~Capítulo 8~ la primera

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-Cómo estuvo?- fue lo primero que preguntó una entusiasmada Jade al momento en que Perrie cruzó la puerta.

-Me gustaría saber cuántas personas más de la familia de Zayn y su esposa planean contratarme para cantar en sus bodas y hacerme verlo una y otra vez.- murmuró, tirándose en la cama a su lado.

-Estaba él ahí?-

-Sí. Él y su amable esposa.- asintió.

-Pezz..-

-Se acercó a hablarme.- comenzó y Jade le permitió seguir -Me agradeció no arruinar su boda. No decir nada. Tragarme las ganas de gritarle cuánto lo odio.-

-No lo odias.-

-Odio lo que hace conmigo, incluso después de todos estos años.-

-Perrie.-

-Jay me llamó.- cambió el tema pronto, antes de tener que aceptar que todavía le quería.

-Oh genial! Y qué dijo?-

-Vamos a salir el viernes.-

-Grandioso!- festejó sonriente mientras la puerta sonaba.

-Y hablando de salir.. creo que ese es tu novio.- murmuró antes de que Jade abriera la puerta y el chico de cabello oscuro le besara.

-Hola Pezz.- saludó amistoso como siempre.

-Jed.- sonrió, chocando los cinco. -Qué tal la banda?-

-Genial. Algún día deberían unírsenos ustedes.- sugirió.

-Oh sería grandioso!- chilló Jade emocionada, siendo abrazada por su novio.

-Se vienen conmigo a una boda?- bromeó Perrie, riendo ante la idea de una banda de rock irrumpiendo en la paz de un blanco casamiento. Pero bueno, siempre había una boda donde eso era posible...

-A la nuestra.- guiñó Jed un ojo y Jade jadeó.

-Cómo si fueras a animarte a pedirme matrimonio.- rió la castaña, rodeando los ojos -No tenes las pelotas.-

-Perdón?- la miró serio, divertido -Pequeña niña, no tenes una idea.-

Perrie sonrió ante el pequeño juego de sus amigos. Dos semanas atrás lo había acompañado a una joyería para encontrar el anillo perfecto. Jed venía planteándose la idea de proponérsele a su novia y no había dudado en recurrir a la rubia para que lo ayudara.

Mentiría si dijera que los cariños de sus amigas con sus respectivas parejas no le daba nostalgia. Porque ella había sido la primera en sentir lo que creyó - y siempre creería - verdadero amor, la primera en caer completamente enamorada de un hombre que veía como el padre de sus hijos, la primera en poder despertar todos los días abrazada por un par de brazos cálidos pegada a un duro pecho al que besar, la primera en comprometerse, la primera en sentirse afortunada. Pero si bien no había sido la primera en sufrir engaños y una separación horrenda, todos sabían que había sido la primera en caerse a la acera y golpearse tan fuerte que solo ella podría ponerse de pie nuevamente. Había sido la primera en amar con todo su ser y la primera en ser destruida en fragmentos tan pequeños como polvo.

Ser la primera no siempre era bueno, así como ser la última tampoco lo era. No envidiaba a sus amigas. Ellas eran maravillosas y definitivamente se merecían lo mejor, Perrie no podía estar más feliz por ellas. Pero todas estaban tan enteras... todas tenían esa alegría positiva y esperanzadora, mientras ella era feliz pero con un terrible hueco que odiaba tener, ese incómodo y odioso sentimiento hacia su ex que persistía y luchaba por agrandarse; no podía creer que después de cuatro años aún no hubiera podido reparar ese maldito incompleto corazón.

Deep In My Bones  *Zerrie* |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora