CAPITULO 34

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OLVIDO

Llegué al edificio, me detuve un momento, no sabía cómo presentarme ante Naoli, me porte como un imbécil anoche, ¿Cómo pude lastimarla de esa forma? ¿Qué me hacía diferente a su madre o a ese tipo Frank? Confió en mí y yo simplemente traicioné su confianza, su amor por mí.

Estuve a punto de devolverme pero no sería un cobarde por segunda vez, enfrentaré mi situación con ella, le explicaré todo con detalle, debe de saber lo confundido que me encuentro, que la amo y lo importante que es para mí.

Ingresé a la oficina y la encontré al frente de su escritorio mirando el monitor, no se dio cuenta de mi presencia hasta que me coloqué a su lado. Sus expresivos ojos verdes se clavaron en mí, me sentí desfallecer ante aquella penetrante mirada.

-Hola Naoli.-La saludé mirándola con el rabillo del ojo analizando su reacción.

Pude notar su nerviosismo, tanto que al verme, dejó caer unos papeles que estaban sobre el mueble, recogiéndolos al instante. Su tez se tiñó de rojo, avergonzada con lo ocurrido.

-Lo siento.-Se disculpó apenas sosteniéndome la mirada.

-No te preocupes ¿Cómo has estado?-Consulté notando que su actitud hacía mí es más bien cordial, yo esperaba enojo o reproche.

-Bien, estoy bien.-Contestó con la voz pausada, mirándome con extrañeza.

-Podemos hablar ¿Te invito a almorzar?-Al menos compensaría la última invitación.

-¿A almorzar? -Repitió dubitativa.

-Sí, tenemos que aclarar lo de anoche.

-¿Anoche? -Volvió a repetir. Sus ojos albergaban interrogación.

-Naoli ¿Te sientes bien? ¿A qué estás jugando?

-Que a qué estoy jugando. -Responde molesta. –Lo mismo podría preguntarle yo a usted.

-Ahora me tratas de usted, así serán las cosas entre nosotros.

-¿Qué? Perdone pero no sé de qué me habla.-Me espeta poniéndose de pie y cruzándose de brazos.

-Naoli lo lamento, ok, fui un patán ayer, pero déjame explicarte por favor.

-Escuche señor, no sé cómo sabe mi nombre, pero deje de tutearme y en segundo lugar, no sé de qué demonios me habla.

-Pero qué...... - La observé bien, la forma en que me veía, es cuando lo entendí, no me miraba como antes, es como si tuviera un perfecto extraño frente a ella.

-Nos conocemos.-Le afirmé.

-Pues no lo recuerdo, ¿Es algún cliente de Miller?

Me petrifiqué, dice la verdad, puedo sentir sus pulsaciones, su respiración, no miente, no sabe quién soy yo. ¡Maldita sea! Alguien me borró de sus pensamientos, pero quién. ¿Julia? No creo que se atreviera.

-Disculpe, no quise importunarla.

Regresé sobre mis pasos sintiendo su mirada en mi espalda, a la vez que el corazón se me despedaza, más que su olvido, me dolió su indiferencia. ¿Es mejor de esta forma? Quizás sí, pero entonces ¿Por qué duele tanto?

Caminé hasta llegar al apartamento de Julia, necesito respuestas, sólo un vampiro puede borrar sus memorias, y si Julia lo hizo me tendrá que escuchar, no tenía derecho. Yo le prometí a Naoli jamás borrarle los recuerdos, le fallé en todo el sentido de la palabra.

**************
Este contrato me tiene con dolor de cabeza, no sé porque Miller no me lo dio antes, ahora tengo que apresurarme ya que lo necesita para una reunión en la tarde.

CONTIGO EN LA ETERNIDAD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora