Capítulo 4

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Cuando ya ha pasado unos minutos llamo de nuevo a la puerta y entro. Cattleya está tumbada sobre mi cama. Lleva puesta una de mis camisetas preferidas, la cual le deja las piernas al aire. Tiene entre las manos el libro de "Historia de Chicago y las cinco facciones". Un sentimiento de culpa aparece en sus ojos.

- Lo siento, era curiosidad. – Me dice mostrándome el libro y sonrío.

- ¿Qué era lo que querías decirme? – Digo.

Mi semblante se vuelve serio. El libro me trae sin cuidado, tan sólo es un libro más de Historia de las Facciones. Sólo lo conservo para no olvidarme de dónde vengo. Lo que verdaderamente me importa es su pasado. Me siento en la cama, cerca de sus pies.

- Intenté decírtelo cuando saliste del despacho de Marvin... - Dice.

Algo en mi interior se desinfla. Recuerdo que intentó detenerme. En esos momento sólo pensaba en alejarla de mi para que no le hicieran daño. Intentaba decirme algo... pero estoy seguro de que no es algo de su pasado. Aún no está preparada para abrirse a mí.

– Laimute me mandó a darle una información a Vernon. – Continúa Cattleya.

Vernon. Ése es el jefe de Laimute. De él si puedo esperarme que sea capaz de idear un plan malvado. Vernon siempre ha querido hacerse con el poder. Quizás ese sea el objetivo.

- Comprobé el dispositivo que me dio y sólo aparecen números y letras sin sentido. Creo que sólo era una maniobra de distracción. – Sigue diciendo.

- No, no lo era, no del todo al menos. ¿Aún tienes el dispositivo? – Digo y ella asiente.

Laimute pretendía deshacerse de Cattleya para poder robar algún informe, pero el documento que ella ha visto es un mensaje codificado. No sé si será algún mensaje importante, pero es lo único que tenemos. Amar y su grupo puede descifrarlo. Bajo y busco en su bolso. El dispositivo está en uno de los bolsillos pequeños. Entro de nuevo en la habitación. Cattleya se ha acomodado de nuevo y sigue leyendo el libro.

- ¿Ya te has rendido? – Le digo mientras busco en la cómoda mi ordenador.

- Creía que no volverías. Pensaba que eso ya pertenecía a aquello de lo que no puedo enterarme.

Sonrío y me encojo de hombros. Yo también lo pensaba, pero no puedo mantenerla al margen. Ella misma se implica en la historia y supongo que si sabe el peligro que corre estará dispuesta a dejarse ayudar.

- Estás resultando ser útil. – Digo simplemente.

Es algo mucho más complicado que eso, pero debe darse cuenta por ella misma. Extraigo del cajón varios dispositivos y los dejo encima de la cama. Enciendo el ordenador e introduzco el dispositivo. La pantalla se llena de números y letras. Ahí está el código. Ya sólo tengo que mandárselo a Amar.

Llamo a Amar para decirle que le mando un informe escrito en código. Él se niega. Argumenta que están sufriendo muchos cortes en la comunicación y puede deberse a que alguien está controlándola. Prefiere que se lo de en mano. Me pregunta cómo lo he conseguido. Estoy seguro de que él ya sabe que Cattleya está en mi apartamento y por el tono que utiliza creo que no confía plenamente en ella.

- Mañana se lo llevaré a Seguridad para que lo descifren. Amar dice... - Le digo.

- Ssshh. – Me ordena callar con la mirada fija en la pantalla de ordenador.

- ¿Puedes leerlo? – Digo entusiasmado.

- No. – Pierdo la esperanza. – Es un código de códigos, sólo un ordenador puede. Hay que interpretar la primera palabra de cada párrafo e introducirla en una aplicación del ordenador, el resto se traduce de forma automática. Está diseñado para que sólo se pueda leer desde determinados ordenadores.

Un nuevo comienzo (versión de Cuatro) Fanfic Saga Divergente de Verónica RothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora