Terror

¿Un pacto de verdad?

SOMOS PUESTO#15 de TERROR EN WATTPAD. GRACIAS!
Para agradeceros, vuelvo con otras de mis historias. 100% mía.
Espero que os guste;

La siguiente historia, no trata de seres paranormales, ni vampiros, ni monstruos. En la siguiente historia demostraré que el terror también se puede esconder en un cuerpo humano.
(Perdonen las faltas y la mala calidad de las fotografías...)

Simone, era madre viuda de dos chicas y un varón.

Nicole tenía dieciséis años, Alana estaba a punto de cumplir dieciocho y el pequeño Dylan tenía trece.

Esa humilde familia eran completamente felices hasta que, hace un año, justo el día del cumpleaños de Alana, murió el padre de los pequeños y a la vez marido de Simone.

Desde entonces Simone tuvo que trabajar más para sacar en adelante a su familia.
Alana, que era la mayor, debía de encargarse de sus hermanos. De hacerles de cocinar, de ayudarles a hacer el deber de la escuela y demás.
Estaba enfadada con la vida.
Alana, tuvo que dejar de ir a clases de baile, dejo a sus amigas de lado, y perdió a su novio Bill porqué según el "Alana no le dedicaba tiempo a Bill".

-Ojalá estuvieras aquí-dijo Alana mientras acariciaba la fotografía de su padre.

Alana siempre pensó que ella era la favorita de su padre. En cambio creía que su madre la odiaba, ya que casi la tenía esclavizada, o eso pensaba Alana.
Dylan siempre se metía con Alana y su madre no decía nada. Pero cuando Alana le decía algo a su hermano pequeño, su madre se le echaba encima.
Por otro lado, Nicole era una maldita consentida. Salía de fiesta, se emborrachaba y se drogaba. Su madre tampoco le decía nada.

Parecía que Simone la tenía tomada con Alana.

Llegó el día de cumpleaños de Alana. Un especial cumpleaños, sus dieciocho. Pero Alana estaba triste. Tenía que limpiar la casa y cuidar de su hermano, mientras Nicole estaba en casa de su novio, y Simone trabajaba.

-¡Que hagas los deberes de una vez!-gritaba Alana mientras perseguía a Dylan por el piso.

-¡Que no los voy hacer!

-Si no los haces, tu profesor llamará a mamá, y mamá me regañará a mí, mierda.

—Te jodes. ¡jajajaja!-se burló Dylan.

-¡Me tienes hasta las narices Dylan!-Alana se encerró en su cuarto dando un portazo fuerte.

Alana se estiró en su cama dándose por vencida y comenzó a llorar.

-De nuevo deseo que estuvieras aquí papá. Haría cualquier cosa si pudiera...-se susurró a sí misma-. Pero no creo que puedas volver a no ser que hiciera el pacto con el demonio-suspiró.

—Se me acaba de ocurrir algo...

Alana comenzó a buscar información en internet sobre cómo poder pactar con el demonio.
Primero de todo necesitaba llamar al demonio. Según lo que leyó en internet, necesitaba sangre, sal y dibujar un símbolo en el suelo.
Alana hizo tal y cómo lo decía en internet. Cuándo terminó, se mareó y cayó al suelo.

Escuchó una voz que le dijo que si quería resucitar a su padre, debía matar a su familia.
Alana despertó, sonrió complaciente y se pasó la tarde planeando los asesinatos.

Cayó la noche. Todos dormían, menos Alana. Y lo tenía todo preparado;

Fue a la habitación de su hermana Nicole. Se acercó a su cama de puntillas, cuándo Alana alzó su cuchillo Nicole se despertó y salió corriendo de la cama. Alana la agarró del cabello y le golpeó contra la pared.

Con mucha fuerza, clavó un cuchillo en su frente, y después la soltó dejándola caer al suelo.

El siguiente iba a ser el pequeño Dylan, pero surgió un imprevisto. Simone se despertó en mitad de la noche para ir al baño.

–No deberías levantarte en la medianoche, ¿no sabes que es peligroso?-dijo Alana. De seguida rajó el cuello a su madre.

Dylan presenció la muerte de su madre, Alana no de dio cuenta de eso. A Dylan le dio tiempo de escapar a casa de los vecinos para que llamaran a la policía.

Al día de hoy, Alana se encuentra en el psiquiátrico. Ella asegura que lo hizo por un pacto que prometió al demonio, para que le devolviera a su padre. Un examen médico, dijo que Alana al desmayarse esa tarde, se golpeó, y ese podría ser el motivo de que hubiera soñado. Ósea, en verdad no vio al demonio. ¿O sí?

Estaba loca Alana, ¿o de verdad hizo un pacto con el mismísimo demonio?

Es algo que jamás se supo, ya que para cumplir el supuesto pacto necesitaba la sangre de su hermano pequeño.

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