5. Mi felicidad.

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Cuando encontré a Cris y Delia aún no podía asimilar lo que acababa de ocurrir. Le había conocido...Yo, esa persona a la que nunca le ha salido nada bien, lo había conocido.

-___¿Donde estabas? -preguntaron a lo unísono-
-Pues si os lo digo no me creeríais.

Les conté a mis amigas todo lo ocurrido, y mientras lo contaba sus caras eran un poema.

-No puedo creerlo, ¿Y por qué te has ido? Podríamos habernos esperado horas si hubiera echo falta. -dijo Delia-
-No eres más tonta porque no te entrenas. Y lo dejas ahí sabiendo que tal vez no vuelvas a encontrarlo. -Cris me decía eso incrédula-
-Lo sé ¿Vale? Pero soy consciente de que quería espacio...
-Bueno al menos le habrás dado la carta digo yo.
-Si chicas se la he dado.

Volvimos a los puestos pero yo no podía dejar de mirar a los alrededores, por si le veía de nuevo aunque sabía que posiblemente ya se hubiera marchado...

Cuando llegamos a casa pedimos pizza para cenar ya que estábamos cansadas de andar y no nos apetecía hacer nada de cenar. Terminé de cenar y Delia se levantó para irse ya que hoy tenía turno de noche y yo me disculpé con Cris porque quería estar en mi habitación sola...

-¿Estás bien?
-Si, no te preocupes Cris no es nada.
-Bueno si necesitas algo estoy aquí ya lo sabes.
-Lo sé, gracias.

Me tumbé en la cama y no se porque comencé a llorar. Recordé su abrazo, su olor, su sonrisa...Y caí en la cuenta de que la carta estaba en sus manos y posiblemente ya la había leído. Pero seguramente no me diría nada de lo que le pareció, y sinceramente lo comprendo. ¿Cuantas cartas le habrán llegado pidiéndole que intentara contactar con ellos de alguna manera?
Me tapé con la sabana hasta arriba, y caí rendida...

A las 7 de la mañana me levanté, era mi primer día de trabajo en la librería. La verdad es que me encantaba la idea de estar rodeada de libros. Desayuné, me vestí y salí de camino hacia el trabajo.

La librería era muy grande y mi jefe parecía un tipo majo. La mañana transcurrió tranquila. Llegó la hora del almuerzo y salí al bar de enfrente a tomar un café, me apetecía una buena cerveza pero no podía beber en horas de trabajo. Saqué mi móvil y me metí en Twitter ya que por la mañana por culpa de los nervios no me había parado a mirarlo.

Tenía un mensaje privado, seguramente de los muchos grupos de Twitter en los que me tienen metida. Mi corazón se paró, empecé a sudar mucho, no sabía donde estaba, parecía que mi cerebro se había esfumado. Era Rubius. O algún fake con su nombre y su foto intentando joder a los fans.

Elrubius:

Hola muyaya!!🗿 Acabo de leer tu carta y dejame decirte holy fuck :0 Me ha gustado mucho gracias por el apoyo anal <3 corazón GAAAAY para ti.
Ps: Gracias por lo de ayer.

Vale...vale ___ relájate no dejes que que esto te afecte tienes que entrar a trabajar en 10 minutos. (pensaba yo para mi misma). No podía estaba hiperventilando y comencé a llorar. ¡Mi carta le había gustado! Podría haberme desmayado de felicidad allí mismo. Pero tenía que volver al trabajo. Le contestaría cuando estuviera más tranquila.

Mientras llegaba a la puerta de la librería no dejaba de pensar que me había dado las gracias y yo pensé "Gracias a ti por hacerme feliz"...

El Destino Es Capichoso (Rubius&tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora