentar madre a la gente que no se apure en conducir." entre al auto frente al volante color Negro, mire al radio y lo Prendí, mamá y Elisa entraron del otro lado, nos pusimos el cinturón de seguridad y Prendí el auto. El sonido del motor me relajaba, puse en marcha el auto fuera de esa casa, de ese lugar. Era al rededor de las cinco de la tarde, no tardaba en obscureciere. El día llevaría su fin, sin embargo; no puedo decir que mañana sería un excelente día porque no será así, tal vez mejor que hoy, pero no llegaría a decir que mi día estuvo perfecto. Me detuve al frente de un cajero, baje del auto y me acerqué a la máquina para sacar el dinero que la abuela había mandado, mando un poco más para comprar poca comida, pero mi madre tuvo la excelente idea de llevarnos la comida que ella compró con "Mi" dinero, al menos con esa comida tendríamos para una semana y media. Subí al auto y conduce hasta un edificó viejo, estaba un poco en mal estado, las calles no era lo mejor que había, tenía árboles en todos lados, eso era bueno, a lado del edificio había contenedores de basura, al frente del edificio había casas, una tienda en una esquina, a media cuadra estaba unas canchas, cerca estaba la parada de autobuses, estaba cerca del centro de la ciudad, cerca del supermercado, de tiendas de ropa y de la escuela de Elisa. Estacione el auto al frente del edificio, bajamos las tres del auto. Hacia un poco de frío, mamá abrigo a Elisa mientras tomaba de su mano, abrí la puerta trasera para bajar unas maletas y poder subirlas, yo llevaba dos, mamá dos y Elisa unas bolsas de comida, subimos las tres al tercer piso, los pasillos eran pocos anchos sólo las escaleras eran angostas. "209" el número parecía ser color dorado, pero a base del tiempo se fue perdiendo el color, mire a mamá como miraba a su al rededor.
—debo ir a bajo, iré a pedir la llave de la casa. No tardo. — hable como si fuera un murmullo. Mamá sólo asintió y esperaron ambas ahí. Baje corriendo hasta el primer piso y me presente con la señora que se encargaba del edificio, es una vieja agradable, le entregué el dinero del mes y tome la llave y subí con mi hermana y madre. Abrí la puerta y el departamento no estaba desagradable, no era grande pero lo suficiente amplia para las tres, el diseño de la casa era con un gran ventanal dejando ver a través de las casa, se podía ver que detrás de la casa hay un parque transitado. Entramos a ver las habitaciones uno color azul y el otro color beige.
—Mamá, me gusta el azul ¿puedo que dármelo?— dice Elisa admirando la habitación.
—¿Porque no dejamos que tu hermana escoja?— habla mamá.
—el beige me gusta más. Tiene bonita vista, y bueno, en la azul tiene cama y en el otro un sillón, no me importa dormir en el sillón, ustedes son dos y deben dormir más cómodas. — dije
Mi madre asintió y yo le regale una sonrisa a las dos. Bajamos mamá y yo por las demás cosas, deje mis dos maletas a lado de mis tres cajas con mis pertenencias. El piso de la habitación era de madera obscura, el sofá que estaba ahí era color blanco a lado había un buró pequeño con dos cajones, y arriba tenía una lámpara antigua «Muy bonita debo decirle» subí una caja en el sofá, la abrí y saque una fotografía mía y de Jasmine y al otro lado una fotografía de mi madre, Elisa y yo. Conecte la lámpara y la Prendí, acomode unos libros ahí mismo en el buró, saque mi ropa y la acomode en el closet amplio que tenía la habitación, termine de acomodar pocas cosas, como mi espejo en la pared, mis pocas bolsas en un pedestal, aguarde mis maletas junto con las cajas en el closet. Entre a la habitación de mi madre para pedirle unas sabanas, entre a mi habitación y extendí una sabana en el sofá y una almohada y otra sabana para cubrirme si tenía frío.
—ya ordene mi habitación. Creó qué iré a tomar un poco de aire ¿estarán bien? —
—claro, no llegues tarde, no conocemos este barrio y puede ser peligroso de noche.— la voz dulce de mi madre retumbaba en mis oídos.
