Capítulo 1: Él y Ella

15.5K 316 21
                                    

                                               

Las vacaciones de verano estaban a punto de terminar y todo volvería a la normalidad. No más salidas a la biblioteca, ni más intentos de escribir. Ella regresaría a la escuela y él comenzaría su nuevo trabajo como maestro de literatura.

  

      Era viernes y Ella había salido a la biblioteca. Ahí esperaría a su mamá, que estaría trabajando. Había decidido tener algo ligero para leer y escogió el libro de una película romántica llamada "The notebook" o como lo traducían a español "El diario de Noah". Le encantaba leer sobre romance, verdadero romance y no la burla que los adolescentes creían que era el amor.

        Para tener 16 años tenía un pensamiento muy maduro en cuanto a algunas cuestiones, como por ejemplo, el amor; tenía una definición muy clara y concisa respecto a ello. Para ella, había parámetros; primero la persona te atrae, luego te gusta, te enamoras, la quieres y por último, la amas. Aunque creía que el paso tres era una farsa, una mentira y algo innecesario, su mismo nombre lo decía, enamoramiento, miento, mentira.

       Mientras tanto Él se concentraba pensando en dónde sería el mejor lugar para acomodar su escritorio en el nuevo departamento. Se sentía un poco desilusionado porque hacía dos años que no tenía inspiración para escribir siquiera un verso. A sus 28 años ya sentía que estaba fracasando, de qué le había servido esforzarse tanto en la universidad si terminaría dando clases y no escribiendo grandes novelas como siempre había anhelado. Pero por más que lo había intentado, desde que había empezado a estudiar su segunda carrera, para ser abogado, tal como querían sus padres, había empezado a dejar de escribir, poco a poco las palabras le faltaban hasta que un día no logró escribir ni una letra.

       Así que le habían conseguido un trabajo como profesor de literatura. Era muy inteligente y no había costado trabajo que lo admitieran. No le agradaba mucho la idea pero ya estaba cansado de vivir con sus padres y de tener que depender de ellos       

     

       En la biblioteca sonó un celular muy alto y ella contestó.

       -¿Mamá? Estoy en la biblioteca, no puedo hablar.- Dijo susurrando mientras agachaba la cabeza por debajo de la mesa.

       -Mi amor, ya terminó la junta. Solo dime en dónde paso por ti, si es en el centro, mucho mejor.

       -Ehh... sí, sí, te veo en... el Jardín. Adiós- Colgó el teléfono y se apresuró a guardar los libros que había pedido prestados en la biblioteca.

       -Señorita, los teléfonos están prohibidos.- Se acercó una mujer con traje que atendía en la biblioteca.

       -Sí, sí, sí, lo siento mucho, ya me iba- Tomo los libros que faltaban y tomó su termo con café del aparador donde se dejaban las cosas al entrar.

       -Sabes que me preocupo mucho por ti, y en realidad  quiero que estés bien. No me gustaría que ahora mismo estuvieras sentado frente a tu escritorio desesperado por no poder escribir.

       -Lydia, esto bien. En realidad estoy terminando de comer.- Él estaba en la barra de un restaurante  que daba hacia el jardín principal y hablaba por teléfono.

       -Oh, sí, claro. Seguro estás comiendo hamburguesas ¿o me equivoco?

       -Por supuesto que sí. Acabo de terminarme una deliciosa ensalada. Ya sabes, lechuga, jitomate, tubérculos y un toque de carne.- Decía mientras hacía a un lado lo que sobraba de su hamburguesa y los restos de las papas fritas.

Más que una claseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora