Tortura Mental [MikaYuu]

7.

La hermosa melodía del violín resonaba en todo el salón. El sonido llegaba a los oídos de todos los estudiantes presentes que con pasos lentos seguían el compás de la música. El solista con movimientos firmes y certeros tocaba suavemente el violín mientras pequeñas gotas de sudor caían sobre este. Con un sentimiento de realización tocó el último compás con un brillo inquietante en sus ojos cristalinos y las ovaciones no tardaron de hacerse presentes.

  – Yūichirō 

Entre el bullicio y los aplausos dos jóvenes chicas al parecer totalmente desinteresadas en la actividad lograron captar la atención del músico, que no tardó en aborrecer el tema de discusión que mantenían aquellas chicas.

  – ¿Así que te gusta?

  – ¡¿Huh?! N-no es eso... Bueno sí.

  – ¡Bien! ¡Hagámoslo! – Una chispa de picardía pudo distinguir el músico en los ojos de la chica que se encontraba totalmente emocionada, haciendo que la gran multitud que alababa al solista dirigieran su mirada confundida hacia las chicas que inmediatamente tenían una fuerte coloración carmesí en toda su cara – Lo siento – Logró susurrar.

  – Shinoa...

– Ya dije que lo siento...

  – N-no entiendo a qué te refieres... – Continuó la otra chica desviando la mirada.

  – Invítalo a salir, a algún lugar que creas que le interese.

  – ¡¡¿¿Huh??!! ¡¡N-n-n-no haré eso!! – Respondió rápido, completamente avergonzada.

  – ¡Vamos, vamos!, si no quieres estar sola con él iré yo también, invitaremos a los otros chicos – Contestó la otra chica de nuevo emocionada

  – ¿Entonces cómo lo haré?

  – Vamos Micchan no seas pesimista, siempre hay un momento para todo – Afirmó la chica de cabello color fantasía – ¡Será fácil!, iremos a un parque de diversiones, ya lo he pensado todo, ¡Vamos, vamos!. – Y en ese momento tomó la mano de la rubia y la sacó a rastras y corriendo del salón.

El solista con cara de completa indiferencia guardó su violín y repitió la misma acción que las extrañas chicas que había visto conversar.

«¿Quién será el siguiente?»  Pensó.

«¿Quién será el siguiente?»  Y esbozó una sonrisa mientras corría por los pasillos.

«¿Quién será el siguiente?»  Y salió de su escondite.

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Desperté, con la vista del cielo anaranjado que tenía arriba mío, y con un extraño pitido resonando en mis oídos.

Una flor de cerezo cayó encima de mi cabello, la retiré y procedí a levantarme.

Miré la hora, como siempre me había quedado dormido. Me maldije unas cuantas, bastantes veces y caminé dentro de la institución.

«Es mejor perder clases a tener esa gente pegada en mi culo»   

Caminé por los pasillos, como supuse estaban vacíos, aunque hacía dos horas había terminado la jornada escolar yo solo lo "suponía"

Entré al salón rápidamente y me dirigí a mi asiento. El sol poniente iluminaba la habitación y dejaba ver mi maletín abierto, no recordaba haberlo dejado así pero simplemente lo tomé y me dirigí a la salida.