Capítulo 22.

7.9K 378 27
                                    

Aquella misma mañana Ben me dejó en mi casa despidiéndose de mí con un beso en los labios. Me bajé del coche y entré a casa, allí estaba la odiosa de mi hermana.

-¿Donde has pasado la noche hermanita?-Dijo acercándose a mí.

-Estaba con Nicole.

-A mí no me la das, acabo de ver cómo Ben te dejaba en su coche.

-Sólo me recogió porque estábamos en su oficina con el proyecto. A ti no te tengo que dar explicaciones de nada.

-Escúchame una cosa hermanita, Ben es mío, ni te le acerques.-Sí supiera lo que hemos hecho...como me encantaría restregárselo.

-Pues no lo tienes contento Susan, anda muy desesperado, te lo digo yo-Sonreí y me fui mientras ella se quedaba muerta de la rabia.

Subí a mi cuarto para darme una ducha y relajarme un poco, eran sobre las doce del medio día, no tenía ningún plan para esta tarde, así que tenía pensado estar en mi cama.

Al rato me entró un mensaje, era de Ben.

Ben Lawyer: Te echo de menos, ¿podrías venir a seguir con nuestro proyecto?, si quieres claro...

Amelia: Está bien, me visto y voy.

Ahora ya tenía planes, en realidad quería ir, pero por otra parte no, porque papá se extrañaría de verme allí tanto tiempo, nunca he ido a ayudar a su empresa y seguro que se preguntaría que porqué voy tanto por allí.

Me vestí, cogí las llaves de mi coche y me dirigí a la empresa de papá.

Cuando llegué subí al piso donde estaba el despacho de Ben.

Me fui acercando y escuche que papá estaba hablando con Ben.

-Ben necesito que hagas esto por la empresa, por favor-Decía mi padre.

-Pero señor, yo no sé si podré hacer eso-Que cojones tenía que hacer.

-Ben me lo prometiste, me dijiste que te casarías con mi hija Susan para que ella pudiese heredar la empresa.

-Me lo pensaré señor.

-Confío en ti Ben.

¿!Qué!? ¿Ben se tenía que casar con la zorra de mi hermana? Oh no, eso sí que no.

Papá salió y me vio ahí.

-Hija, ¿que haces aquí?

-Viene a ayudarme en el proyecto del hotel señor.-Dijo Ben dirigiéndose a mí con su mirada azul.

-Mi niña, siempre intentado ayudar, bueno, os dejo que trabajéis.-Me dio un beso y se fue.

Entramos al despacho de Ben y me senté enfadada en la silla. No entendía que estuviese pensándose casarse con mi hermana.

Se acercó a mí y yo me aparté.

-¿Qué te pasa?

-Nada.

-Vamos Amelia, dime que te pasa-Me abrazó por detrás.

-No puedo creer que te vayas a casar con mi hermana-Me solté de él.

Él se quedó extrañado, le cambió la cara por completo.

-Yo...

-Déjalo, pongámonos a trabajar-Me volví a sentar y a coger los papeles, él se quedó de pie.

-No entiendo porque te pones así, si tú y yo no somos nada.

Ahora sí que me quedé boquiabierta. 'No somos nada' fue su frase. Osea, primero te acuestas conmigo y después no somos nada.

Sin poder articular palabra salí de aquel despacho para perderlo de vista, en este momento lo odiaba.

-¡Amelia! ¡Espera!

Yo no le hacía ningún caso, subí al ascensor y él se coló dentro.

-No te enfades preciosa-Dijo acariciandome la cara.

-¡Déjame! ¡Eres un insensible! Ahora ya me he dado cuenta de quien eres.

-¿Quién soy?

-Eres un mujeriego, un mujeriego que solo busca sexo, y yo como una imbécil enamorándome de alguien como tú.

Él se quedó parado mientras el ascensor se abría, lo mire por última vez cuando iba saliendo y pude ver cómo sus ojos se llenaron de lágrimas, a la misma vez que de enfado.

Me fui a casa e Ian estaba en mi salón, me estaba esperando.

Enamorada del mejor amigo de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora