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Muchos creen, que por el simple hecho de que los conozcas, ya están salvados. Déjenme decirles que están totalmente equivocados. La peor cosa, es que conozcan de ti, tus miedos, infortunios, inseguridades y tus puntos débiles, sin embargo lo peor del caso es que conozcan tu pasado. Tu pasado es lo que te lleva ser como eres hoy. Los recuerdos de tu pasado es lo que te convierte en lo que eres. Y lo maquiavélico del recuerdo, es hacerlo rutina.

¿Hasta que punto pude seguir mi lógica? ¿cuando termina lo usual y comienza lo extraordinario?

Nadie podría responder eso sinceramente, porque todos nos cegamos cuando queremos algo, de alguna u otra manera hacemos de todo para conseguirlo y es ahí, donde llega el momento, cuando te haces víctima de tu propia mente. Es la ambición y el deseo los que nos cambian rápida y silenciosamente y llega un punto en el que, te miras al espejo, y desconoces al ente que te mira con ojos tristes, llenos de duda y arrepentimiento.

¿cuando fue el día que mi vista perdió el brillo? ¿cuanto tiempo dure en construir este muro que hoy me separa y me protege de esta sociedad maldita?

Todo esto pasa por la mente de un individuo sin esperanza, y un individuo sin esperanza, es un individuo sin vida, y un individuo sin vida no puede llamarse individuo.

A veces mi mente llegaba al tope de la autodestrucción, y eso era la lógica. La oscuridad de la ciudad y lo miserable del recuerdo, me hacían compañía, en mis caminatas nocturnas.
Pase por la estación de colectivos, vi una mujer haciendo hamburguesas y riendo de una manera que afligia cualquier oído que se encontraba cerca. De camino a la terraza del café, quería ver si las huellas indelebles podían ser borradas de una vez, para bien personal.

Las prostitutas de una esquina me ofrecían sus servicios, yo sabia que no necesitaba una mujer que me abra las piernas, no necesitaba de aquellas que contentan tu piel y no tu alma. No necesitaba un plato de sopa.

Al llegar al café, subí las escaleras. Y recordaba los cuatro pasos que se oían antes, se habían dividido en dos. Precipitado y jadeante salí a la terraza y los recuerdos me pulverizaron el corazón. Como cuando una persona pisa a un insecto sin compasión alguna.

Al dar un pequeño giro hacia mi izquierda, escuche murmullos y avance dos pasos para averiguar quienes eran. Vi a un par de policías tomando notas, como si estuvieran investigando algún suceso fuera de lo común.
Me pareció sumamente raro, y de inmediato salí del lugar, primero con cautela y luego con desesperación.

Un viento frío soplaba mi rostro, puse mis manos sobre mi boca y exhale un suspiro con el fin de entibiar mis manos, mientras pensaba que era lo que había sucedido en la terraza, me lleno de Intriga, ya que era un lugar donde pocas personas accedían. Debió haber sido algún suicidio o alguna situación similar. Pase por el puesto de periódicos del señor Tadeo, ya estaba cerrado y desde afuera se veían exhibidos algunas revistas de moda.

Luego sentí una mano fría posarse en mi cuello, me dio como un puñetazo de frío directo al cerebro. Era Arlette, que con su sonrisa inconfundible me dio una palmada y me invito un café, que me tenía una mala noticia para el grupo bohemio. Fuimos dos cuadras más adelante y nos sentamos en la mesa de una cafetería, ella pidió dos cafés y un par de medialunas, y sin mucho preámbulo me habló acerca de la mala noticia que me traía.

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--hoy fui donde la señora Marly, ya sabes, por los pedidos de libros que le había encargado. Y me encontré con la hermana de Ricky, que me dijo que Ricky había tomado un viaje inesperado a Santiago, en Chile. No pudo darme muchos detalles, pero me dijo que fue donde un primo, por cuestiones laborales.
¿no te parece extraño que haya ido sin avisarnos, siendo que sus razones no eran tan precipitadas? -exclamó Arlette echando su cartera en la mesa.

-frunciendo mis cejas, me eche para atrás, me tomo unos instantes ordenar mis ideas y dándole un sorvito al café respondí-

-se suponía que a él le tocaba el próximo monólogo este viernes, pudo haberse quedado y aprovechamos el momento para despedirlo, pero ¿por qué se apresuró tanto que ni siquiera se despidió de nosotros? Tuvo que haber una razón más allá de una cuestión laboral, conociendo a Ricky, no le veía tan ingrato. -dije sabiendo que había algo oculto en su viaje crucial e inesperado.

-si, yo tampoco lo veía ingrato. Ya vamos perdiendo dos integrantes del grupo y lo raro es que ninguno aviso nada. -reclamo Arlette, en un tono de impotencia.

-me dio que pensar la última frase de Arlette, tenia razón, habíamos perdido a dos integrantes y las razones eran desconocidas.

Con la excusa de que ya era tarde, me levanté, acompañe hasta su casa a Arlette y me devolví a mi recinto, sabía que tenía mucho que pensar y ordenar mi mente de alguna u otra manera

SERENDIPIA LIMERENCIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora