Como todos los fines de semana, fui a trabajar a una tienda de conveniencia cerca de la estación Gangnam.
Había dejado la casa de mis padres hacía ya 3 años, para estudiar danza en Seúl y de alguna u otra manera tenía que costear mis gastos. Aunque tener un trabajo de medio tiempo no dejaba tanto dinero como quisiera, era lo único a lo que podía optar.
Llegar a Seúl, no fue una tarea fácil. Convencer a mis padres sobre dejar Gwangju fue algo complicado pero no imposible. Luego de verme trabajar arduamente para pagar mis estudios, se dieron cuenta de que venir a Seúl era lo que yo de verdad quería hacer.
Trabajé durante un año y con el dinero ahorrado, logré comprar un pequeño departamento en un barrio tranquilo y desde ese entonces me había ido excelente.
Trabajaba en aquella tienda de viernes a domingo como cajero. Mi turno terminaba en la madrugada , alrededor de la 1 am, no era el mejor horario para salir del trabajo pero no había otra opción. Camino a casa siempre intentaba evitar a los ebrios que aparecían en las calles repletas de bares y pubs en la que trabajaba. Mi pequeña motocicleta me ayuda a escapar de aquella muchedumbre, entre los callejones del lugar.
A pesar de que ir por un callejón no era lo más seguro, era lo más rápido y nunca me había pasado algo... bueno hasta ahora.
- ¡Oye! ¡Estás loca! – una chica se apareció abruptamente frente a mi motocicleta - ¡¿Cómo te cruzas así?! – grité molesto. Las cosas para ambos pudieron haber terminado bastante mal, si yo no hubiera frenado a tiempo.
- Aaayuudamee – dijo la chica tartamudeando. Al principio pensé que solo era otra chica ebria más de la calle, pero cuando divisé que tenía varios cortes en su cara y unos cuantos moretones más, me preocupé – por favor – suplicó agarrando mi brazo. Miré en dirección en donde la chica había venido y dos sombras se acercaban a nosotros.
- Sube – sus brazos temblorosos abrazaron mi cintura y arranqué mi motocicleta enseguida. Su respiración estaba agitada, su corazón latía ferozmente contra mi espalda y su cuerpo temblaba sin control. Solo una blusa y una falda cubrían el cuerpo de esta pequeña chica y siendo pleno invierno esa claramente no era la mejor vestimenta para nadie
Luego de un par de minutos al llegar a un semáforo, me quité mi chaqueta - toma - me volteé para entregársela y así pude apreciar su rostro un poco más. No era asiática, tenía unos grandes ojos grises y unas espesas pestañas, pero lamentablemente su cara estaba hecha un desastre. La chica tomó mi chaqueta sin pensarlo y se la puso.
- Gracias – pude leer sus labios. Me volteé una vez más y ella abrazó mi cintura otra vez. En lo que el semáforo seguía en rojo, miré sus piernas y estaban llenas de heridas y moretones también ¿Qué le había pasado a está pobre chica? ¿Cuánto tiempo llevaba así? Tenía muchas preguntas que hacerle, pero no era el mejor momento.
- Llegamos – dije una vez que detuve mi moto a las fuera de mi departamento y me quité el casco. La joven chica soltó mi cintura y bajó de la moto con sus piernas temblorosas – ¿Te sientes bien? – pregunté estúpidamente al verla llevar sus manos hasta su cabeza.
- Yo... – sin poder hacer nada para evitar su caída, aquella chica se desmayó frente a mis ojos.
- ¡Oye! ¡Oye! – la desesperación creció en mi cuerpo al verla totalmente inconsciente en el piso – vamos despierta – golpeé suavemente sus mejillas para que volviera a sus sentidos, pero fue inútil. Su rostro estaba caliente, más bien ardía como el infierno, dejándome más claro lo enferma que estaba.
Tomé a la misteriosa chica entre mis brazos y la llevé hasta mi departamento. Una vez que la recosté en mi cama, pude ver lo mal que ella estaba.
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¿Quién soy? ~ Terminada
FanfictionÁngeles Miller una joven estudiante de intercambio, es secuestrada unos meses después de haber llegado a Corea a estudiar gastronomía. Escapar es la única opción que tiene si quiere seguir con vida. Jung Hoseok, es un joven de 22 años estudiante d...