IV

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"Últimamente la vida se ha puesto de un color grisáceo repugnante, cuando de prejuicios se habla, el hecho de juzgar lo comparo con algunos religiosos ofuscados que pecan, luego van y rezan. No saben que las iglesias de hoy ven la paz como negocio lucrativo. Duele decirlo, pero callarlo es hipocresía.
Se burlan de una persona por llevar el arcoíris en una bandera y el arcoíris en una bandera significa unión. Algunos los tildan de promiscuos y poco hombres, lo irónico es que yo conozco homosexuales más hombres que muchos que se autodenominan hombres.
Juzgan a una adolecente que lleva una criatura en sus brazos, cuchichean entre ellos diciendo que perdió su juventud y que ya no sabrá divertirse. Se preguntan ¿Qué haría una niña con otra? Y nunca se pusieron a pensar que fue violada y en lugar de ser cobarde tomó la admirable decisión de salir adelante a pesar de sus adversidades.
Enjuician a un sujeto por llevar ropa negra, los tildan de satánicos y malignos. Los hacen a un lado y dicen que no se adaptan a la sociedad ¿Qué la sociedad no se puede adaptar a una congregación de individuos amantes de la buena música?
Se aprovechan de aquellos pueblerinos que no han tenido la misma educación. Que despiertan cada día y de alguna u otra manera tratan de sobrellevar su existencia.
Tratan de que se sus hijos no cuenten con la misma poca educación que tienen, por impertinencia de un gobierno mal diseñado. Dicen acabar con la ignorancia y la pobreza y no veo que hagan nada por la educación de su país.
Un país con educación no tendrá pobreza y se debe invertir únicamente en ello. Si un presidente considera que tu país exporta pobres al extranjero debe tener en cuenta que esos mismos pobres consideran que si hay pobreza es por falta de oportunidades.
Se justifican diciendo que es por carencia de preparación y si hay carencia de preparación es por la mediocre educación. Así que no juzguen la educación de un pobre cuando lo que hay es una pobre educación.
Yo simplemente me considero un ser en busca de libertad.
Y no se crean, también soy juzgado por la libertad mental que a mi refiere. ¿Pero quién soy yo para enjuiciar al que me juzga? Sería un hipócrita, hablando del prejuicio y enjuiciando al que me juzga. Yo no me atrevo a juzgar al que me juzga, pero si repudio el prejuicio al rebaño social que se considera únicamente diferente.
El prejuicio es sinónimo de hipocresía, repudien el prejuicio. Y al que se atreva a juzgar mi camino, le entrego mis zapatos y le reto a llegar en un día de lluvia hasta mi casa (con los pies secos) el secreto no está en saber donde pisar, el secreto es que solo yo sé los agujeros de mis zapatos."

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Me senté en la mesa del bar, luego de culminar mi monólogo, junto con Arlette y Lenny, que me miraban en una especie de complicidad mórbida e intimidad inmensa.

Al sentarme le pedí una botella de vino a Bartolo que accedió de inmediato a mi pedido, con una señal de un pulgar arriba.

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-Felicidades mi querido Zabarrieta, su monólogo estuvo bastante entretenido, y con una carga emocional terrible. -dijo Lenny en un tono no muy convincente de seriedad.

-Si, me sorprendió de manera positiva, van mejorando tus monólogos y relatos, Bruno. -apoyo Arlette con veracidad.

-Muchas gracias amigos míos, la verdad era algo que tenia guardado desde antes, y Arlette me dio la idea exacta, para narrar un poco de realidad y darle algo de emoción a mis relatos que últimamente eran metáforas mal elaboradas.

-sabes? Tu monólogo me recordó a una historia que había escuchado una vez. -dijo Arlette levantando su rostro y dándome una palmadita en la mano. -Trataba de una señora que había sido asaltada, por un joven encapuchado, que le despojo de su cartera que tenia todo el dinero de la semana. -prosiguió, frunciendo las cejas, como si pensara quien era el culpable. -Y todas las personas se acercaron a la señora, para decirle que ese muchacho siempre venía, para robar y así todos le juzgaban al ladrón, quien sabe con que fin, si el dinero ya había perdido.

SERENDIPIA LIMERENCIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora