DÍA 3

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Mi madre se levantó después de nosotros. Al parecer Saúl se había levantado hace unas horas para llamarme, como no respondí dejó una nota debajo de la ranura de la puerta, fue difícil que la distinguiera, pues mi habitación no tiene bombillas de luz, solo que mientras caminaba, algo extraño se arrugó debajo de mi zapato. Lo tomé y lo leí en la ventana:

"Tu madre no es humana, o al menos, ya no. Es una Soñadora. No me trae buena pinta estar en la misma casa con ella. Y más cuando somos dos personas cuerdas. Debemos salir de aquí. YA"

No supe a que se refería, pero era seguro que tenía un plan. Me acerqué al baño y toqué. 3 veces para ser exactos. No pasaron ni 5 segundos y ya estaba él ahí. Enfrente.

Me lanzó una mochila, la abrí y tenía mi ropa interior, calcetines, playeras, pantalones y dos pares de tenis listos para usarse. No supe de donde los había conseguido, pero daba pinta de que eran nuevos, la mayoría de las cosas. Me dijo que saliéramos, abrí la puerta y mi madre estaba en la ventana como todas las mañanas, observando. Pero algo diferente sucedió ahora, ella se tomaba las sienes con ambas manos. Justo al lado de sus orejas. Y murmuraba algo inteligible. Saúl se acercó con el arma posada en sus manos -Ciertamente, no recuerdo haber visto que la sacara- yo lo imité, y caminé hacia delante. Había unos 5 metros de distancia entre nosotros y ella, cuando giró violentamente. No se acercó. No dejó de tocarse las sienes forzosamente, lo hacía con tanta fuerza, como si sus manos debieran romper su cráneo entero para salvarse. No dejó de murmurar. Eso me fastidiaba, tanto a mi como a Saúl. No dije ninguna palabra.

La persona que en algún momento había sido 'mi madre' ahora era un zombi en etapa de transformación.

Saúl le exigió que dijera lo que murmuraba en voz alta. Se negó. Saúl era una persona muy terca, y sé que lo seguirá siendo, así que avanzó unos cuantos pasos hacia el frente para intimidar a Jen con su arma. Hacerla hablar. Hasta que soltó un aullido siniestro. Quedó con la cabeza gacha y la mirada perdida. Aún así, no dejaba de tocarse los costados de su cabeza.

Saúl le exigió por enésima vez que dijera lo que murmuraba en voz alta, hasta que por fin habló.

-"Dije... Que... ME DUELE... ¡MI CABEZA!"-

Al principio decía las palabras muy pausadas. Demasiado para mí. Y las últimas dos palabras, las expresó con un aullido.

Me acordé de lo que Saúl me había dicho el día anterior en el callejón. ¿Me animaría a preguntarle si poseía la Pesadilla? Así estaríamos seguros de sí ella era una Soñadora. Era obvio que lo era, pero quería estar segura. Se lo pregunté. Bajó violentamente las manos y las posó en sus costados, posó su mirada en mí y comenzó a acercarse a mí. Arrastrándose, caminando, corriendo, saltando. Volando. Se lanzó sobre mi. Era realmente aterrador.

Después escuché un golpe, como algo estrellándose contra el suelo.

Fue Saúl. Él mató a mi ma... Mató a Jen.

Me tomó de la mano para que me calmara y salimos de la casa. Parecería un viaje largo. Pero no dije ninguna palabra.

Llevamos tiempo caminando, no digerimos nada desde la mañana. Puedo asegurar que desde las 11:23 que no comemos nada -Saúl tenía un reloj en su mochila, y uno de repuesto que me regaló a mi. Sabía que en algún momento, nos sería útil uno- así que acabamos de decidir el parar a alimentarnos. Cabe destacar que ya está amaneciendo.

Nos alejamos demasiado de mi casa, pero después de lo que sucedió y de lo que había en ese momento en ella, prefiero estar mucho más de una ciudad de distancia. Es imposible olvidar que, el que ahora era mi mejor amigo y compañero de 'aventuras' había matado a la que, desde que tengo memoria, había sido mi madre. Si, me refiero a Saúl. Aún así, no le tengo rencor. Sé que lo hacía para que no nos pasara nada.

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