—temprano estaré aquí. —
Tome mi chaqueta de mezclilla, tome mi celular y salí de casa. Baje rápido las escaleras y salí corriendo del edificio hasta que mis pies no pudieron más deje de correr, caminaba por las calles del centro de Londres, sin rumbo alguno, cruce hacia un parqué me senté en una banca mirando a los niños jugar con burbujas, a la soga, a los juegos de ahí, era diversión, sin preocupaciones, sin necesidad de algo, sólo de jugar y estudiar. Me levante de la banca y empecé a caminar, mi nariz estaba roja, mis ojeras rojas junto mis ojos hinchados de llorar, mis labios temblorosos, estaba caminando por el pavimento cuando un carro negro, vidrios polarizados de detiene al frente de mi, trate de caminar más rápido pero el me seguía a mi paso, me detuve y el se detuvo, me di la vuelta para saber quien era quien me seguía bajo el cristal y un rostro con unos lentes oscuros, labios rosados natural, un cabello castaño ruloso me miraba. El estacionó el auto y bajo del auto ya pude ver de quien se trataba.
— Oficial. — saludé.
— ¿a donde iba?— me interrogó.
— sólo salí a caminar un rato ¿y usted? ¿Viene a llevarme a la cárcel? O ¿interrogarle si se algo de Jacob que usted no sabe? Si es as...—
—la invitó un café, parece que lo necesita. Hay uno por aquí cerca, puedo dejar el auto aquí ¿le parece?— interrumpe lo que estaba por terminar de decir.
—no estoy para un interrogatorio. — dije de mala gana.
—Solo la invitó. Como amigos, nada de trabajo por ahora. Lo juró. —su voz suena segura.
Lo miró unos segundos y veo como su manzana de Adán sube y baja por su garganta. Acepte ir con el.
Caminamos media cuadra y llegamos a una cafetería, nos sentamos en unos sofás color cafés en medio había una mesilla con un florero con flores lilas con rosa, llegó una chica para tomar nuestra orden, harry pidió por ambos café con crema un poco dulce para mi.
—¿porque llora señorita Kiani?.— le dio un sorbo a su café.
—no lloraba. Tengo alergias. — mentí.
—así, alergias. —dijo en sarcasmo.
— problemas en casa Oficial. — admitía.
—¿que sucede en casa?— harry dejó la taza en la mesilla y su rostro cambio de expresión, sus ojos se obscurecieron, su mandíbula se tenso. Sus ojos vagaban en busca de una respuesta en mi.
Quede callada, no podía decirle que estuve apuntó de apuñalar a mi padre o degollarlo si no soltaba a mi madre y se marchara, el me metería a la cárcel por amenaza y a el por daños familiar. —: Rebeldía mía. Ya sabes, la adolecencia te hace a hacer cosas alocadas. — mentí.
—Mientes.— se toma un minuto.— Soy un Oficial, soy nuevo jefe del FBI, si pasa algo grabe en tu casa, no dudes en decirme qué. Tal vez tu vida esta en riesgo, bueno, ya lo esta con esas carreras de motos dime ¿aun vas?— la voz de harry sonaba interrogante.
—Claro Oficial. —
Harry sacó dinero para pagar los cafés y sacó una tarjeta color negra con letras blancas.
"Agente. Harry Styles Cox.
Número telefónico ______."Una sonrisa se formó en mis labios sin mi permiso, aguarde la tarjeta en mi vaqueros. Nos pusimos de pie y lo acompañé hasta su auto, el insistió en llevarme hasta mi casa.
—no voy a insistir de nuevo, sube al auto, ya. — su voz sonaba autoritaria.
Me negué, el tomó mi brazo y me subió a su auto, estaba por Salir cuando el ya estaba adentro y puso el seguro de ambas puertas y puso en marcha el auto. Le dije donde era mi nuevo hogar, le dije que se detuviera una cuadra antes, baje del auto y fingí entrar a un edificio, espere tantito para luego salir corriendo de ahí y correr al edificio donde estábamos.
Subí corriendo al tercer piso y abrí la puerta y me adentre rápido fatigada. Mi madre salió de su habitación en bata mirándome un poco preocupada, se acerca a mí.
—¿estas bien? ¿Porque vienes así?— su voz preocupada se hundía en mis oídos.
—estoy bien, sólo que me vine corriendo desde el parque. — me aclare la garganta.
Entre a mi habitación y me puse mi pijama después de una larga ducha, me senté en el sofá blanco de mi habitación y cubrí mis piernas, tenía la lámpara encendida mientras apoyaba mis manos en mis rodillas y miraba hacia la ventana con la vista hacia la Calle con árboles y luces, y el cielo hermoso. Levante el pequeño pedazo de cartulina hacia mis ojos, repetía el nombre que decía ahí.
"Harry Styles. Hermoso nombre. Hermoso chico. Hermoso Oficial."
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Hey Ángel.h.s
Fanfiction-si no tienes tiempo de salir, no hay problema harry.- -no, saldremos.- dije sosteniendo mi palabra. -pero, tienes cosas que hacer harry.- -tengo mis prioridades Kiani.- dejaria todo por estar al menos 15 minutos con ella, es hermosa, fragil, aunque...