¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me pregunto qué pasa por tu mente en estos momentos.
En realidad, me pregunto qué pasa por tu mente todo el tiempo, pero es que eres tan reservado, que por más que intento leer tus expresiones y tratar de meterme en tu cabeza, no logro conseguirlo.
Me dijiste que te gustaba, en realidad no me lo dijiste directamente, si no que lo dijiste públicamente, como si de un anuncio se tratara.
Lo dijiste y bloqueaste completamente mi mente y mis sentidos.
Sentía tu mirada dirigiéndose a mi a cada momento, además de que de vez en cuando te veía hacerlo.
Era una noche no tan fría, estábamos en ese campamento escolar a las afueras de la ciudad, yo recién había llegado junto con mis amigas después de escaparnos a un concierto por unas horas.
Estabas ahí, usando ese suéter idéntico al mío, me pareció una coincidencia cruel, de igual forma, no fui la única que lo noto, decidí dejarlo pasar y admirar tu buen gusto.
Me sorprendí al verte a tales horas de la madrugada aún junto a la tradicional fogata.
Dentro de mi sentí como si estuvieras esperando a que llegara.
Pero aún así me sorprendía.
Me sorprendía ya que hace algunos meses, cuando estábamos "juntos" siempre eras el primero en dormirte, pero decidí dejarlo pasar.
Y no fue hasta ese momento en el que mientras jugábamos verdad o reto y dijiste que te gustaba, parándote y señalándome, como si alguien no me hubiera visto o como si no me conociesen, señalándome, aún cuando en la fogata no éramos más de 12 personas perfectamente conocidas entre si.
Aún recuerdo lo que respondiste cuando te preguntaron quién te gustaba "Ya se lo que quieren escuchar, y bueno, creo que es un poco obvio, pero: Julie."
En ese momento no sabía qué hacer con mi vida, lo juro.
Estaba tan confundida, pensando: ¿Porque? ¿Porque ahora después de tanto tiempo?
Y fue aquella noche en la que después de tanto tiempo, me volviste a quitar el sueño y volviste a ser el causante de mi insomnio.