Capítulo cuarto

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                                    ××× 4 ×××


Había solo dos cosas que Kim Jong In no podía hacer bien.

La primera, hablar bien frente a Do Kyung Soo.

Y la segunda, tratar bien a Do Kyung Soo.

Por algún extraño motivo, razón y/o circunstancia. El solo tener a Do Kyungsoo a su lado, lo ponía totalmente histérico. Primero, porque Do Kyungsoo, no era exactamente la persona que desea ser amada. No. Kyungsoo quiere que todos se dobleguen ante sus palabras. Quiere que los demás lo traten como si de un rey caprichoso se tratara. Quiere que Kim Jongin, suplique perdón por lo que le hizo (embarazarlo). Quiere obtener el poder de todo, ya sea la televisión, la cama, o la misma cocina. Él lo quiere todo.

Y cada vez que Jongin llega a su departamento, tratando de quitar todo el estrés que su trabajo le deja, recostándose por varios segundos en su cómoda y suave cama; es lanzado al piso porque según Kyungsoo, el maldito hijo de puta, lo hace alterarse.

Siempre es lo mismo.

No se pueden decir una sola palabra, porque Kyungsoo (de tan hormonal que se encuentra), se suelta en llanto. Y ante eso, ante las lágrimas del más bajito. Jongin no sabe qué hacer. No sabe cómo actuar. Y sobre todo, no sabe cómo calmarlo.

Sus palabras son nada ante Kyungsoo. Y lo que Jongin es, son más palabras que acciones.

Simplemente, Kyungsoo es la persona que rompe todos los esquemas de Jongin. Y eso, en buen sentido, es malo. Malo porque ninguno de los dos cederá ante la situación. Ninguno de los dos, dirá lo que está mal. Solo convivirán como los extraños que son.


 ×××


Un nuevo día. Kyungsoo se despierta, camina en dirección a la cocina. Y de paso, mira el cuerpo del moreno plácidamente acostado en el enorme sillón. Enciende la licuadora, y de un salto, Jongin se levanta.


—Buenos días.


A pesar de que Jongin no puede entender/soportar a Kyungsoo, aún mantiene sus modales. Pero, claramente, es ignorado.

Sirve un poco de leche y después mira el pequeño cuerpo que se tambalea de un lado para otro. Después presiona los botones de la licuadora, y se mantiene estable. El sonido termina, y regresa al tambaleo.

Jongin se abstiene de preguntar qué le pasa, porque bueno, Kyungsoo solo lo insultaría si descubre su curiosidad ante él.

Deja el vaso en el fregadero y pasando al lado del otro hombre, le da un vistazo. Ahora Kyungsoo está temblando. Y eso, eso lo asusta.


— ¿Te encuentras bien?


Pega un brinco, y después mira los ojos de Jongin. Frunce el ceño y he ahí la razón por la que Jongin no quería preguntar en primer lugar.


—Púdrete, idiota.


×××


Dos semanas han avanzado ya. Y lo mismo ha sucedido. Día a día. A la misma hora.

Kyungsoo se levanta primero. Mira el cuerpo del moreno y después, se dirige a la cocina. Aun sin tener nada pensado para desayunar, siempre encenderá la licuadora. Jongin como de costumbre, dará un salto e irá a la cocina por un vaso de leche. Kyungsoo se tambaleara, y él se abstendrá de preguntar, después se resignará y preguntará de nuevo.

¿Do Kyungsoo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora