1.2 Camino al centro.

25 1 0
                                    

Después de un largo y cansado día de estudio intensos para mi examen de mañana me fui a dormir. Como la mayor parte de mi vida no pude conciliar el sueño al instante, por lo tanto empecé a divagar en mis pensamientos y a checar instagram. Debí quedar dormida como a las doce de la noche y lo último que recuerdo es la foto que Brenda me envía con el pie de imagen que decía: Daliza forever.

Odiaba los autobuses. Eso era tan cierto como la necesidad de ellos para llegar al centro de la ciudad. Miré a mi lado y me encontre con un chico lindo. Sonreí mientras levantaba mi celular para empezar a leer pero no pude porque un mensaje apareció. Era de Brenda.

"Dónde estás?"

"Rumbo al centro."

"Horror."

"Si pero hay un chavo de tu estilo a mi lado."

"Pregunta su nombre o hazle una paja."

Me sonroje al instante y una risa baja sale de mis labios. Es lógico que no haría ni una ni la otra cosa.

"Ya me acordé que hablo con Lizabeth la temerosa."

"Idiota."

Algo entre mis piernas me empezó a cosquillar. La idea de pajear al desconocido empezó a rondar por mi cabeza. Yo nunca hago ese tipo de cosas. Porque ciertamente soy temerosa. Miro al muchacho a mi derecha. Él tiene puestos los auriculares. Bajo la mirada para ver su entrepierna. Su jeans no me dan ni una pista de si es grande o pequeño. Muerdo mis labios sopesando la idea.
Algo en mi interios empezó a animarme.

"Sólo tengo que bajar la mano y ya." Me digo a mi misma. Sorprendentemente colocó la mano en su pierna. No lo miró. No muevo la mano por un segundo. "Sólo hazlo." Y me dirijo a su miembro. Lo acaricio. Me sonrojo. Me exito. Mierda. Lo miró, él me está observando. Sus ojos son azules. Su cabello es rizado y cafe. No es muy guapo pero lo es.

"¿Qué rayos haces?" Susurra pero no me detiene. Es grande. Sonrió.

"Divertirme."

Sigo acariciandolo. A él parece gustarle. Sonríe.

"De acuerdo. Me divertire igual."

Coloca su mano en mi pierna desnuda. No entendía cómo rayos me había puesto una falda. Yo nunca uso faldas.

Antes de que él llegara hasta mis partes el autobús paro. Le dediqué una sonrisa de despedida y me levanté. Eso era todo. Bajé con cuidado y empecé a caminar cuando una mano me tomó por la muñeca. Era él.

"No me puedes dejar así." Señala hacia abajo. Miró disimuladamente y me encuentro con dick despierto. (Dick es pene en inglés).

"No puedo ayudarte."

"No te estoy preguntado, preciosa."

"Debe ser rápido."

"Perfecto."

"Un segundo. ¿Cuál es tu nombre?"

"William."

Él me estaba arrastrando. Nadie parecia notarlo y yo no estaba asustada. Quería hacerlo. Casi estabamos corriendo. Me sentía rara.

Cuando de pronto Alena estaba parada frente a mi, mirandome con las cejas levantadas.

Me detuve y mi nuevo amigo hizo lo mismo.

"Ale."

"Liza." Su mirada estaba repleta de picardía. Yo sabía que era lo que mi amiga pensaba. Alena debia estar planeando la boda en su mente. "¿Quién es?"

Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora