Me fue difícil el escribir desde el despertar pues cuando desperté no fue gracias a mi, simplemente un sonido fue lo que hizo que Saúl y yo saltáramos de las cobijas, encendiéramos las linternas y alumbráramos en todas las direcciones.
Todo quedó en silencio de nuevo.
Hasta que se oyeron, a lo lejos, pasos alterados -algunos rápidos, otros lentos. Iban intercalados- hasta que de golpe, se silenciaron.
Saúl me tomó de la mano y me ayudó a incorporarme. Comenzamos a caminar, entre pasillo y pasillo. Hasta que le sugerí que me deja libre, para que yo pudiera separarme e ir por un pasillo distinto al que él iba, así abarcaríamos más terreno y deduciríamos si habría alguien o algo, o no.
Tardó mucho en aceptar mi idea, pero lo terminó aceptando.
Tomé mi linterna y una pistola de su mochila, que de hecho me regaló. Después me separé de él, íbamos en direcciones opuestas así que era muy probable que nos perdiéramos por completo, además de que la iluminación no ayudaba mucho que digamos. Después comencé a observar que las que, antes eran luces, se movían sigilosamente, como si en algún momento fueran a...
En ese momento una de esas lámparas enormes cayó justo detrás de mí, a unos 4 metros de distancia. En ese momento necesitábamos unos cuantos walkie-talkie para que yo me pudiera comunicar con Saúl. Fue estúpido por qué lo que hizo fue gritarme si yo estaba bien, yo le respondí con un: "Shhh, Sí", y seguí mi camino. En uno de los pasillos había grabadoras, televisiones, baterías, cables y de hecho me encontré con unos audífonos, parecían demasiado innovadores... No venían las instrucciones, pero no venían empaquetados como todo lo demás. Los tomé, iba a ponérmelos pero cuando alumbre de nuevo la linterna hacia el frente, me encontré con un hombre, si, creo que eso era. -No era demasiado joven como Saúl ni demasiado grande para ser un adulto demasiado... Adulto- Apunté mi arma hacia él, pero cuando iba a disparar se coloca su dedo índice en medio de los labios, pidiéndome que cerrara la boca. Parecía estar cuerdo, igual o incluso más que yo. Vi que se acercó corriendo hacia mí susurrando: "Confía en mí, aún no estoy contagiado. Hay millones."
De repente, saca de su chaqueta un cuchillo, y se acerca a mi. Me da la espalda, poniéndose a mi lado izquierdo y me tomó de la mano.
Me costó mucho dejarme guiar por el, era demasiado distinto con Saúl. Con él charlé antes de partir, este tipo ¡ME TOMÓ DE LA MANO Y ME LLEVABA CONSIGO! Sin presentarse, sin decir "Hola", sin nada de nada. Simplemente me llevó.
Me miraba constantemente, aún así no dejaba de tomarme la mano. Iba a mi lado, posiblemente para defenderme. Empuñaba firmemente el arma con su mano izquierda, y yo lo ayudaba con mi linterna.
-Me llamó Mark. Debe ser extraño para ti que un tipo desconocido te esté protegiendo de un montón de zombies, ¿no niña?- Debía admitir que para ser un adulto, era demasiado irritable.
Me desesperó demasiado pronto, me zafé de su mano y respondí enojada.
-No son tan pequeña como crees que soy, amigo. No demasiado como para que me llames 'niña'. Tengo 14 años, y mi nombre es Alejandra, la mayoría me solía decir Alex. Y créeme, no eres el único raro desconocido...-
Parecía haberme ignorado, hasta que me dijo que él solo me quería ayudar. Le parecía extraño que una... Joven como yo, estuviera sola en un supermercado. El tipo... ¿Mark? Me irritaba cada vez más.
Ignoré todo lo que sentía gracias a que mi linterna iluminó algo extraño. Manchas de sangre.
Sangre.
-Dime que no soy el único que ha visto eso- Yo estaba en shock, era la primera vez que visualizaba algo parecido. No me aterraba la sangre, pero debido a lo que estaba sucediendo con el mundo, no podía ser nada bueno.
Apenas lo escuché, seguí caminando, -Está vez guiándolo yo, tomándolo de la mano- unos cuantos pasillos más, siguiendo las marcas de sangre. Giré la linterna primero hacia la izquierda y luego a la derecha en un pasillo sin salida. Justo al lado de lo que parecía ser la panadería, y ahí fue donde lo vi. Era un escrito con sangre en la pared:
TODOS LOS HUMANOS, SON MONSTRUOS.
Esa fue la gota que derramó el vaso, estuve a punto de gritar cuando Mark me tapo la boca con su mano.
-No hagas ni un solo ruido, eso es lo que los atrae- Tenía que admitirlo pero él tenía razón. Al parecer, podía confiar en Mark, estaba cuerdo, eso era totalmente seguro.
No tardó mucho tiempo para que él tomara mi linterna y la alumbrara por los dos pasillos restantes justo a su lado. Un sonido plasmó el aire, pasos lentos, después más rápido. Una luz resplandeciente nos alumbró a Mark y a mí.
-¡Suéltala, imbécil!- Me sorprendí, era Saúl apuntando el arma hacia Mark.
Me asusté, Mark me había ayudado, debía ayudarlo también. Me zafe por segunda vez de sus manos y hablé.
-¡No! Está de nuestro lado, está... Cuerdo, igual que nosotros. Nos puede ser de gran ayuda- No sabia que más decir.
No recuerdo muy bien el porque ni cómo pero los convencí de llevarse bien.
Le dimos una linterna a Mark, con baterías, y la arma restante que teníamos. Seguimos caminando buscando más provisiones y botellas de agua -esta vez no nos separamos, era demasiado arriesgado- y de repente un aullido desató el montón de voces que emanaban de una sola gracias al eco que se expandía por todo el lugar. Era un Soñador demasiado avanzado, estoy segura de que si tuviéramos el Despertar ahí mismo, seguiría sin salvarse.
Mark usó bien su cabeza y sobre todo, su arma. Lanzó una bala que se estampó en el cráneo del Soñador derribándolo brutalmente contra el suelo. Después de ello, 2 más surgieron de entre los suelos y se fueron contra mi. Logré reaccionar y corrí hacia un pasillo justo a mi lado derecho. Los Soñadores casi chocan contra Mark y Saúl que ya se habían hecho para atrás, así que fueron detrás mío. Eran dos contra una ¡QUÉ INJUSTO!
Corrí por todo el perímetro del supermercado, -destacando que era el supermercado más grande al que había asistido. Demos gracias a que ningún otro Soñador estaba dentro.- después me escurrí por uno que otro pasillo, hasta que entré a un pasillo sin salida. Igual que en el de la panadería. Me detuve a tomar algo de aire, giré y al verlos acercarse lentamente, me di por vencida.
Estaba acorralada, a un metro de distancia cuando, de improviso, Mark y Saúl saltan sobre ellos.
Ya no pude apreciar más.
Mi cuerpo era una mezcla de miedo, asombro y felicidad al mismo tiempo.
Agotamiento.
Me desplomé. Me tomó tiempo darme cuenta de que me había desmayado.
Mark fue el que me cargó en su hombro y con Saúl a su lado, comenzaron la caminata.
No desperté.
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Días Contados
ActionAlex. Una chica de 14 años que comienza a describir cada uno de sus días a partir del inicio del desastre. Encuentra amigos, tanto vivos... Como MUERTOS. Su finalidad es el encontrar un lugar seguro, encontrar una cura y venganza. Jugar TODO por el...