No podía sacar de mi cabeza a Mario, es decir, me gusta, no me gusta él, su cuerpo, todo él. Porque aunque muchas digan que no, sé que está bueno. Mucho diría yo.
Creo que fui una de esas personas que primero se fijan en el físico antes que nada. Si conocía a un chico, platicaba con él un momento y cuando el se fuera le miraba el trasero. No sé, soy una morbosa. Soy una maldita calenturienta y para colmo, virgen.
Me reí tan fuerte por mi desgraciada de vida. ¿Casi siempre es así? que los vírgenes sean los más asquerosos. ¿No? bueno, ese era mi caso. ¡CLARO! los sentimientos importaban, porque tampoco tendría a un bastardo de novio. No pedía mucho.
Solo quería un novio bueno, con buenos sentimientos y que sea bueno en el sexo.
Bueno, si era mucho lo que pedía. Y solté otra carcajada.
Abrí mi laptop y chequeé mi historial de Internet:
-Posiciones del Kamasutra.
-Sexo XXX.
-Porno con maestros.
-Wattpad: Kamasutra.
-Wattpad: Hazme tuya (Harry Styles y tú)
"Eres una cerda, Diana Zúñiga", pensé. Y me reí locamente. Compartía laptop con Amber pero ella jamás veía el historial y eso me alegraba. Pero por cualquier cosa lo borré.
-¿Diana?
-¿Qué quieres, Amber?
-¿Quieres ir conmigo al parque?
No lo pensé ni 2 veces y asentí. En el parque había las cosas esenciales que ves en un parque; bancas, árboles, juegos. Pero había algo que amaba sobre todo eso, las rampas. Es mi pasión desde los 9 años.
-Te espero abajo.
Dijo Amber para después cerrar la puerta. Suspendí mi laptop y tomé mi skate. Suspiré para luego bajar. Ella estaba mirando hacia afuera, le hablé pero ni me miró. Tenía la mirada perdida y seguí a esta. Jan. Estaba jugando fútbol en la calle. Me reí, a mi hermana le atraía Jan, pero sé que ella no sería capaz de decírselo, lo que me da más risa aún porque si ella no le decía, Jan se enteraría por su propia cuenta. Amber no era disimulada cuando alguien le llamaba la atención.
-¿Piensas quedarte toda la tarde mirando a Jan o quieres ir al parque, eh?
Dije divertida y ella se sonrojó. Pasamos cerca de Jan, lo miré, él me miró y me sonrió. Y yo le devolví el gesto, observé a Amber y algo vino a mi mente.
-¿Jan?
-¿Si?
-¿Quieres ir con nosotras a jugar al parque?
Sus ojos se iluminaron y asintió.
-Iré a cambiarme.
Y entró a su casa.
-¡¡¿QUÉ FREGADOS TE PASA, PENDEJA?!! ¿POR QUÉ CHINGADOS LO INVITAS?
-Tenía que hacerlo, Amber, si se ve que te gusta.
Ella bufó por lo que yo me eché a reír. Yo sonreía mucho. Demasiado. Y la puerta de la casa de Jan se abrió y este salió, pero la dejó abierta. ¿No pensaba cerrarla? pero a los pocos segundos salió Mario.
Mi corazón se detuvo. Dejé de sonreír y le dediqué una mirada a Jan.
-Cuando estaba en mi cuarto buscando ropa, él entró y me preguntó a donde iba y le dije que iría con ambas y se quiso unir ¿puede, no?
Lo miré unos segundos, tragué saliva y desvié mi mirada a Mario. Él me miraba esperando una respuesta. No sabía muy bien la expresión de su rostro. Era frío pero divertido. No quería ser maleducada.
-Claro, Mario puede venir también.
Y empezamos a caminar. Escuché como Amber y Jan conversaban aunque de vez en cuando se le escapaba una risa demasiado femenina a Amber, a este paso, Jan se daría más cuenta. Me resultó muy graciosa la situación, por un momento, claro. Mario no hablaba, y yo tampoco. Suspiré y Mario susurró algo pero al darse cuenta que no lo escuché del todo, habló más fuerte.
-Lo sé, también me siento agobiado.
Y eso fue todo. No hablamos más.
Gracias, Jan. ¡GRACIAS POR TRAERLO! ya no tenía ganas de nada.(¬¬)
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Regresé de la escuela y lo primero que hice fue hacer otro capítulo porque veo que les gusta esta novela. Y se los agradezco.
Enormes besos,
-Laura 7u7