El anime también necesita héroes.

ドラゴンソード

Despertamos por los rayos del Sol chocar contra nuestros rostros... Nah, mentira. 

Desperté porque una ardilla rabiosa me estaba atacando y Kim sólo se reía. 

-Tenemos que ir al Monte de Ruvezt- Dijo Minato.

-¿Dónde queda eso? Google Maps no lo marca- Dije fingiendo tener Google Maps en una piedra. 

-¿Google?- Dijo Natsu.

-¿Maps?- Dijo Genos.

Ana estaba viendo a Genos. 

-Esta ahí arriba- Dijo Minato señalando una montaña, tal vez la montaña más alta que he visto en mi vida.

-Tú quieres matarnos- Dijo Kim.

-Vamos, podemos encontrar la manera de subir sin hacer tanto esfuerzo- Dijo Martha.

-¿Cómo?- Dijo Carmina.

-¿Alguien sabe volar?- Dijo Martha.

Nadie dijo nada.

-¿Kim? ¿Natsu?- Preguntó Martha.

-Yo no puedo- Dijo Kim.

-Buena para nada- Susurré.

-Pero eres un dragón- Dijo Ana.

-Tengo descendencia de dragones, pero no vuelo- Dijo Kim.

-¿Genos?- Preguntó Natsu.

-Ni me mires- Respondió.

-Sí, no lo mires. Es sólo mío- Dijo Ana con cara kawaii.

-Bien, ¿entonces tendremos que subir a pie?- Preguntó Corchea.

-Nosotros a pie, tú a pata- Dijo Minato.

-Tenemos que dejar las cosas aquí y esconderlas- Dijo Minato.

-¿Todo?- Dije abrazando mi jarrón de oro robado de Divalandia.

-Kim, debes dejar las cosas aquí. No puedes cargar con todo- Dijo Minato.

-Sí, si puede- Dije con tal de no dejar mi jarrón.

Kim dejó la mochila a un lado de Martha.

-Víctor, ayúdame a registrar la mochila- Dijo Minato.

Me senté y tomé la mochila.

Saqué 273 objetos robados de Divalandia. Saqué a Rocky, una chancla, una espada, las galletas, un libro antiguo, un pokemón...

-Espera, ¿de dónde sacaste eso?- Dijo Minato.

Todos miramos a Kim.

-Yo sólo cargo la mochila, Víctor guarda la basura.

-El Pokemón se lo robé a un niño que estaba pasando con gorra roja...- Dije recordando el momento donde lo golpeé y salí corriendo.

-No, eso no, el libro- Dijo Minato.

-¿Golpeaste a un niño?- Dijo Natsu.

-Sí- Dije sonriendo.

-¿Qué pasa con el libro?- Preguntó Ana.

-¿De dónde lo sacaste?- Repitió Minato.

-No lo sé, lo vi tirado y lo agarré. Creí que eran cuentos.- Dije con sinceridad.

-¿Lo leíste?- Preguntó nuevamente Minato.

-No, esta muy largo. Leer es aburrido- Dije.

-TÚ ERES ABURRIDO- Dijo Carmina.