Habían pasado 3 días desde que le confesé a Mario que lo quería y viceversa. No hablamos mucho. Nos dirigimos algunas palabras pero no son nada importantes. Y ayer entré de nuevo a la escuela. Mieeeeerda.
Conocí a una chica muy linda que se llama Fernanda. Va conmigo a clase de Ciencias, Matemáticas, entre otras. Es muy simpática. Fue la manera más rara de conocer a alguien.
[...]
-Uy mierda.
Escuché decir a la chica dentro del baño. Me acerqué y toqué la puerta.
-¿Pasa algo?
Dije y ella suspiró aliviada.
-¡SÍ! ¿me traerías papel? se me acabó.
Y solté una risita. Se. Le. Había. Acabado. El. PAPEL. JAJAJAJAJAJAJA. Tenía en mi mochila por si me sangraba la nariz o algo así. Tomé un poco y se lo di.
-Muchas gracias, salvaste mi trasero, jajajaja.
Dijo dentro del baño. Esperé a que saliera. Cuando lo hizo me miró apenada y se sonrojó.
-Mucho gusto, soy Diana, Diana Zúñiga.
Le extendí mi mano y la tomó.
-Me llamo Fernanda, Fernanda Canela, pero dime Yaya.
Le sonreí. Y ella a mi.
-Perdona que haya sido así, pero el papel que tenía se cayó a la taza, iugh.
-No te preocupes JAJAJAJA ¿qué clase te toca...Yaya?
-Ciencias con...
La interrumpí.
-La Wazowski.
-¡EXACTO! JAJAJAJAJAJA ¿vamos?
-Vamos.
Y fuimos a la sala 88; Ciencias. Nos sentamos juntas. Me caía bien.
[...]
Me invitó a su casa. La idea fue tentadora desde que mencionó que tenía un hermano que se llama Miguel y traía locas a todas por sus ojos. Así que acepté. Lo de su hermano lo tenía que aprobar yo misma.
Íbamos caminando rumbo hacia su casa. La pude reconocer a unos 20 metros ya que era la casa más grande y llamativa de la calle. Hicimos una carrera para ver quién llegaba primero. Y obvio, yo gané. Cuando llegó, sacó las llaves y las metió en la cerradura, pero la puerta hizo un ¡Clic! y se abrió de par en par.
Oh mi santo Jesús. Era MÁS que obvio que era su hermano. Tenía unos ojos tan hermosos y sus pestañas eran muy lindas. ¡BIEN! es la primera vez en la que no me fijo en el trasero de alguien. Él me miró y me sonrió. ¡SONRÍE HERMOSO! Me sonrojé y miré a Yaya, ella sólo me miraba pícara.
-Vosotros debéis conocer mejor ¡pasad!
Dijo ella con un acento español, o bueno, un intento de este.
-¿Ahora te volviste española, eh? JAJAJAJA
Su hermano Miguel se empezó a reír. Me empujó hacia adentro y me obligó a sentarme en el sofá.
-Iré por galletas...y no vuelvo pronto...
Dijo Yaya retrocediendo lentamente y con la mirada entreabierta lo cual me dio mucha risa. Miguel suspiró.
-¿Qué has hecho? ¿por qué está tan feliz contigo?
-Mmm, la ayudé en...
No podía decirle que le pasé papel porque se le había acabado, la molestaría.
-...¡UN EXAMEN DE MATEMÁTICAS! y como sacó buena nota me invitó a su casa.
-Haré como que te creo...
Y soltó una risa.
-José, pero dime Jos.
Dijo extendiendo su mano.
-Diana.
Dije aceptándola.
-¡FERNANDA!
Dijo Yaya mientras regresaba a la sala. Nos dio mucha risa así que nos partimos a las carcajadas por la que nos miró mal y se retiró de nuevo.
Por el rabillo del ojo observaba a Jos, Miguel, Jos Miguel, Miguel Jos, da igual, pero ¿cómo no lo haría? ESTÁ HERMOSO.
Y por dentro le agradecí al destino encontrarme a Yaya y darle papel cuando estaba en el baño, gracioso o no, no me arrepiento porque gracias a eso, conocí a Jos, un niño muuuy lindo.
Y sí, dije Lindo.
No me fijé en su trasero. Por primera vez.
Algo tenía ese chico que no necesitaba mirarle el trasero para saber lo lindo que era él.
Gracias, Fernanda.
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Espero que les haya gustado, mis amores.
Besos,
-Laura7u7