Parte de Mi

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Acomodo las latas de cerveza en el refrigerador dejando las mas frías delante porque se que así le gustan. Reviso el horno a ver si ya esta la lasagna que he preparado, se que es su plato favorito por eso lo hice. Termino de recoger todo mientras espero que llegue. Ya son las 10 por lo que no debe tardar.

Me ato el cabello en una coleta alta mientras me observo en el espejo. La parte morada alrededor del ojo derecho es casi imperceptible gracias al  maquillaje y la marcas de sus dedos alrededor de mi cuello ya casi ni se notan. Si no se hubiera quemado la boca por lo caliente que estaba la comida ese día, eso no fuera pasado. Se que soy un poco torpe pero intento hacer mi mejor esfuerzo. Escucho el pomo de la puerta abrirse por lo que me apresuro a su encuentro.

Entra a la casa tambaleándose un poco por lo que se sostiene del marco de la puerta, me acerco vacilante a el. Murmura palabras inteligibles mientras mantiene la cabeza gacha. Acerco mi mano con la intención de tocarlo pero levanta sus ojos rojos -producto de la bebida- hacia mi.

-Que me ves? - pregunta en tono seco y despectivo - quítate de mi camino y sirveme que tengo hambre.

Doy la vuelta y me dirigo a la cocina donde me dispongo a servirle la lasagna, vuelvo al comedor donde lo encuentro sentado en una de las sillas con el codo apoyado en la mesa y la mano en la cara en signo de flojera, levanta la mirada y se yergue en su asiento, coloco el plato frente a el. Toma los cubiertos y come un poco con cierta parsimonia, me mira y replica.

-Te quedaras hay o que? sirve para algo y tráeme una cerveza.

Me quedo en mi lugar mirándolo. Jamas pensé que nuestra relación se fuera a tornar de esta forma. Cuando nos conocimos el era de lo mas respetuoso conmigo, siempre detallista y atento, cada que podía me traía flores y una que otra flor, ahora lo único que recibo son golpes e insultos. Golpea la mesa con fuerza llamando mi atención.

- Maldita sea Johanna, ve por la cerveza!

Asiento y corro hacia el refrigerador por su  bebida. Se la entrego y me siento frente a el. Empiezo a comer alternando la mirada de mi plato a el. Mientras lo observo comienzo a recordar su primera agresión física hacia mi. Fue después de ir a la fiesta de un amigo en común. Un chico me ofreció bailar y ya que que durante toda la fiesta solo estuve sentada viendo a los demás disfrutar, acepte. Cuando llegamos a casa, apenas cruzar el umbral de la puerta, me soltó una cachetada que me tiro al suelo. Desde entonces lo hace cada vez que bebe, y eso, es casi diario.

Termina de comer y empuja su plato delante.Se Bebe su cerveza de un trago y la coloca con un poco de fuerza sobre la mesa. Suelta un eructo por lo que frunzo el ceño, es realmente asqueroso. Termino de comer así que me levanto y comienzo a recoger a mesa. Me agarra del brazo fuerte impidiéndome seguir, lo miro esperando que me suelte. Me Jala haciendo que caiga sentada en su regazo. Pasa uno de sus brazos alrededor de mi cintura reteniendome contra su cuerpo, pasa su nariz por el contorno de mi cuello estremeciéndome. Intento ponerme de pie pero  me aprieta con mas fuerza. Suspiro.

- Matias, necesito recoger la mesa - digo cansada por su actitud posesiva.

- Eso puede esperar - dice con voz ronca mientras que con la otra me sujeta por el cuello.

Reparte varios besos húmedos por mi hombros, hace unos meses atrás fuera sido muy excitante, ahora solo me produce nauseas. Intento apartarme un poco de su boca pero aprieta mi cuello con fuerza, se levanta por lo que me pongo de pie también, intento respirar pero me cuesta trabajo por la presión que ejerce, subo las manos hasta las suyas apartándolas pero es mas fuerte que yo.

- Matias...no...puedo... - Digo intentando que razone pero aunque lo haga se que no se detendrá.

- Esto es lo que querías no? que te trate como lo que eres...Una puta malagradecida. - Espeta.

Niego repetidamente sintiendo mis ojos picar por las lagrimas, quiero decirle que pare, que no me lastime, pero no puedo. Mi vista se comienza a nublar por lo que se que perderé el conocimiento, no es la primera vez que pasa. Intento retorcerme en sus brazos pero es inútil, estoy atrapada y con este pensamiento me pierdo en la oscuridad de la inconsciencia.

Despierto un poco mareada y con frió, estoy en el suelo de la sala. Mi cuerpo duele a horrores por lo que intento mover lo mínimo, enfoco mi vista por la sala buscando a Matias pero no lo encuentro. Debe estar ya en la habitación durmiendo. Aun en contra de mi estado físico me siento y me doy cuenta que estoy desnuda. Se lo que ha hecho pero intento no pensar en eso. Tengo varios moretones en mi pecho, brazos y en mi vientre y siento un sabor metálico en mi boca por lo que seguro y reventó mi labio en su ataque. Es Raro, las otras veces al estar en esta situación estuviera llorando y sufriendo mi desgracia, en cambio estoy extrañamente tranquila, observando todo con un voyeur.

Con gran pesar me levanto, mis músculos se sientes terriblemente adoloridos, la sensación durara un par de días. Apenas doy un par de pasos cuando siento un liquido tibio y viscoso salir de mi parte intima y correr por la cara interna de mi muslo. Me llevo la mano al vientre en reflejo. Se lo que es, por lo que sigo mi camino hacia el baño sin mirar atrás, un par de lagrimas corren por mis mejillas sin poder detenerlas. Aun sin confirmar nada, solo con una ligera sospecha de hace unos días, se que he perdido parte de mi vida esta noche.


Between lettersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora