El encuentro

100 5 1
                                    

(Primera persona-Sora-)

Mi mente quedó en blanco, hasta que escuché sus pasos cerca de mi escondite.
Volví en mí misma y sin pensarlo dos veces heché a correr.
Corrí y corrí sin parar y sin mirar hacia atrás.
No sabía ni a donde iba pero no me detuve a pensar.
Me estaba siguiendo y tenía que idear algo rapidamente.
Trepé a un arbol cercano y me quedé sobre una de sus ramas con los ojos abiertos como platos esperando verlo, ni siquiera presté atención a los rasguños que me hice al subir tan precipitadamente.

Me sentía tan bien y tan mal a la vez... Sentía como una dosis inmensa de adrenalina recorría todo mi cuerpo.
Artem apareció fatigado y se tiró al suelo en señal de desesperación.

Me quedé embobada un rato mirándolo, hasta que me percaté de una cosa de la que Artem no se había dado cuenta.
Lo estaban siguiendo.
No se veía muy bien pero no me daba buena espina.
Aquel desconocido corrió hacia Artem y yo sin pensarlo dos veces salté desde el árbol y me abalanzé sobre él.

Artem se giró rapidamente horrorizado.
Aquel hombre de unos 35 años iba armado con un pequeño cuchillo, y no era un arma mágica,para mi sorpresa.
Tenía una insignia en el chaleco, podría ser de un grupo de bárbaros.
Le arrebaté el cuchillo trás un forcejeo y comenzé a pegarle puñetazos, pero rapidamente se revolvió, me agarró del pelo y me lanzó hacia un lado, el impacto del árbol contra mi espalda me dejó dolorida.
El hombre, un poco conmocionado, se arrastró hacia donde estaba Artem y cogió una navaja que llevaba guardada.
-Joder con la mocosa... Dijo. Y escupió un diente hacia un lado.

(PRIMERA PERSONA -Artem-)

Aquel hombre se acercaba a mí, no podía moverme, solo podía ver su sonrisa y su boca llena de sangre.
Miré hacia donde estaba la chica del pelo rojo, que intentaba levantarse desesperadamente.
No podía dejarla sola, después de haberme salvado, pero ¿Qué podía hacer?
El desconocido se iba recuperando e iba cada vez más rápido y yo acobardado solo podía huír, si tuviera la fuerza de aquélla chica... Me frustraba cada vez más.

Sin darme cuenta se lanzó sobre mí, tumbándome en el suelo y comenzó a ahogarme, mientras yo le daba patadas en la barriga, que parecía que para él eran como cosquillas.
Sentía como me faltaba el aire y comenzaba a marearme, cerré los ojos por un momento y al abrirlos levemente, ví a la chica con una roca en las manos, detrás de aquel desconocido, y la estampó contra su cabeza mientras él estaba centrado en mí.
Lo quitó de encima mío y se tumbó sobre mi pecho sonrrojada y algo exhausta.
Podía oler su largo y precioso pelo rojo, fue algo que me relajó.
Alzo su rostro ante mí y me miró fijamente, con unos ojos verdes, grandes y espectantes. Tenía la cara fina, era un poco más blanca que yo, y tenía unos labios carnosos, sonrojados y muy naturales.
Era la primera vez que estaba tán cerca de una chica, o almenos de una tan guapa, aunque suene superficial.

Por un momento olvidé sus actitudes psicópatas contra aquel hombre y su mirada de loca de antes.
Me miraba fijamente y notaba como sus brazos temblaban sombre mí.
Me deslizé hacia atrás.

-¿Quién eres? Dije mientras me alejaba poco a poco.

Ella se quedó de rodillas.
-Me llamo Sora, vivo en el pueblo...- Murmuró apartando la mirada.

-¿Por qué saliste corriendo antes?.- Tenía tantas preguntas...

-¡No te estaba espiando! Dijo fuertemente y cada vez estaba más roja.
Comenzamos a andar hasta llegar a una cabaña abandonada.
-Oye, ¿Estás bien?
Ella afirmó con la cabeza.

-Oye, ¿Estás bien?Ella afirmó con la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Quién era ese tipo? Pregunté.

-No lo sé.
-Está empezando a oscurecer. Dijo cambiando de tema.

-Debo volver al pueblo, mis padres estarán preocupados. Dije con resignación.

-Espera... Me dijo acercandose cada vez más.
Poco a poco, yo iba arrastrándome hacia atrás hasta que mi espalda rozó la pared. ¿Qué piensa hacer?

DesidiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora