Breathe me. (Blackstairs/Jemma)

Parte 3. Emma.

El discurso de Arthur se estaba tornando largo y aburrido. Emma estaba junto a Livvy, como residente del Instituto. Al otro lado de la fila de Blackthorns, se encontraba Jules.

Ella se dijo a sí misma que tendría que estar enfadada con él. ¿Por qué le había respondido de aquella manera?

Pero a pesar de todo esto, había una gran parte de ella que estaba preocupada por el castaño. Julian no solía ponerse así por cualquier cosa.

El chico se encontraba limpiando esmeradamente alguna mancha en la mejilla derecha de Tavvy, mientras su tío terminaba el discurso.

El coro de aplausos hizo que Emma desviara la mirada y alcanzara la de Cameron.

—Ahora. — Dijo Arthur, con la voz de alguien que había estado perdido por años entre sus pensamientos y por fin en ese momento viera la luz. — Procederemos con la tradición de que los residentes del instituto tienen que abrir el baile.

Oyó a Olivia suspirar. Ella recordaba haber hecho esto una o dos veces antes. Pero todas habían sido con Jules.

Mientras Arthur se inclinaba hacia Diana, la rubia se daba la vuelta en dirección a su parabatai. En primer lugar, porque ellos tenían la misma edad, y por lo tanto tendrían que bailar juntos, y en segundo lugar, porque cuando estaba con Jules, las posibilidades de que algo salga mal eran infinitas. Y era divertido.

Aun así, vio a Livvy acercándose a su hermano mayor. Por un momento, se encontró con unos orbes azul-verdes en su camino, pero él retiró la mirada rápidamente.

Vio a Ty acercándose a Dru, y así las parejas se empezaban a formar. Tavvy, por otro lado, se escabullía fuera del círculo.

Había olvidado el pequeño detalle de que Drusilla tenía edad para bailar ahora.

Pero, ¿Sí ella ya no bailaría con Jules, con quién lo haría?

Emma sintió la mano de Cameron deslizándose sobre la suya, enlazando sus dedos y obligándola a voltearse.

—Bonita sorpresa, ¿No?

Emma sonrío.

—Bastante.

Cameron la arrastró hasta el lugar designado para bailar, y una vez que los chicos de los instrumentos empezaron a tocar el vals, ella puso una mano sobre el hombro del pelirrojo, a la par de que este posicionaba su mano libre en la parte trasera de la cintura de Emma.

El baile dio comienzo, y las parejas empezaron a moverse. Ellos no fueron la excepción.

Los pies de Emma seguían a los de Cameron, aunque ya sabía hacia dónde irían. Era... Algo natural de los novios, ¿Verdad?

— ¿Te he dicho que luces hermosa hoy?— Le dijo el chico, acercándose lo suficiente como para que un murmullo sea audible.

—Casi como cincuenta veces en la última hora.

—Luces hermosa, Ems.

Emma sintió un escalofrío en la espalda. Jules le llamaba "Ems."

No era que nadie le llamara "Ems.", por supuesto, pero por alguna razón lo primero que su mente pensó fue en Jules.

Sin poder evitarlo, volvió la mirada hacia dónde sabría que estaría su parabatai. El chico se veía interesado en una conversación con su hermana menor, por lo que no le devolvió la mirada. Ni siquiera parecía notarla.

Emma no respondió al cumplido de Cameron, pues se encontraba muy ocupada estando indignada con aquel desleal de su parabatai.

Volvió la vista hacia adelante, pudiendo observar el patrón de las solapas del cuello de la camisa de Cameron. Eran espirales plateados, tan pequeños que si no hubiera estado tan cerca, no los habría notado.