Capítulo 31.

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Narra Ben.

Estaba desorientado. No sabía que había pasado. Pensé que le estaba gustando. Pero ahora que la veo, me da lastima ver cómo está mi pequeña. Cerré los ojos con frustración. La volví a mirar. Ella no me miró. Me acerqué a ella y la abracé contra su voluntad. Trató de alejarse pero no tardó en ceder.

-Amelia, por favor dime, ¿te he hecho daño?.-Le di unos besos y le acaricie la espalda tratando de tranquilizarla. No me respondía. Le cogí la cara y le di un beso en los labios.-Por favor, Amelia.- Le acaricie la mejilla.-Perdóname.-Nunca me había sentido de esta manera, me duele verla así. Es como si me estuviera haciendo daño a mí mismo. Después de unos minutos su respiración se volvió pausada. Se había dormido en mis brazos. Le dije a su padre que venía a hablar con ella, le dije que me había ganado su confianza, como si fuera mi hija. Él cedió y terminé por darme cuenta que quien le había hecho daño era yo. La llevé a su cama y le bese la frente. Arregle su ropa. Recogí algunas cosas que estaban en el suelo y vi el frasco de pastillas sin abrir. No puedo negar que me asusté. Me acerqué a ella y la moví con cuidado.

-Pequeña...-Le susurré al oído. Ella se movió quejándose.-Amy escucha.

-Mmm.-Dijo aún con los ojos cerrados.

-Tienes que tomarte las pastillas, por favor pequeña.-Quité el pelo de su cara. Me miró con los ojos entrecerrados y asintió. Saque una de las pastillas y la puse en su boca. Cogí una botella de agua que había en su mesita de noche y la puse en sus labios tratando de no tirar nada. Al terminar de beber agua me acerqué a sus labios y la bese. Me devolvió el beso, cosa que me alegró. Acaricie su mejilla y me alejé. Ella cogió mi mano y me llevó de nuevo con ella.

-No te vayas.-Dijo mirándome.

-No puedo quedarme, tu padre sospechara, le dije que venía a ver cómo estabas. La cogí de la barbilla.-¿Qué te pasa pequeña?.-Ella negó y bajo su cabeza evitando mi mirada.-¿Pasó algo con Ian que no te gusto?.-Volvió a negar. Me puse en cuclillas para verle la cara.-Por favor Amelia, dime qué te pasa, no puedo ver que estás así sin saber que te pasa.

-Tu me pasas.-Respondió a la defensiva. Se sentó en el borde de la cama.-Siempre tu, me haces daño.-Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Yo la miraba sin entender.

-Amelia, no quería hacerte daño...

-¡Pero lo haces!-Me gritó.

-Desde el principio te dije que no quería hacerte ilusi...

-Pero seguiste, no te importó.-Me interrumpió.

-Amelia, soy un hombre.

-¡Eres un puto machista!-Me apuntó con el dedo. Caminé hasta la puerta enfadado.-Sabes que es cierto, te da miedo sentir algo por mí. Eres un puto cobarde. Tienes miedo a enamorarte. No tienes sentimientos. Eres un monstr...

-¡Cállate Amelia!-Le grité haciendo que se sobresaltara. Respiré profundo y cerré mis ojos.-Creo que es mejor que hablemos luego.-Salí de su habitación sin darme la vuelta.

Al llegar abajo todos me miraban.

-¿Ha pasado algo?-Me preguntó su padre serio.

-Está un poco mal, cosas de mujeres-Le dije bromeando.

En ese momento Susan me hizo señas para que saliese fuera.

-Entonces, sabes cuando nos pasa algo a las mujeres.-Dijo acercándose.

Enamorada del mejor amigo de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora