Parte 4

653 20 0
                                    


Fue un día, de esos en que la mente capta hasta el tenue sabor a cloro en el agua; que, de repente, una profunda tristeza, fugaz desesperanza y un febril odio se juntaron en su lengua. Se mezclaron con la ayuda de un terrible calor húmedo, fundiéndose con sudor y llanto, un gran rencor.

Comenzó Zirem, a sudar el vapor terrible de la venganza, en su mente comenzaron a danzar terribles imágenes causándole un cobrizo y sonriente dolor. De muchas maneras y distinto modos, materializó su venganza, hiriéndole a muerte, involucrándolo en una de sus grandes mentiras, desaparecer a alguien de su familia, o simplemente lanzar una amenaza.

Él se sentía devastado, no por lo grave de la acusación, sino que había causado que él y su familia tuvieran que mudarse de ciudad. No bastaba con los errores que cargaba en su conciencia, el haber huido de esa manera, le hacía tener un sentimiento de derrota, que no lo dejaba tranquilo.

Me lo dijo varías veces, no de manera directa, pero pude percibirlo en sus modos y quejas, cuando bebíamos ese líquido cristalino en varias tardes de oscurecido cielo.

Carentes de importancia para mí, las analizo, y me doy cuenta que todos subestimamos de lo que realmente era capaz. Ahora, el día de hoy, me arrepiento, de no haberle escuchado, más allá de lo que me dijo, leer entre las líneas de su diaria conversación.

Y es que una persona normal, no investiga de la noche a la mañana, datos de armas y maneras de comprarlas. Tal vez todos pensaron que alardeaba para sentirse menos miserable de lo que la situación ameritaba.

O pensaron, como yo, que tan inocente su alma era, no sería capaza de herir a una persona, con historial de años semejante a él, de conocerlo. Bueno, en realidad, no fue gran amistad, pero se conocían de hace muchos años, muchos más de los que yo conocí a Zirem.

No conocí, ni superficialmente a Nobri, sólo conocí los hechos que sucedieron hace cuatro años, pero que él no puede olvidar.

Contaré lo sucedido, desde el día en la escena del crimen, que en realidad consistió sólo en la venganza que anhelaba, en herirlo, dejarlo vivir para que sintiera el sufrimiento y desesperación que Zirem sintió; hace mucho tiempo, cuando aún poseía un afable corazón, en un pasado que ya no volverá.

:{"su���D��Y

El crimen perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora