Lazos de sangre

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Un lamborghini color rojo se estaciono frente aquellas enormes puertas de madera. La joven de cabello rojo como la sangre y ojos del color del mar bajo del auto para entrar a la calidez de la mansión. El mayordomo la escolto hasta la sala donde dos ancianos se encontraban descansando frente a la chimenea.

-¿Qué haces aquí?- el patriarca grito mientras se incorporaba
-Padre, yo- el anciano la tomo de los hombros y empezo a sacudirla
-No me llames padre, tú no eres nada mio. Yo no tendría a una zorra como hija- le suelta para ordenarle que salga de la mansión. Alexa suplica mientras lagrimas saladas ruedan por sus mejillas –Largo- pronuncia mientras señala el mismo pasillo por el cual habia entrado la joven.
-Me iré, pero regresare cuando estes más tranquilo- limpia sus lagrimas y sale de la masión.
-Maldito viejo, me las pagaras y la estupida de mi madre solo viendo- limpio sus lagrimas mientras arrancaba su auto y se perdía entre la oscuridad de la noche.

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En un club cerca del centro de Sevilla, Ashley bailaba al compas de la música, sus caderas eran presas de aquel par de manos varoniles, las gotas de sudor perlaban sus cuerpos y el calor le invadía cada fibra. Seung Hyun se acercó al cuerpo femenino para besar y mordisquear su cuello, Ashley llevó una de sus delicadas piernas hasta la cadera del chico y beso sus labios.

Bailaban tan juntos que sus movientos pecaban de sensuales, los presentes no podían quitarles los ojos de encima. Los hombres presentes quisieran entar en el lugar de Seung y poder tocar ese cuerpo y las mujeres quisieran que aquellas manos y labios recorrieran sus cuerpos de la forma más obsena posible. La música cesó y con ello aquel coqueteo que los había dejado tan necesitados de un poco de afectó así que Seung llamó al mesero y pago la cuenta. Tomó a Ashley y salieron de aquel ruidoso lugar y dirigirse a su escondite, un lugar cercano a la empresa de la que ahora era dueña.

Con pasos torpes pudieron llegar a su departamento, como pudieron abrieron la puerta y una vez dentro dejaron que la pasión los giara. Ashley arrancó aquella camisa de seda del musculoso cuerpo mientras Seung bajo el cierre de aquel corto vestido para desprenderla de la ropa de encaje que llevaba, la tomo en sus brazos y subieron hasta la recámara mientras ella repartía besos en su torso.

Una vez dentro de aquellas cuarto paredes la depósito con sumó cuidado en la cama para empezar a besar su cuellos, sus clavículas bajar hasta sus senos y pezones los cuales tomó presos entre sus labios. Los labio y succionó haciendo que Ashley n arquera la espalda y cerrara los ojos, continuó con el otro pezon y repitió el procedimiento. Dejó aquellos botones rozados ya erguidos y siguió por su abdomen, lamió su omblio y jalo de aquel piercing, llegó hasta el monte de venus alzó la mirada inyectada de lujuria a la vez que relamia sus labios y bajo hasta su intimidad. Ashley clavaba la cabeza en la almohada y se aferraba a las sabanas mientras sentía que sus pies temblaban como gelatina por ese mar de sensaciones tan exquisitas. Un gemindo salió de sus labios cuando dejó de sentir aquella lengua viperina en su centro, abrió a los ojos y noto a un Seung sudado que estaba liberándose de los molestos pantalones y boxers dejando a su virilidad libre. Ashley sólo podía sonreír mientras Seung trepaba aquella cama.

Beso su ombligo para tomar sus piernas, colocarlas en su cintura y hundirse en ella. Ashley se incorporó y se abrazo a la estrecha espalda donde empezó un vaivén de sube-baja ayudada por Seung. Sus senos acariciaban el pecho del pelinegro mientras que el estrugaba el redondo trasero de la de cabellos dorados.
Ashley detuvo aquel vaivén para bajar de la cama, le indicó a Seung que se girase y se sentase en el borde de la cama quien gustoso obedeció. Ashley baja hasta su virilidad el cual llevó a su boca no sin antes depositar un beso en la punto. Labio y rasgo aquella erecion degustando el sabor salado, sintió aquellas venas hinchadas y los dedos de Seung enrollándose en su cabello e imponer su ritmo más rápido y más profundo. Sentía aquel falo tocar lo más profundo de su cavidad bucal hasta que el líquido espeso fue depósito y digerido por Ashley.

Sex on fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora