1.9 WON'T CRY.

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Me he quedado sola en casa otra vez. André tiene entrenamiento del equipo, Sid ha ido a dormir a la casa de una amiga y mis papás han decidido tener una cena romántica. La única sin planes y con mucha tarea soy yo. Gracias a la preparatoria por arruinar mi sábado.

Espero que todo este esfuerzo por no tirar mis libros y marcadores, en un futuro no muy lejano sea recompensados.

Escucho el sonido del timbre, sin embargo no detengo mi lectura hasta llegar al punto y aparte. El timbre suena una segunda vez. Cinco palabras más y me levanto por mi pizza. Corro escaleras abajo para llegar más rápido, ya tengo hambre. Podría comer toda la pizza en este momento.

"Esto sí que es un buen servicio a domicilio". Canturreo emocionada con la mirada en mi monedero.

"¿Disculpa?" La voz confundida de una mujer habla. Levantón la mirada y no me encuentro con alguien en uniforme de la pizzería y tampoco encuentro una caja de pizza en sus manos. En frente de mi hay dos mujeres, bueno, una señora y una muchachilla que debe tener mi edad o ser un par de años mayor que yo. Mi ceño se frunce desconcertada.

"¿Quiénes son ustedes?"

"Mi nombre es Nancy y ella es mi hija Arlen". Se presenta la mujer mayor. Asiento como saludo, no pienso decirles mi nombre aunque creo que es lo que esperan que haga. Pues que se queden esperando.

"¿Qué se les ofrece a estas horas?" Les pregunto con mi voz antipática. A la muchacha parece molestarle que esté hablándoles de esa forma. Disculpa amiga pero tengo mucho que hacer, no he cenado y ustedes están robándome tiempo que necesito para obtener una muy buena nota.

"Buscamos a tu papá". Me fuerzo a darles una sonrisa cuando les informo que él ha salido con mi mamá, pero para hacerles creer que no estoy sola también les indicó que mi hermano está arriba por si quieren hablar con alguien mayor. "No, si no te molesta podríamos esperarle".

"No creo que sea posible, ellos tienden a tardar cuando salen" las dos hacen una mueca similar. Madre e hija, no hay pierde.

"Pues no nos importa, esperaremos, así que déjanos pasar Lizabeth". Habla por primera vez la muchachita. De acuerdo, estoy a nada de mandar a la mierda a esta insolente. Ella parece querer entrar pero yo no me muevo.

"No dejo entrar a extraños, ni siquiera sé de donde conocen a mi papá o de dónde sacaron ese nombre". La sonrisa que aparece en la más joven de las dos me pone la piel de gallina.

"Mira niña conozco a papá mucho antes que tú".

"Arlen". La mujer mayor reprende a su hija. En cabeza pasaba la frase: conozco a papá, un montón de veces intentando encontrarle sentido.

"¿Qué intentas decir?"

"No sabes de mi ¿verdad?"

Mi respuesta es obvia,

"No".

Su sonrisa me asusta.

"Soy tu hermana Lizabeth".

Suelto una carcajada que debe ser escuchada hasta la casa de Mussolini.

"Bien, André, esta vez ha sido muy buena, sal de dónde estés". Las dos mujeres me ven como si hubiera enloquecido.

"No es una broma de nuestro hermano, hermanita".

"Mira, Liza..."

"Largo". Gruño. Ya no es divertido. Quiero que se vayan. Intento cerrar la puerta pero un pie me detiene.

Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora