Comienzan los problemas

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(Primera persona-Sora-)

Me asomé por la ventana y allí estaba Artem.
No lo podía creer, bajé entusiasmada por la ventana, mientras él se sorprendía por mis extrañas costumbres.

- ¡Hey, Sora! Dijo tímidamente.

-¡Arteeeeeem! -Le dije felizmente.
-¿Qué haces aquí? Pregunté.

-Cuando supe que mi tio iba a pasar por aquí, vine con él.

El día fue genial...
Le enseñé un poco el pueblo, conoció a Mei y a Brais, la cabaña de Cholo, me habló de él y de su vida.

Artem vivía rodeado de guerreros rudos, ya que sus padres son espadachines.
Me contaba también que su padre y él no tenían una buena relación, ya que para él, su hijo era muy débil y porque nunca se interesó en la lucha, ni acudió a ningún Bili(Magos instructores, como Cholo).
Los días pasaron, y yo, cada vez sentía más por Artem.
Quedamos todos los días de la semana siguiente.

Más tarde...

Era de noche, acababa de terminar mi entrenamiento, fuí a la cabaña a que Cholo a curar mis heridas.
Me tiré al suelo, ya que no podía mantenerme en pié, del cansancio.

La expresión de Cholo era seria, no solía ver a Cholo así, sin sonreir, sin hacer chistes malos... Todo muy raro.

-¿Te ocurre algo? Le dije.

-Sora, me voy un tiempo de aquí...

-¿¿Donde??
-Los Andus necesitan mi ayuda...(los Andus es uno de los clanes dominantes)

-¿Para qué vas a ir? No entiendo nada.

-La guerra entre clanes va a comenzar, por favor no digas nada a nadie, no quiero que cunda más el pánico entre los aldeanos.

-Pero... ¿Por qué? Dije confusa.

-Los aldeanos se rebelan contra el gobernador(Jefe del clan "Los diestros" El clan más poderoso de Nordes) y al ver que los Andus intentan tomar el control en nombre del pueblo, él, enfurecido, decidirá reprimir al pueblo de algún modo y comenzará la guerra...

-Esa es la razón de todos los sucesos extraños...Dije.

-Me voy esta misma noche...
Nos esperan tiempos difíciles, de pobreza y represión, pero recuerda, Sora.... Lucha por lo que quieres.
Espero que esto pase pronto y algún día volver a vernos.

-Pero... Soy débil, maestro, no podré... -Dije con un nudo en la garganta.

-Sora, eres la mejor alumna que un Bili puede tener, tu esfuerzo y tu resistencia son admirables, no tienes nada que temer a esos guerreros con poderes.

Salimos fuera de la casa, allí estaba Brais.

Cholo cogió un pequeño macuto y montó en su carro.

-¡Hasta más ver! Dijo mientras se alejaba.

-¡No! ¡Cholo, por favor, no me dejes sola! - Dije entre lágrimas, mientras veía su pelo blanco desvanecerse entre la oscuridad de la noche.

Brais estaba a mi lado, parecía estar al tanto de la situación.

Me tiré al suelo impotente, y mis piernas no respondían, por el cansancio.

¿Estoy soñando? Dime que esto solo es una pesadilla..

Brais, me miró con cariño.
Me tranquilizó ver su amigable y hermoso rostro ante mí.
Me cogió en peso, y me llevó a casa.
Subió por la ventana de mi casa dificilmente y me dejó en mi cama, yo no pronuncié palabra.
Ví como me ponía el despertador para ir a clase mañana.

-Buenas noches, Sorita.- Susurró para no despertar a mi madre.
Yo le sonreí y él se fue por la ventana.

Al día siguiente, mi despertador sonó.
Lo apagué, me sequé las lágrimas, no dormí en toda la noche,y me puse mi uniforme con desgana.

Me comí una tostada mientras me ponía los zapatos y me fuí. ¿Dónde estará mi madre? En fín...

En el instituto...

Que aburrimiento, solo podía pensar en Cholo y en lo que podría pasar.

-Es muy raro que todos los ricachones no vengan hoy a clase.- Dijo mi compañera.

-Estarán en otra de sus fiestas de pijos.- Dijo otro.

-Que bién ¿No? Así no tienes que aguantar a Teresa- Me dijo otra.

-Que alivio.. Dije trás una carcajada.

El ambiente era muy raro.
Estaba en clase y fui un momento al baño.

Al bajar veía como los profesores recogían sus cosas para irse.

¿Qué demonios está pasando?

Me quedé un rato en el baño, mientras oía a todos los alumnos hablando en sus clases, se notaba que no habían profesores y además faltaba mucha gente...

-En todos los institutos estan haciendo lo mismo... Escuchaba de una conversación entre profesores.

Esperé un buén rato.
Derrepente, oí un grito en la puerta principal.

Me asomé y solo podía ver sangre.

DesidiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora