DÍA 12

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De acuerdo, mi sueño comenzó por eso de las 3:00 a.m por lo tanto, de cuenta de este día.
Y ahí estaba yo. Tomando la mano de alguien que no alcanzaba a percibir ni me interesaba saber quién era. Estábamos ambos en un Metro, repleto de gente tomando de la mano a niños y en brazos a bebes que, algunos lloraban, y algunos estaban calmados, como yo.
Dos, tres, incluso cuatro paradas y seguía todo como cuando antes, hasta que, cuando salíamos de la estación, comenzaron a sonar gritos ahogados.
Me altere un poco, pero cuando por fin se terminaron los gritos; en la oscuridad, aparecieron rostros en la ventana y puertas del monstruo metálico en el que viajábamos. Yo retrocedí por el susto, mientras buscaba alguna forma de que desaparecieran, pero no encontraba alguna. Todos los viajeros se alteraron, los bebes lloriqueaban a más no poder, y los niños mayores comenzaban a hacer preguntar bobas como: ¿qué es eso? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloran? Mientras sus madres y padres, les apretaban las manos hasta cortarles la circulación.
Yo voltee hacia la ventana, y ningún rostro estaba ahí, pero los gritos estaban presentes, como si alguno de esos Soñadores estuviera dentro del Metro. Después de unos segundos, manos llenas de sangre y saliva comenzaron a manchar los vidrios.
Gente mayor -que llegaba de las cabinas, principalmente hombres- comenzaron a romper uno que otro vidrio y sacaron unos palos enormes por ellos, después comenzaron a golpear a los invasores que cayeron acompañados de aullidos.
Aullaban como una bestia a punto de ser devorada por una más grande, hasta que llegaron al fondo de la caída, se oía como las llantas del transporte los aplastaban hasta que los gritos se apagaban poco a poco.
Yo me acerqué a la ventana para ver mejor, y sangre salpicó la ventana. No era sangre común, -roja, líquida, algo espesa- era algo más rosa, mucho más liquida que de costumbre, que dejaban ver gusanos moviéndose entre ella. Era asqueroso, y hasta repugnante.
Después, una mano tocó mi hombro...
Desperté.
-Alex, ¿estás sudando? ¿Qué te pasa?
Estaba aturdida y... Mojada. Me levante rápidamente asqueada de mí misma, pero no ubicaba que sucedía.
-¿Qué hora es?- Estaba tocándome la ropa, evidentemente mojada- ¿Hay algún lugar aquí donde pueda darme un baño?
-Lamentablemente, son las 11:30, ya no alcanzaste el desayuno. Pero te trajimos unas galletas y un vaso de leche, por si despertabas. Y sobre lo del baño pues... Después del desayuno te dan la oportunidad de bañarte. Hay dos oportunidades si las deseas, una en la mañana, y otra en la noche. Puedes usar una o las dos. Tú decides, pero si quieres darte una ducha, es tu momento, después de la comida todo se llena.
Randy parecía tener mucha experiencia acerca de lo que se encontraba en el cuartel, quién sabe cuántos días, meses o años llevaba ahí, y no iba a preguntar.
-De acuerdo, gracias. Y... ¿Dónde...?- no logré terminar, Randy volvió a leerme la mente.
-Las toallas, y todo lo que una chica necesita se encuentra en el baño. Debes acostumbrarte a ver cuerpos desnudos de chicas, tardaras unos días en asimilarlo. Suerte.
No supe cómo tomarlo, pero cada vez me parecía más raro que supiera tanto -¿Cuántos años llevas aquí?- Pregunté al fin.
-¿Cómo sabes que son años?- me miró nervioso. -Llevo 3 aquí, Kay lleva 1, llegó casi a final del 2003, y yo a mediados del 2000. Tú acabas de llegar, recuerda, a mediados de 2004. Tal vez te lo pregunten después.
Lo mire, de una forma confundida pero dándole a entender que entendí el mensaje. 2004. Salí del cuarto, pero sin saber a dónde ir.
Después de un rato buscando el baño, me aseé y mientras volvía al cuarto, dos chicas me miraron.
-¿Tu eres la chica que estaba con Randall y Kay?- dijo una chica pelirroja.
Vi algo de asombro en su rostro, ninguna gota de envidia o molestia.
-Pues, si. Supongo.- sonreí. -¿quiénes son ustedes y como saben quién soy?
-Cierto, yo soy Lisa, ella es Mary.
Mary era una chica castaña, un poco más que yo. Piel morena, de un color canela.
-Yo soy Alex, mucho gusto. ¿Ustedes son amigas o algo de las chicas con las que los chicos discutieron ayer por mí?
-No, para nada- dijo la que creí que era Mary -Nosotras odiamos a esas chicas, en realidad nunca nos hemos metido en problemas con ellas, y esperamos no hacerlo...
-Bien, entonces no se me acerquen. Estando conmigo se meterán en muchos con ellas.
-¿por qué lo dices?
-Miren, ustedes se ven que son buenas chicas, yo también lo soy, peor convivo demasiado con Kay y Randy, así que me meteré en una gorda si además de mi, ustedes la llevan.
-A mí no me importaría, ellas siempre son así con las nuevas, hace dos meses fui yo. - dijo la pelirroja, que suponía debía ser Lisa -No quisiera que te pasara lo mismo, me encantaría llevarnos bien y poder ser... Lo que antes se llamaba 'amiga'.
-Esta bien, pero a la primera que las cosas se pongan mal... No las conozco. ¿De acuerdo?
