2.2. Sergi.

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"Estaba pensando en que no debe ser fácil estar lejos de tu mejor amigo, así que vine a suplirlo un rato". Son las primeras palabras de Sergio. Mi sonrisa debe ser patética, pero, aun así, se la ofrezco. Si, es una mierda estar disgustada con Dani, sin embargo, pienso que ya era necesario alejarme de él. No sé si suene coherente lo que digo.

No voy a mentir y decir que no me duele estar lejos de Daniel. A veces duele, a veces no. Por ejemplo, ayer que llegue a casa con mi madre recitando una y otra vez el mismo regaño, lo único que quería hacer era correr a mi cuarto y llamar a Dani para quejarme de todo lo que mi mamá me dijo una y otra vez. A pesar de todas las ganas que tenía de hacerlo me amarre de valor y solo llore por un largo rato.

No duele cuando estoy durmiendo o comiendo.

Ayer estuve despierta la mayor parte de la noche pensando en todo lo que le había perdonado a Daniel, y me sorprendió que la lista era inmensa. También me preguntaba las razones por las cuales él me gusta, y aunque encontré muchas, también encontré millones de razones por las cuales dejarlo ir, y ahora entra Selena Gómez cantando The heart wants what it wants. Soy patética, lo sé. Es una mierda, y seguirá sonando muy patético, pero, lo primero que pensé al despertar es mandarle un mensaje a Dani. Si, otra vez. Tengo un corazón débil en lo que a Daniel se trata. Él es el Justin Bieber de mi historia de amor. Dejaré las referencias de Selena Gómez, lo prometo.

Serían las cosas más fáciles si él fuera como el Joe Jonas de Demi Lovato o, el Zac Efron de Vanessa Hudgens. Hasta Jeniffer Aniston y Angelina Joley superaron a Brad Pitt. Dios, hasta mi madre dejo su loco amor por Ricky Martín cuando este se declaro homosexual.

"Estoy en mi mejor momento". Miento.

"Si, claro, como digas".

Me hago un lado para que Sergio se adentre a mi casa. Él analiza mi estancia. Ahora que dejo de pensar en todas esas famosas mujeres que superaron de manera exitosa a sus bellos novios, me percato de que está debe ser la primera vez que Serg entra a mi casa. No suelo traer chicos a casa, aunque estos sean solo amigos. Papá es un poco estricto a lo que hombres se refiere. Recuerdo cuando se enteró de lo bien que me llevaba con Daniel, también las dos horas que paso Dani dentro del despacho de papá teniendo una "charla de hombres" a la que yo, por obvias razones, no estuve invitada a asistir.

De verdad espero que papá no haga pasar por los mismo a Sergio.

Si, lo que estás pensando es correcto: Dani si ha venido a mi casa, él es la excepción a la regla, y en mi defensa, fue André quien lo trajo primero. No creo que fuera necesaria esta aclaración, estoy segura que estuvo implicito en mi recuerdo anterior.

Ahora que me encuentro aclarando cosas sin importancia, creo necesario dejar en claro que Dani y mi hermano se conocieron antes de que yo tuviese mi primera menstruación. La mayoría de las veces que Daniel ha entrado a casa es porque mi hermano lo invita y porque tenemos tarea juntos.

"Me gusta". Dice señalando una foto de mis hermanos y yo cuando teníamos como diez años menos, todos estábamos vestidos de la misma forma, pantaloncitos de mezclilla y camisas que tenían la leyenda: Bounderby 1, 2 o 3.

Mi sonrisa es instantánea, esa es mi foto favorita y me trae muy buenos recuerdos.

"Tenía seis y era el cumple dos de Sid".

"Parece que se querían". Señala.

"Somos buenos actores y mi mamá nos estaba lanzando la mirada de madre mexicana". Bromeó.

"Perra, da igual. Traigo tu tarea, estar suspendida no te exenta de hacerla, o eso dijo Bosier".

"Ja, ja, ja". Mi risa es sarcástica.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2017 ⏰

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