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Buscaba una manera de poder hablar con él, explicarle tal vez no las razones pero si decirle que esa decisión que alguna vez tomó era porque no veía los dos lados de la moneda. Si bien no esperaba que se contentara con él, al menos creía que pudiera contarle la verdad. Solo que no quería esperar. Recordó que una vez Gally le dijo que no alcanzó a cubrir bien las paredes de algunas cabañas, esperó que el refugio donde se encontraba su pequeño amigo fuera una de esas. De prisa se dirigió a la parte trasera de la construcción y empezó a levantar unas cuantas tablas de donde sabía, que era la habitación de Chuck. Se llevó un tiempo pero logró su objetivo, cuando entró pudo divisar en la cama que se hallaba la silueta de la persona a la que buscaba. Con mucho cuidado se fue acercando, justo cuando estaba a punto de advertirle de su presencia pudo escuchar ligeros sollozos, Chuck estaba intentando reprimir su llanto, estaba consciente del daño que le había causado pero solo quería decirle que no había sido su intención.

-Sé que estás aquí, solo déjame- por más que intentara parecer frío y autoritario, en su voz se notaba la tristeza de la noticia, con mucha razón: el sigue siendo un niño.

-Chuck, sé que estuvo mal lo que hice, pero por favor escúchame tengo que explicarte más, no solo yo, Brenda también. Ella sabe más del asunto que nadie. O al menos más de los que lograron cruzar aquí.

-Ya no quiero oír nada más. Vete.

-¿Por qué lo haces difícil? Recuerda lo que te prometí: llevarte a casa, tal vez no es del todo una casa, más bien te traje a un hogar, donde hay personas que te aman y se preocupan por ti.

-¿Y te ocultan cosas?

-Sabes que por eso intento remediarlo. Deja que te diga todo lo que sé.

-Lo haría pero sé que me va a causar daño- ahora el niño lo miraba de frente, sentado en su cama. Thomas estaba a su lado.

-Lo sé. No eres el único que al saber la verdad sufrió por ello, pero te aseguro que será lo correcto.

Se quedaron en silencio por un rato, solo se escuchaban los ruidos del exterior, el viento soplar, las olas romperse.

-Te veo mañana, sea lo que sea que decidas, no te voy a presionar si no quieres saberlo- así fue como se despidió de Chuck, dándole a entender que lo dejaría descansar, solo antes de salir de ahí pudo escuchar un hasta mañana, que igual pudo ser su imaginación.



*****



La mañana pintaba para convertirse en un pintoresco día. Los mayores empezaban a ejercer su trabajo como todos los días. Thomas eligió saltarse el desayuno solo por esa vez, ya que después de anoche, su cabeza había estado dándole vueltas sobre la mejor manera de soltarle toda la verdad a su pequeño amigo.

Cuando sus amigos le cuestionaron por qué no se reunía con ellos esa mañana, el solo les dijo que no sentía hambre. No era mentira después de todo, pero lo que necesitaba era estar solo para asimilar algunas cosas. Agradecía que Brenda no lo hubiera visto, sino de seguro lo seguiría hasta su lugar para "meditar".

Al llegar se recargó sobre un árbol y mirando hacia el mar se dejó sumir en sus pensamientos.

¿Era cierto lo que le dijo su amiga?

¿Acaso era tan malo y sin corazón en el pasado como para permitir que un niño fuera enviado al mismísimo infierno?

Sería mejor que lo fuera aceptando. Lo poco que pudo recordar hasta ahora, confirmaban sus sospechas. Si él estaba a cargo del proyecto era obvio que nadie podía contradecir a su palabra. Cierto que todo era hecho con un propósito, solo que apenas se daba cuenta del precio que conllevaba, antes no lo quería ver. Eso último se lo repetía porque quería creerlo. Que no era tan malvado. Se arrepentía de todo aquello. Pero solo había algo de lo que no se podía arrepentir, haber luchado por sus amigos y por sí mismo para ser libres de CRUEL.

Detalles no revelados (The Maze Runner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora