Capítulo 30.

7.4K 322 6
                                    

Llegué a casa. Para mi desgracia todos estaban ahí. Cuando digo todos, me refiero a Ben también. Él me miró con una sonrisa.

-¿Dónde estabas hija?-Me preguntó papá. Justo cuando iba a responder Ian entró detrás de mí. La sonrisa de Ben desapareció.

-Estuvo conmigo. Fuimos a cenar.-Se me adelantó Ian.

-¿Cuándo has vuelto Ian?-Ben lo miró hipócritamente.

-Hoy llegué, vine directo a Amelia.-Dijo sin vergüenza alguna. Ben me miró apretando su mandíbula. Ian se dio cuenta y me agarro de la mano. Ven y mis padres se centraron en eso.

-Aw, ¿ya sois novios?-La perra ladró.

-No, respondí lo más rápido que pude.

Las caras de mi padre y Ben se relajaron.

-Me voy a casa, tengo cosas que arreglar.-Dijo Ian despidiéndose. Todos asintieron.

-¿Seguro que no tienes nada con él?-Preguntó mama.

-Me voy a acostarme, no estoy de humor para preguntas.-Dije dirigiéndome a las escaleras.

-¡Amelia!-Escuche a mi padre llamarme.

-¿Qué pasa papa?

-¿Qué ha pasado?

-¿De qué hablas?

-Tienes los ojos hinchados, ¿te ha hecho algo ese muchacho?-Dijo acercándose para acariciar mi mano.

-No papá.

-Entonces, ¿por qué has llorado?

-Papá, no me hagas esto delante de todos.

-Dímelo.

-No pasa nada, solo echo de menos a mis antiguos amigos, eso es todo.-Mentí.

-Ellos también te echan de menos a ti.-Yo asentí y subí a mi cuarto.

Puse mis cosas en el suelo. Me quité la bufanda y la tire a un lado. Le tiré a la cama y volví a llorar. Lloré y lloré hasta que me dormí. Me desperté al sentir a alguien observándome. Lo vi y rodee mis ojos.

-Yo también me alegro de verte-Ahí vino con su ironía.

-Te has acostumbrado a colarte en mi habitación.-Dije sin moverme.

-La última vez que estuve aquí hice algo que hizo que amaras esta costumbre.

-¿Qué haces aquí?-Me aleje al verlo acercarse.

-¿Qué te ha pasado?-Dijo sentándose al borde de mi cama.

-No sé de qué hablas.

-¿Por qué has llorado?

-No importa.-Me puse de pie y me alejé.

-¿No me lo vas a decir?-Dijo poniéndose de pie y andando hacia mi. Negué con la cabeza. Sentí la pared fría que bloqueaba mis movimientos. Él sonrió triunfante. El nudo crecía y crecía.-Parece que tendrás que decírmelo por las malas.-Dijo en tono juguetón mientras besaba mi cuello. Las palabras no salían de mi boca. Besó mis labios y pude sentir el sabor a alcohol en sus labios. No respondí a su beso y trate de alejarlo. Sus manos agarraron las mías y las puso sobre mi cabeza sosteniéndolas con una de sus manos. Con la otra acariciaba mi cuerpo. Me sentía tan débil hacia el que me daban ganas de llorar.-¿Qué hacías con él?.-Mi voz había desaparecido. Eso lo hizo enfadarse más.-¿No me vas a responder?.-No dije nada, su mano bajó hasta mi culo y lo apretó. Lo miré a lo ojos, que ahora estaban tan oscuros que asustaban.-Dímelo Amelia.-Volví a quedarme callada. Ahora sentía el nudo subir hasta mi garganta. Mi respiración se volvió entrecortada. Me miró apretando su mandíbula y metió su mano dentro de mi ropa interior. Sin avisar metió dos de sus dedos en mí y los movió rápidamente.-¿Vas a seguir callada?.-dijo mirándome desafiante. Yo lo miraba sin ninguna expresión. No gemía, pero sentía que iba a explotar en cualquier momento. Mis caderas obedecían a él sin permiso. Cuando pensé que iba a llegar dejo de moverlos.-¿Entonces?.-Me dijo sonriendo. Justo ahí fue cuando la puerta de la vergüenza se abrió en mi. Mi llanto salió. Él me miró asustado.-Amelia, ¿qué pasa?.-Sacó sus dedos de mí y me soltó. Dio un paso hacia atrás. Me deje caer en el suelo ocultando mi cara en mis rodillas.-Amelia...-Trato de tocarme y me aleje. Me dolía la cabeza. Y aunque estaba vestida, me sentía desnuda y avergonzada frente a él.

Enamorada del mejor amigo de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora