TAN LEJOS Y TAN CERCA

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Hola es un placer saludarl@s, agradezco muchísimo a los que siguen mi historia que ahora son 29 muchas gracias y por supuesto a los comentarios realizados y en especial a los que tienen la gentileza de hacerlo continuamente, valoro su tiempo. Espero les guste esta capi.

TAN LEJOS Y TAN CERCA

                Theodore Nott había regresado a su cama lo más rápido posible sin tratar de acercarse a ella, cada vez le era más difícil soportar lo que se acrecentaba en su interior, lo peor de todo es que se sentía tanto o más débil que Draco y ese sentimiento que Luna provocaba era tan desconcertante pero tan profundo que avivaba no sólo la preocupación por ella sino que ahora Draco estaba convirtiéndose en una nueva preocupación, el verlo tan distinto le provocaba un nuevo sentimiento de lealtad que de alguna manera estorbaba igual que lo que sentía por Luna.

                Su cabeza era un mar de confusión, habían pasado algunas semanas y ella se notaba distinta, lucía mucho más hermosa y arreglada pero sin perder ese toque tan diferente a todas las mujeres que conocía había mejorado y cambiado mucho su aspecto aunque eso nunca lo hubiera necesitado, pero lo que más había admirado y adorado de ella era su sonrisa y su mirada pura y soñadora, esas ya no estaban ahora sólo reflejaban tristeza infinita aunque lo tratara de ocultar detrás de una sonrisa amable y Draco cada día estaba peor, pero ya habían acordado la fecha para realizar el hechizo sólo faltaba esperar un poco.

                Draco se había convertido en lo que no deseaba un gran rencor y odio se acumulaban en su interior, desde la última vez que tuvo a Luna en sus brazos se prometió no acercársele más, estaba tentado a realizar nuevamente el hechizo para olvidarse mutuamente, él notaba lo mal que también se encontraba ella y mucho peor no poder decirle que la amaba y no verla sufrir, su hermosa mirada esa con la que tantos años soñó había desaparecido, era egoísta pero prefería sentir ese gran dolor en su alma y que ella sufriera por él a olvidarla de nuevo por lo menos tenía el recuerdo de su rose, su olor, su sabor, de haberla tenido en sus brazos, era tan desconcertante para él sentirse de esa manera, se había vuelto obsesivo y muy agresivo pasaba muchas noches con otras intentando no pensar en ella, sólo usándolas sin el menor recato y sin un sólo beso o muestra de cariño pero terminaba totalmente frustrado y con una ira incontrolable, su mirada era obscura al igual que su andar ahora la mayoría en Hogwarts le temía.

                Se pasaba la mayor parte del tiempo sólo sin prestar atención en nada ni nadie a excepción de Theodore y algunas ocasiones Blaise Zabini, cuando se encontraba en el Gran Comedor o los pasillos no se detenía ni un segundo a mirar a Luna no quería mostrarse ante ella, no quería que cruzaran miradas ni gestos sabía que ella podía ver en su interior y ya no pretendía darle alguna esperanza sin sentido, no serviría de nada, sabía que en poco tiempo se acercaba su posible final, sólo la observaba cuando ella no sabía o la vigilaba con su varita, su cambio de apariencia no le importaba en lo más mínimo él la amaba como fuera y sabía que ese cambio seguro no lo había pensado sola, lo que odiaba es que se le acercaran con intenciones poco agradables para él, por lo que encargaba de amenazar a todo el que lo intentara sin que Luna lo supiera.

                Luna se sentía cada de día más y más triste, pensaba que su cambio de aspecto no servía para nada, ya que Draco no se había interesado en hablarle o mirarla, pero en el fondo ella estaba segura del amor que él le tenía y entendía que quisiera protegerla, pero no sería mejor luchar juntos que estar bajo ese sufrimiento, su noche se le hacía insoportable por lo que decidió salir a despejar su mente un rato, recorría los pasillos con un lentitud extrema cuando escuchó el golpe de una puerta al cerrarse frente a ella y se encontró de frente a Draco saliendo de un salón seguido de una chica de su misma casa con la ropa arrugada.

-          Lárgate de mí vista - susurró Draco a la chica con la que se encontraba y haciéndole una seña con la cabeza, ella salió de ahí corriendo. Mientras tanto Luna y Draco se quedaron mirándose directo a los ojos en los que a pesar de la terrible situación que Luna acababa de presenciar ella veía el amor que le tenía y el sufrimiento y agonía que vivía, pero el verlo con otra rompió todas sus esperanzas, se dio cuenta que él haría todo lo posible por olvidarla y ella tendría que intentar hacer lo mismo.

Draco camino a paso lento hacía Luna y la miró por un momento con todo el amor que siente por ella, levanto su mano e hizo el intento de acariciar su rostro pero casi al momento de tocarla bajó su mano y continuo su camino sin una palabra sentía que si la tocaba de nuevo caería ante ella y todo el esfuerzo que hacía por estar alejados se irían por la borda, más aun sus sucias manos no se merecía el suave toque de la piel de ese ser tan puro, sabía que ese momento lo decidía todo, la había perdido para siempre y eso era lo mejor ella tendría una vida, un futuro sin él y sin peligro.

-          Por los ojos de Luna ya salían lágrimas de infinita tristeza, no entendía cómo podía amar tanto a alguien y no poder estar con él, no entendía como Draco podía estar con otras y no con ella si la miraba con tanto amor, porque insistía en ser infeliz y en hacerse daño - Draco no te entiendo... ¿Por qué haces todo esto? - pregunto Luna con la voz quebrada y sollozando.

-          No hay nada que entender - respondió Draco sin darse la vuelta no quería que ella lo mirara de nuevo y encontrara decepción u odio en sus ojos y no amor - simplemente soy libre y hago lo quiero.

-          Sé que no es así, sé que me amas y sé que no podrás olvidarme aunque lo intentes porque yo no podré olvidarme de ti aunque lo intente - salió de Luna un fuerte sollozo que casi le impedía hablar y que a Draco le rompió el corazón - pero lo intentaré por ti, si eso es lo que quieres ¡LO HARÉ! - le grito Luna con todas sus fuerzas y salió corriendo hacía el obscuro pasillo.

-          Si te amo... - dijo Draco en un susurro a la nada ya que Luna se había marchado, apretó los puños con fuerza y se permitió dar el mayor grito que hubiera dado.

                Después de ese encuentro Luna no hablaba con nadie, sus amigas intentaban acercarse a ella pero no las dejaba, les pidió tiempo les dijo que si la querían la dejarían superarlo sola, cumplía con sus clases y dedicaba su tiempo a leer e investigar sobre todas las criaturas exóticas, dibujaba y le daba un toque especial a todo a esa ropa que había comprado, no se vestía como antes, había decidido seguir arreglándose para ella pero con ese toque característico que la hacía única y diferente a todas.

                Eran dos semanas las que trascurrieron en las que Luna evitaba a toda costa mirar a Draco y él hacía lo mismo, ambos se mantenían firmes en su obligada decisión, pero era tan extraño sentirse tan cerca a pesar de ni siquiera mirarse, a veces tocaban su varita con los ojos cerrados pensando en el otro y era como si pudieran sentir ese cálido tacto del ser amado, Luna sentía la suavidad y firmeza de las manos de Draco y él sentía la delicada sutileza de las de ella, podían escuchar el susurro de un te amo en su oídos y su mente se veían reflejados en los ojos del otro; tal vez sólo existía en su mente tal vez no.

LA MAGIA DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora