Capítulo III "Accidente"

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La maestra de la siguiente asignatura, la señorita Antonela, había faltado a la escuela ese día, eso nos daría ventaja de que Rex y yo pudiéramos comer algo antes de seguir con el día.

—Tengo algo para ti. —Dijo la castaña.

—Espero que sea comida, señorita Rex, sino me veré obligada a golpearla.

—No te preocupes, saciare tu apetito. —Ella había comprado unas galletas y un jugo, lo suficiente como para no morir de hambre.

—Perfecto. —La mire sonriendo.

Durante la clase libre no hice nada más que dedicarme a comer junto mi mejor amiga, la chica de hermosos ojos verdes.

(...)

—¿Te apetece ir a la nueva cafetería que esta a unas cuadras? —Dijo mientras terminaba de darle un sorbo a su bebida.

—Claro —Dije entusiasmada, alzando la voz.

—¡Que bien te vez con la ropa de tu novio! —Interrumpió Catherine halagandome.

Rex pareció apenarse con el comentario, se sonrojo al instante. Fue un acto algo adorable y extraño a la vez, no entendía el porqué de su reacción.

—Esta no es la ropa de mi novio, ni siquiera tengo novio. —Respondí riendo un poco.

—¿Y que me dices de ese chico Patrick?, pude ver que te miraba muy seguido durante la clase —Mencionó Catherine dándome pequeños golpes con su codo, tratando de insinuar algo.

—Es el uno de los mejores jugadores de fútbol de la escuela y además es un chico demasiado atractivo. —Comente negando.

—¿Y eso qué? Tú eres la capitana del equipo de fútbol femenino, y también considero que eres muy linda. —Agregó Rex con la mirada baja.

—¿Qué me dices de ti, Rex?, dime, ¿quien te gusta? No me digas que alguien de tus personajes ficticios. —Dije con voz sarcástica.

—¿Eso que tiene de malo? —Respondió un poco molesta.

—Que ellos no existen. —Dije subiendo mi tono de voz.

—Has roto mi corazón. —Dijo poniendo sus manos en su pecho, siendo dramática.

No pudimos evitar reír a carcajadas. Rex siempre encontraba la forma de hacerme sentir alegre, y eso era algo que apreciaba mucho, se encargaba de hacerme sentir bien cuando lo necesitaba. Ella sin duda era divertida y su tono sarcástico siempre hacia reír a todos.

—Hablando en serio. —Interrumpí—. Nunca me has dicho si alguien te interesa... seria interesante saber si alguien te hace sentir especial.

—Creo que sí hay alguien que me hace sentir así. La verdad es que... —Fue interrumpida por la campana.

Ciertamente estaba interesada en saber la respuesta de Rex, pero el profesor siempre era puntual, así que llegó rápidamente al salón. Aún tenia en mis pensamientos su respuesta, podría contar a un par de chicos con los cuales haría linda pareja, como Mathew, se sienta siempre detras de ella y al parecer le presta atención siempre que participa en clase. O podría ser Timothy, he visto que es un chico geek, con gustos muy similares a Rex. Las respuestas eran confusas, pero sabia que quien fuera el que hiciera sentirla especial, seria el indicado. Ella es tan linda con esos ojos verdes, que contrastan perfecto con el castaño de su cabello, es un poco alta para algunos chicos, no cualquier chica mide 1.75. Pero aun así es buena en muchas cosas; es muy inteligente y es increíble con el skate. Cuando pienso en ella, la sigo viendo como mi pequeña amiga, aquella chica que era tímida, que amaba usar gorros y tenia unos lentes que quedaban a juego con su personalidad. Ahora que lo pienso ha cambiado demasiado.

Mientras seguía pensando, pude sentir a rex dándome leves golpes con su lápiz, era algo normal que lo hiciera, la entretenía durante las clases.

—Toma. —Susurro Rex.

Pase mi mano por debajo del respaldo de la butaca para poder tomar lo que me quería dar. Era una nota preguntando si iríamos a la cafetería que había mencionado antes, le respondí que tenia entrenamiento y devolví la nota. Minutos más tarde me devolvió la nota en donde me decía que me esperaría fuera de la escuela hasta que estuviera libre. Solo asentí y seguimos escuchando la clase. Después de otros 40 minutos hablando de biología, la clase termino. Me levante rápidamente de mi asiento, al igual que Rex. Le dije que la vería afuera y nos despedimos.

Luego de eso cada quien tomo su camino: yo hacia el campo de fútbol y ella hacia afuera. Antes de llegar al entrenamiento, le envié un texto a mi madre avisando que llegaría tarde a casa, nada fuera de lo inusual. Al llegar al entrenamiento, me aliste con ropa más cómoda que había guardado en el locker del vestidor de jugadoras y después practicamos un par de jugadas. Estuve ahí por más de una hora, hasta que el entrenador nos reunió para hablar sobre el próximo partido, teníamos tres días más antes de enfrentarnos al equipo rival. Ese juego era el más importante de la temporada, así que todas estábamos deseosas de ganar. Yo era la capitana del equipo, así que anime a mis compañeras, era importante mantenernos motivadas y estar más unidas que nunca.

Después de esa charla, pude retirarme de la escuela, estaba emocionada por al fin comer algo real y nutritivo. Tome mis cosas de los vestidores y me dirigí a la entrada. Abrí las puertas de la escuela y en la calle de enfrente estaba Rex escuchado música, sentada en una banca. 

—¡Hey! —Le hice señas con mis manos para que pudiera notarme.

Ella me miró y se quitó un audífono. Le hice señas para que cruzara la calle, y rápidamente llego a mí.

—¿Lista? —Preguntó. 

—Claro. —Respondí cruzando la calle sin cuidado, mientras me entretuve contándole acerca de mi entrenamiento.

En mi descuido, un auto giro hacia nuestra dirección, iba demasiado rápido como para frenar. 
Giré hacia mi derecha y ahí estaba ese auto gris dirigiéndose hacia mí. Supongo que sabia cual seria mi destino, así que en lugar de moverme, entre en un estado de shok. 

—¡MAX! —Rex grito. 

Sentí las manos de Rex en mi espalda, impulsándome al otro lado de la calle, pero al mirar hacia atrás, pude observar como su cuerpo se había estampado contra el auto. 

Siempre Juntas [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora