(15-01-17: #13 en terror)
Si has llegado hasta aquí eres unos de los míos.
Si lees las historias sol@, en completa oscuridad y antes de dormir, eres un@ crack. (Aunque tal vez después de leer mis historias, no vuelvas a sentirte sol@...)
Adam: Mia, no existen los espíritus, fantasmas ni nada de esas chorradas.
Mia: Vamos a ver Adam. El viernes hicimos una sesión de ouija. El vaso se movió del tablero. Tu juras no haber sido tu, y yo sé que yo no moví el puto vaso. ¿Entonces quien fue?
Adam: Habrá sido Lea...
Mia: Lea está muerta, Adam. Murió justo el día siguiente de usar una ouija.
Adam: La muerte de Lea no fue provocada. Ya escuchaste al oficial. Le podría haber pasado a cualquiera.
Mia: ¿Ah sí? ¡Entonces cómo coño le faltaba el corazón a Lea? No me digas, ¿Ella misma se lo quitó, no?
Adam: YA BASTA MIA.
Mia: Deja de hacer ver que no sucede nada.
Adam: ¿Y qué está sucediendo?
Mia: Lea, nos dijo que vio a unas chicas diabólicas en camisón en unos selfies que se hizo. Justo después de jugar a la ouija.
Adam: Yo revisé su teléfono, y no vi nada.
Mia: Dame un momento.
Adam: ¿Qué vas a hacer?
-Activé la cámara frontal del móvil. Examiné toda la habitación a través de la cámara. No vi nada.
Sin querer me saqué una fotografía. Algo me decía que debía mirar la foto recién hecha. Pude ver algo blanco flotando detrás de mí. Asustada, desactivé la cámara frontal, y puse la trasera. De seguida apunté hacia mis espaldas. De nuevo no vi nada. Caminé por mi departamento. Entonces, algo me hizo tropezar y caí al suelo. Sentí un gran escalofrío que recorría todo mi cuerpo. Agarré mi teléfono aún tirada en el suelo, y enfoqué delante de mí.
Lo último que vi en vida, fueron tres niñas. Ellas acabaron conmigo. Lo peor es que entre ellas estaba Lea. Ahora soy una de ellas.
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Hasta que no arrebate tres vidas, no seré libre. Y lo peor de todo, es que él próximo es Adam... mi hermano.
