Artem y las espadas

119 6 4
                                    

(Primera persona-Sora-)

La cabaña de Cholo se encuentra un poco retirada del pueblo, y es difícil no perderse de vez en cuando entre la vegetación.
Las afueras del pueblo, un sitio muy acojedor en el que la naturaleza es preciosa, como de en sueño, y el olor de los pinos, flores y arbustos se sintonizan para crear un aroma fresco y limpio, que hace que desconectes por completo.
Bajé corriendo por la cuesta, esquivando árboles y arbustos hasta llegar al camino principal.

-¡Meiii! Grité alegremente.

Me abalanzé sobre ella y la tiré al suelo del impacto.
-¡Sora llegas tarde! Dijo entre risas.

Mei es una chica cariñosa, alegre y sensible.
De tez pálida, pelo negro y con ojos verdes muy parecidos a los míos. Tiene 17 años, es un año mayor que yo.

Mei era huérfana y pasó una infancia difícil, cuando vino al pueblo fuí la primera persona con la que mantuvo contacto y desde los 7 años ha sido como una hermana para mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mei era huérfana y pasó una infancia difícil, cuando vino al pueblo fuí la primera persona con la que mantuvo contacto y desde los 7 años ha sido como una hermana para mí.

Comenzamos a andar.
-¿Vamos a ir a la herrería hoy?- Pregunté.

-¿Estás segura de que Artem estará allí?

-Tiene que estar, hablé con Danzo (El herrero) y me dijo todo lo que sabía.

-¿Y qué te dijo?
-Me dijo que todos los miércoles va a la herrería, ya que sus padres son unos espadachines de un pueblo cercano, y va con ellos a comprar nuevas espadas.

-Es normal, la herrería de Danzo es en la que se hacen las mejores espadas mágicas de todo Nordes, vienen personas de toda la nación a comprarlas. - Comentó Mei.

-Solo hay que ver el sótano, es el paraíso de las espadas... Ojala pudiera permitirme una de esas maravillas.- Dije fantaseando.

- A lo mejor sus padres pertenecen a algun clan. Susurró Mei como de un tema prohibido se tratase.

-Eso sería impresionante ¿Y si él también pertenece a uno?.- Seguía fantaseando.

-Es la primera vez que te veo así por alguien. Además es demasiado escuálido para ser un rudo guerrero. ¿Qué tiene de especial ese tal Artem?

- No lo se ni yo, pero me transmite mucha energía, es un chico inocente, alegre y bueno... Tampoco lo conozco mucho, pero desde que lo vi no puedo ni comer ni dormir, ¡Es un sinvivir!

-Madre mía, no te reconozco. Dijo seguido de una carcajada.

Abrimos la puerta de la herrería, y entramos ansiosas.
-¡Hola! Dijimos al unísono.
Y Danzo salió del sótano con una sonrisa amigable.

-¡Pelirrojaaaa mía!¿Otra vez por aquí?
-¿Ha venido él? Dije en voz baja, mientras me quitaba la chaqueta del sofoco que hacía dentro.

-Sus padres acaban de salir y se han llevado toda una caja de navajas culeras.

-¡Mierda! No hemos llegado a tiempo...
-Pf...Me ire a dar una vuelta...-dije trás un profundo silencio.

-yo me quedaré un rato ayudando a Danzo con este desorden.- Dijo Mei mientras lo miraba de reojo.

Comencé a andar y andar... Introduciéndome en las arboledas cada vez más.

Caminaba sin rumbo desanimada, cuando oí un ruído que no era de un animal.
Me acerqué silenciosamente y me escondí trás un arbol cercano a una pequeña llanura entre los arboles.
Me asomé levemente y no dí crédito.
Estaba allí, era Artem.
Mi corazón dió un vuelco y empezé a notar que me ardían las mejillas.
Estaba temblando y lo único que podía oir era mi agitada respiración.

Él estaba leyendo bajo un arbol solo. ¿Estaría esperando a sus padres? Me horrorizé al pensar que podrían pillarme aquí "espiándolo", por decirlo de algún modo.
No podía ni pensar con claridad, y dí un paso hacia atrás precipitadamente. Se oyó mi pisada.

Artem miró hacia donde estaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Artem miró hacia donde estaba. No me atreví a asomarme para ver lo que pasaba. Me quedé allí con un una mano tapándome la boca y paralizada.
Estaba oyendo unos pasos hacia mí. Tenía que buscar una forma de salir de allí, pero mis nervios me estaban jugando una mala pasada. No pude moverme y derrepente noté su presencia detrás de mí.

DesidiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora