Capítulo 16

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Ya hace una semana que volvimos a la sede. Hemos logrado grandes avances y por ahora no hayindicio de revueltas por el poder. Cattleya ha propuesto varias ideas y yo básicamente me dejo llevar por ella. Su plan es convertirse en líder en el menor tiempo posible para poder echar a Vernon y los suyos de Chicago, no sé si podrá hacerlo, pero no quiero contrariarla. Desde que llegamos se comporta de una manera distante y eso me lo contagia a mí. Ella tiene sus planes y no quiero que nadie, ni siquiera yo, se los estropee. No dudo de que sus intenciones sean buenas, pero no veo que esto vaya a terminar bien. Por otra parte tengo que reconocer que Cattleya está consiguiendo que las facciones cooperen más las unas con las otras. Así, Erudición elaboró un estatuto que permite reconocer un alto rango a los ayudantes de los líderes, y el resto de facciones aportó sus ideas para mejorarlo. Se ha acordado mantener el sistema de facciones, pero se están pensando formas de mejorarlo. Por ahora, la idea principal es que todas las facciones trabajen juntas y se unan.


Cattleya se levanta temprano, incluso antes que yo. Entra al baño y se queda allí un buen rato. Estos últimos días ha dormido mal y ha comido poco. Hace más de una semana que pasó por el paisaje del miedo, pero temo que el suero la haya dañado. Está nerviosa, aunque todo va relativamente bien. Quizás esté enferma o quizás le haya ocurrido algo con Hayat o con Vernon y no quiera contármelo. Me pongo en pie poco después de que vuelva al dormitorio. Me dice que no se encuentra bien y que vendrá a la sede más tarde, cuando ya haya desayunado. No quiero dejarla sola, pero ella insiste, así que me resigno y me marcho solo a la sede. Sé que le ocurre algo, no puede ocultármelo, pero siempre me ha dicho que no puede mentirme, así que temo que ni siquiera ella sepa lo que le pasa. Si al mediodía sigue enferma tendré que obligarla a ir a un médico. Ahora mismo sólo puedo esperar. 


Deambulo por la sede pareciendo ocupado. Hoy no quiero hacer nada, pero no quiero que nadie se de cuenta de que no tengo la mente clara. Cattleya ya ha tenido que desayunar, ya debería estar aquí... Mi instinto me dice que le ocurre algo. Subo a la planta de los abnegados. Busco a Evelyn. Al principio me sonríe, pero su sonrisa desaparece cuando me observa con más detenimiento.


- ¿Qué ocurre? – Dice apartándome un poco del tráfico de personas del pasillo.


- Estoy preocupado por Cattleya, hoy no se encontraba bien y aún no ha venido. 


- Iré a buscarla. – Dice ella asintiendo.

Me pasa la mano por mi brazo y sonríe levemente. No hace falta que le diga nada más. Mi madre se ofrece a ayudarme sin que yo se lo tenga que pedir. Vuelvo a la planta de los osados. Ni rastro de Cattleya. Me encierro en una sala de comunicaciones, tengo que llamarla. Espero unos minutos frente al teléfono para darle a Evelyn tiempo para llegar. Me quedo de pie, con la frente apoyada en la pared y los ojos cerrados. Los minutos se me hacen eternos. Cattleya no está bien, no puedo quedarme esperando. Cojo el teléfono y llamo al apartamento.


- ¿Sí? – Dice mi madre desde el otro lado.


- Soy Tobías. ¿Está bien Cattleya? 


- Sí, sí, está bien, no te preocupes.


- ¿Pero cómo está? ¿Va a venir?


Un nuevo comienzo (versión de Cuatro) Fanfic Saga Divergente de Verónica RothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora