Salí de casa aprovechando que no había nadie. Estaba sola. Cogí mi skate y fui a recorrer el barrio. Veía las casas pasar, los parques con niños jugando. Hasta llegar a la rivera. Donde me tumbé en la hierba y contemplé las nubes. Rubén pasaba por allí y se me puso encima y me dio un beso.
-¡Ahh! ¿Qué haces?
-¿A las princesas no se les despierta con un beso de amor?
-Tú eres tonto...
Reímos durante un rato.
El también tenía skate. Los cogimos y dimos una vuelta por los alrededores de la Rivera, el rozaba mi mano en algunos momentos. Me daba cuenta pero no sabía si cogerla o no.
Nos sentamos en la cima de una cuesta y comenzamos a hablar.
-¿Por qué llevas el pelo rojo?
-Me gusta el fuego y soy tan curiosa como la sirenita. Entonces ese es mi color. Yo soy como ella. Siento curiosidad por todo.
-¿Entonces...Sentirías curiosidad por darme un beso?
Todo quedó en silencio
- Igual sí, si eres mi príncipe Erick, tal vez.
Se acercó lentamente a mí y me besó en los labios. Noté esa cálida sensación de sus labios con los míos. Luego al despegarnos me dijo:
-¿Este príncipe te vale?¿O busco al de la sirenita?
-Me vales tú.
Dije entre risas
-¿Bajamos la cuesta con el skate?
Me preguntó.
-Por Supuesto.
Le afirmé.
Nos inclinamos y nos deslizamos con rapidez y astucia, divirtiéndonos como nunca; hasta llegar a bajo del todo y volver a juntarnos.
-Creo que he ganado.
Dije orgullosa.
-Me da que no, aún tienes mucho que aprender sirenita.
-Serás hijo de...
Reímos juntos
-Anda ven tonta que te voy a dar algo.
Me acerqué y me invadió con otro de sus besos mientras se ponía el sol.
Nos sentamos en las rocas de la Rivera y nos fumamos unos cigarros mientras nos mojábamos los pies en la fría agua del río.
-Julia... Una cosita...
-¿Qué?
Sin pensárselo dos veces me empujó al agua , el muy idiota.
-¡Me cago en todo!
Él se reía mucho, yo también.
Seguidamente le tiré al agua, donde nos besamos y abrazamos hasta que se acabó de poner el sol.
Mojados los dos nos fuimos de allí con nuestros skates y me acompañó a casa.
-Estoy empapada... Jajaja.
-Yo también.
Reímos por última vez y nos despedimos.
-Hasta mañana amor.
-Hasta mañana.
-¡Ah! ¡Una cosa!
-¿Qué?
-Toma mi numero de teléfono. Cuando quieras me llamas
-Vale. Adiós cielo. Te llamaré.
-Vale guapa.
Subí a casa, hoy no había llegado demasiado tarde. Mi padre estaría en el bar bebiendo como siempre. Mi madre me recibió sin gritos. Mi hermana mayor estaba en su cuarto y mi hermana pequeña me estaba esperando.
-Hola tata, ¿Juegas?
-Claro.
Y así terminó el día. Rubén me dio su número, jugué con mi hermana y lo mejor de todo es que mi madre no se dió cuenta de que llegué empapada a casa.
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LA CHICA DEL PELO ROJO {En proceso de corrección/actualización}
Teen FictionEsta historia no es la continuación de "Lágrimas de un psiquiátrico", (esa continuación la haré más tarde),que fue mi primer libro. Esta trata de una chica que vive la vida al límite, siempre con sus amigas y su skate. Hasta que se queda sola y cono...