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Lo he pensado. Pero por más que lo pienso, menos lo entiendo.
No sé que es lo que quiero, tal vez lo has notado.
Me parece irónico que los papeles se hayan invertido.
Me parece irónico que la que no sabe que es lo que quiere ahora soy yo.
Esta vez te toca sufrir a ti.
Espero que sientas esas inmensas ganas de abrazarme y no hacerlo por temor a que te mande lejos.
Espero que cuando tengas ganas de tomar mi mano para que todos sepan que te pertenezco, sepas también que no tienes que hacerlo porque no lo hago.
Espero que cada noche, justo antes de dormir, tu cabeza de vueltas y te preguntes qué está pasando respecto a nosotros.
Justo como yo lo hice tantas veces.
Espero que tu subconsciente te torture y te despiertes a mitad de la noche pensando en mi; diciéndote que te amo y que fue un error dejarte ir.
Espero que a través de mi indiferencia percibas el dolor que me causaste.
Espero que entiendas que no puedes marcharte y luego volver como si nada.
Espero que entiendas –o al menos que intentes entender– lo que pasé.
Espero que mi recuerdo este constantemente en tu mente.
Espero que recuerdes cuando al verte mal siempre te ofrecía mis brazos abiertos, dispuestos a clamarte y ofrecerte mi más puro cariño.
Espero que extrañes tener mis manos entre las tuyas.
Espero que pienses acerca de lo que ha pasado estos últimos meses, así como espero que me extrañes con intensidad y que al ver lo que está pasando te arrepientas de tus actos.
Espero que sepas valorar las oportunidades, personas, o simples cosas que se presenten en tu vida, porque cariño, recuerda que nada es para siempre, recuerda que los días pasan, las estaciones cambian, el amor se marchita, y las ganas de luchar por algo que se ve perdido al final se terminan perdiendo.
Espero que sepas valorar lo que tuvimos, y que no repitas los mismos errores que conmigo cometiste.
Porque cariño, al parecer olvidaste que nadie es irreemplazable.
