No puedo decir que me fue fácil llegar a casa y fingir que todo estaba bien. La previa discusión me hacía sentir derrotada y culpable, dos cosas que no pueden estar juntas sin causar daños a mi comportamiento. A pesar de sentirme aun enojada con Noah, no podía evitar pensar que hacía mal al alejarme de él a cada paso que daba.
Evasión, irritación, frialdad y ansiedad fue lo que vino en los días siguientes. Evité cualquier contacto con mi madre y Clary. Me irritaba cualquier tipo de manifestación de amor o felicidad, como si creyera que todos deberían estar de luto. Me mostraba fría con las pocas personas a las que les dirigía la palabra. Iba de la escuela a la biblioteca y de ahí a mi casa tratando de no hacer contacto con nadie. Pero más que nada, me invadía la ansiedad por saber si Noah se encontraba bien.
Me fue posible evadir un par de llamadas que hizo a mi celular, pero tres días luego no pude evitar que llamará a casa, y mucho menos que Carol atendiera a su llamada.
-¿Dónde estabas?- Recibí como bienvenida al entrar a casa luego de un día completo en la biblioteca.
-Hola, mamá. Yo estoy bien, ¿y tú?- Dije irónicamente a modo de respuesta.
-¿Y Noah?- Dijo sin prestar atención a mi respuesta anterior. Puse los ojos en blanco, cerré la puerta de un portazo y comencé a subir las escaleras. -Luna... - Continué mi camino y mi barbilla comenzó a temblar.- Luna, ven por favor. - Subió detrás de mí. Llegué al segundo piso y me detuve sin decir palabra.- Luna...
-¡¿Qué?!- Volteé y se sorprendió de mi estado pues las lágrimas ya comenzaban a caer por mis mejillas.
-¿Qué pasa, mi amor?- Preguntó suavizando la voz y pude ver reflejada en su rostro la preocupación maternal, lo que hizo que me sintiera como una niña y bajara los pocos peldaños que nos separaban para abrazarla. Le conté todo mientras lloraba y eso hizo que me sintiera más relajada.
Luego de todo eso, cenamos algo y vimos una película juntas, como hacía tiempo que no lo hacíamos. Y sentadas en su cama, frente al televisor, me dijo algo muy importante.
-No eres responsable de los demás, Luna, cada persona tiene su manera diferente de afrontar las cosas. Pero lo más importante es que no puedes perderte a ti misma por nada. P
Ese fin de semana dediqué mi tiempo a estar en casa o a salir con Clary para ponernos al día. Ella también pensaba lo mismo que mi madre y eso me hacía sin duda hacer sentir mejor respecto a mi decisión de dejar a Noah por unos días.
Pero lo que me hizo sentir mucho mejor fue encontrarme con su carro al día siguiente en la escuela. A pesar de ello, y no sabía exactamente por qué, no me sentí realmente lista para presentarme en su clase. Así que esperé esa hora detrás de la escuela. Gran error. Mientras volvía para mi siguiente clase, me abordó el director con un aire misterioso.
-Señorita Hills, ¿no tiene clase de literatura?- Me detuve en seco por la pregunta y puse a mi cerebro a trabajar para inventar un pretexto.
-El sustituto no viene los lunes.- Dije rápidamente, pues era cierto.
-¿No se enteró?-Dijo con fingida sorpresa. -El profesor Black se ha reintegrado a la escuela.
-Oh, qué bien. De haber sabido antes hubiera ido a clase. Me alegra que se haya recuperado.- Dije mientras me alejaba de él tratando de sonreír.- Y si me permite, tengo que ir a otra clase.- Me fui lo más rápido que pude a fin de no permitirle responder.
-Recuerde que va contra las reglas saltarse las clases.- Fue lo único que me alcanzó a decir, o más bien, gritar. Me alegraba que todo eso hubiera sido por faltar a clases, últimamente se había comportado raro conmigo.
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Más que una clase
Roman d'amour"-No.- Guardó silencio un instante-No.- Repitió -Lo lamento, Noah. En serio.- Le dije evitando su mirada que buscaba la mía con desesperación. -Por favor. -Lo siento. - No pude hacer más que salir de su salón antes de derramar una lágrima. Era lo m...