-Mierda, de acuerdo. -Dijo Lisa, riendo un poco -me agradas. Nos vemos luego, debes darte una ducha. Digamos que... Hueles algo mal y tienes saliva en tu boca.
-Anda, gracias. ¡Las veo luego!
-Estamos en el edificio 4 por cierto, los primeros 5 edificios son para las chicas, y los otros 5 para los chicos, pero estás tú jaja. -Esta vez era Mary -Tal vez podamos quedar en alguna ocasión.
-Dalo por hecho.
Y cuando salí, acompañé a los chicos a comer algo.
Llevamos los platos a la habitación y ahí estábamos comiendo, luego recordé que Randy iba a explicarme su teoría del por qué estábamos ahí, y no evité la pregunta. Tenía que saber el por qué estaba ahí.
-Entonces... ¿Alguien sabe le por qué nos traen aquí?
Ambos se miraron con asombro.
-Nadie lo sabe, pero hace mucho Ashton nos contó que nos traían aquí porque el mundo estaba hecho una mierda. Y si, eso todos lo sabemos. Nos trajeron aquí por qué dijeron que no éramos inmunes a toda esa mierda de la Pesadilla. Así que de alguna manera, nos protegen estando aquí. Si Soñadores llegasen a entrar a las instalaciones, estamos jodidos.
Realmente tenía sentido, pero había algunas cosas extrañas.
-Pero... ¿Quiénes son esta gente? ¿Por qué quiere protegernos a TODOS? ¿Son una especie de organización mundial? Si vienen a joder con que quieren repoblar el mundo con solo nosotros, ellos van a estar jodidos. Me trae muy mala pinta esto, no sé a ustedes.
Esta vez interrumpió Kay -De alguna manera es cierto, pero seguimos sin saber la respuesta a tu pregunta. Créeme, tenemos la misma duda, llevamos mucho tiempo aquí y quisiera salir.
-Créeme tú a mí, no quieres salir. Yo prefiero mil veces estar encerrada a salvo, que fuera con ese montón de basura rondando y luchando por comerme.
-Yo realmente no le creía mucho a Ashton- dijo el chico Rubio.
-¿Quien es ese tal Ashton?
-Era de los primeros chicos que habían llegado aquí...- fue interrumpido por la chica.
-¿Cómo que era?
-Déjale terminar, Alex.
-Gracias, amigo. Él nos contaba todo lo que sucedía detrás de todo esto, pero muchos decían que era solo un mito. Un día, de la nada, Kaya y Morrison lo llevaron a su oficina, y a partir de ahí nadie le ha visto. Algunos tienen la teoría de que, por levantar falsos, lo lanzaron a los zombies. Otros, que lo asesinaron para experimentar con sus restos. Pero nadie lo sabe.
La habitación quedó en silencio hasta que Randy lo rompió con un eructo, seguido del de Kay.
-Son unos cerdos.
Luego eructé yo.
Me parecía gracioso el poder hacerlo frente a unos chicos a los que acabo de conocer, pero ya les tenía confianza.
La hora de la cena fue algo rápida, y esta vez fue en la cafetería. Después estaba algo decaída y cansada, por lo cual me fui rápido a mi habitación.
Entre, quité las sabanas de mi cama, y me eché a dormir, pensando en lo que había descifrado ese día.
Estaba soñando.
Esta vez estaba con las chicas, hace algunos años. Me veía más joven. Con las mismas chicas con las que había estado en el autobús, y en las literas.
En una fila horizontal. Todas viendo hacia una persona: Un hombre con tez blanca. Ojos achinados, y cabello caído un poco más abajo de las orejas color café castaño. Iba vestido con unos lentes y una bata blanca. En la esquina de esta había una etiqueta bordada: ASEINEM Científico Maklefoy.
-Stein.
Giré mi cabeza hacia ambos lados, y casi al fondo vi a una niña pelirroja dar un paso al frente.
-Izquierda.
La niña iba con la cabeza gacha hacia el lugar al que le habían asignado. Al seguirle con la mirada, me di cuenta de que ya habían nombrado a más niñas hace tiempo. Pues había cerca de seis de mi lado izquierdo; giré mi cabeza hacia la derecha y de este había solo dos.
Habían pasado otras tres niñas más hacia el lado izquierdo, y después de un rato pasó algo diferente. Una niña, algo mayor que las que habían pasado -calculaba que de diez u once años, casi de mi edad- y de piel morena, dio un paso al frente al ser nombrada: Phillips.
Suponía que debían ser los apellidos, o algo así.
Como si estuvieran leyéndome la mente, la chica tenía confusión en su rostro y volteo a ver a sus compañeras de costado, preguntándoles disimuladamente por qué había avanzado.
-¿Qué te sucede, cariño?- preguntó el científico -¿No recuerdas tu nombre?
Y ahí estaba. La respuesta a mis dudas.
-Les repito por enésima vez, iré llamándolas por sus apellidos y darán un paso al frente. Yo iré asignándolas al lado correspondiente.
¿Correspondiente para que?
-Thomson.
Esta vez no gire a ninguno de mis costados. Algo me decía que era yo la que debía seguir.
Y así fue.
Di un paso frente a Maklefoy y esperé a que me indicara que debía hacer.
-Derecha.
¿¡THOMSON A LA DERECHA!?
Sin pensármelo dos veces fui a ese lugar y esperé a que asignarán a todas las chicas. Después de ello se contaban como treinta del lado izquierdo y solo ocho de mi lado.
No sabía el nombre de ninguna de las ocho chicas de mi lado.
Cuando iba a preguntárselos, desperté.

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⏰ Última actualización: May 15, 2016 ⏰

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