Capítulo 12

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Me despierto temprano. Tengo un mal presentimiento. Algo me dice que Cattleya no se presentará o que Laimute no la dejará entrenarse. Llego a la sala de entrenamiento el primero. Laimute llega poco después. Se acerca a mí mientras preparo la máquina que lanza cuchillos virtuales.


- ¿Vendrá tu novia hoy? – Pregunta Laimute con una sonrisa malévola.


Me encojo de hombros y sigo preparando la máquina. No tengo que darle explicaciones, pero en realidad es la respuesta más sincera que puedo dar. No sé lo que hará. Anoche ni lo confirmó ni lo negó. Tendré que esperar. Entran algunos iniciados a la sala. Levanto la cabeza y los miro uno a uno, ninguno de ellos es Cattleya. Miro a Laimute, que me observa y sonríe, sabe que no tengo muy claro que Cattleya vaya a aparecer hoy por el entrenamiento. Aparecen algunos iniciados más, entre ellos los amigos de Cattleya, pero ella no está con ellos. Me acerco a Brenda.


- ¿Dónde está Cattleya? – Pregunto impaciente.


- Creíamos que estaba contigo. Ayer por la tarde dijo que iba a buscarte. No la hemos visto desde entonces. ¿No ha pasado la noche contigo?


- No. Hablé con ella anoche en la azotea y le dije que viniera al entrenamiento. Si la veis esta tarde decirle que la estoy buscando. 


Brenda asiente y yo me retiro. Laimute sonríe. Tengo que apartar la vista de él para evitar golpearlo. Disfruta con el sufrimiento de los demás y con el mío especialmente. Se planta delante del grupo y explica el entrenamiento con cuchillos en movimiento. Explica el funcionamiento de la máquina mientras me utiliza a mí de blanco. Tengo que concentrarme para esquivar los cuchillos. No son cuchillos de verdad, pero su impacto provoca el mismo dolor durante unos segundos. Laimute me ordena que programe la máquina para lanzar cuchillos virtuales. De vez en cuando es él el que toma las riendas, pues mi entrenamiento le parece demasiado débil. Mientras unos iniciados aprenden aesquivar cuchillos, otros aprenden, en el otro extremo de la sala, a lanzarlos a objetivos que se mueven. Un poco antes de la hora de almorzar, Laimute da por terminada la clase. Mientras recojo los utensilios, él se aproxima a mí. Quiere saborear mi sufrimiento un poco más.


- ¿Quieres despedirte de Cattleya o prefieres que lo haga yo por ti? – Pregunta Laimute con maldad.


- Aún no está expulsada. Si hace la prueba...


- Ah, ¿pero piensas que se va a presentar? ¿Sin haber entrenado?


Me encojo de hombros al igual que esta mañana. Y de nuevo, es mi respuesta más sincera. No sé lo que va a hacer. No sé nada de ella. Laimute se ríe y abandona la sala. Poco después entra Lesley.


- Cattleya no se ha presentado al entrenamiento. - Digo sin mirarla. – Laimute ya la da por expulsada, no cree que se presente mañana a la prueba, y yo tampoco.


- Pues yo aún confío en Cattleya. – Dice Lesley mientras me aprieta cariñosamente el hombro. 


Me sonríe. Me avergüenza un poco que ella confíe más que yo en Cattleya, pero ahora mismo no puedo evitar ser pesimista. Lo dejamos todo tal y como está y nos vamos a comer juntos. Cattleya tampoco está en el comedor. Después de almorzar, Lesley se va a la sala de entrenamiento y yo subo ala sala de control para buscarla. Es más fácil que buscarla a pie por todo el edificio. Miro en todas las cámaras durante toda la tarde, pero no está en ningún lugar. Es como si hubiese desaparecido de la sede. Es posible deambular por los túneles de Osadía sin que te capten las cámaras, pero dudo que ella conozca esos túneles. ¿Habrá huido? Si después de la prueba sigue sin aparecer, Laimute me acusará de haberla ayudado a escapar. ¿Está dispuesta a arriesgarme? No, no lo creo. Debe estar escondida en algún sitio. Pero, ¿dónde? ¿por qué? Tengo que volver a mi dormitorio cuando ya es de noche. Ceno algo antes de irme a dormir. Doy vueltas en la cama durante varias horas hasta que finalmente consigo quedarme dormido.

Un nuevo comienzo (versión de Cuatro) Fanfic Saga Divergente de Verónica RothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora