Miles.
A penas he dormido esta noche, necesito encontrar urgentemente algo sobre lo que escribir. Necesito una buena historia y no soy capaz de encontrar nada lo suficientemente bueno, nada de lo que empiezo me gusta. Si sigo así no voy a poder publicar nada y tendré que hacer lo que mis padres quieren, tendré que ir a la puta Universidad de derecho y me convertiré en un abogado estirado con esos trajes perfectamente planchados. Acabaré viviendo en una casa aburrida con una mujer a la que no quiero y unos hijos que tampoco quiero. Tendré que darme a la bebida para ahogar mis penas y no tirarme por algún puente.
Soy un pesimista, lo se, pero no quiero llevar una vida normal y aburrida. No quiero hijos, no quiero casarme, lo que quiero es poder escribir, tener una pareja pero sin que me presione por organizar una estúpida celebración que... Bah, paso. A la mierda.Salgo de la cama y me meto al baño para darme una ducha, me he cabreado sólo con pensar en todo lo que me espera como no consiga escribir algo.
Me quito la ropa y me meto bajo el agua caliente, me quedo un buen rato ahí intentando desestresarme y pensar en alguna historia, no consigo nada. Cuando salgo me coloco la toalla y vuelvo a la habitación intentando no hacer ruido ya que Farah aún sigue dormida. No puedo evitar mirarla, está preciosa y yo soy un idiota por hablarle de la forma en que lo hago, nunca se me ha dado bien hablar con las mujeres y si encima tengo que convivir con ellas la cosa va a peor. Dejo de mirarla porque la situación sería muy incómoda si ella llegara a despertarse y me viera medio desnudo, mojado y mirándola fijamente desde la puerta. Dios, parezco un acosador. Cierro la puerta para que no entre el frío y me quito la toalla, después me visto y me siento en mi cama con mi cuaderno para intentar escribir.Pasadas unas horas ya estamos todos despiertos, los padres de Farah y los míos están preparando el desayuno mientras ella y yo estamos sentados en la mesa el uno frente al otro sin mirarnos en ningún momento. La verdad es que, después de lo que le dije ayer me da algo de vergüenza mirarla o hablar con ella, no sé de dónde saqué el coraje para decirle eso, no es que me arrepienta, lo dije en serio, pero ahora tengo la sensación de que estar en la misma habitación a solas con ella es aún más incómodo si cabe.
Mi madre interrumpe mis pensamientos cuando entra al salón con dos platos llenos de pastas inglesas y bollería. Después de ella entra mi padre y los padres de Farah con más comida y bebida, miro todos los platos con ganas de empezar a comer cuanto antes.
Cuando los padres de Farah se sientan veo que su madre le pone una pastilla al lado del vaso de zumo. Ella suspira y se la toma sin decir nada.
-Bueno Farah -dice mi madre cuando se sienta en la silla justo a mi lado- cuéntanos, ¿qué es lo que vas a estudiar? Tus padres ya nos han dicho que habéis vuelto porque vas a entrar a la universidad -le sonríe dulcemente, como hace con todo el mundo-
Alzo la vista y puedo notar al momento como se tensa, su expresión cambia, ahora parece molesta. Pongo atención a lo que dice porque quiero saber cuál es el motivo de ese cambio de humor tan repentino.
- En realidad son mis padres los que quieren que vaya a la universidad y estudie una carrera de Ciencias como hicieron ellos aunque saben perfectamente que a mi eso no me interesa -dice, bastante más calmada de lo que me esperaba-
Miro de reojo a sus padres que parecen incluso más cabreados que ella. Eso es lo que me molesta de los adultos, les preocupa demasiado guardar las apariencias y lo que opinen los demás de ellos o de alguien de su familia, incluso si es con gente a la que conocen desde que tenían 15 años. Son unos hipócritas.
- Bueno, pero tus padres sólo quieren lo mejor para ti, si creen que debes estudiar una carrera de Ciencias es porque saben que tu futuro será más prometedor si lo haces
- Así que gano un futuro prometedor a cambio de no poder vivir la vida que yo quiero, ¿no? Vaya, eso es genial, estupendo. -responde con sarcasmo y sonrío porque sé que mi madre no lo ha pillado-
- Lo ves -sonríe como una estúpida y veo que Farah se ha quedado muy sorprendida porque no haya entendido su sarcasmo-
La conversación entre ellas termina ahí y el resto del desayuno Farah y yo lo pasamos en completo silencio mientras nuestros padres hablan sobre trabajo y anécdotas sobre el instituto. Termino de comer y me levanto.
-Me voy a dar una vuelta, no sé si vendré para comer.
-Ay, cariño, ¿porque no vas con Farah y así le enseñas toda la ciudad otra vez?
- ¿Para qué? Seguro que se acuerda perfectamente de dónde está todo
-¡Miles! -me grita- no seas así de desagradable
Bufo y miro a Farah, no es que no quiera salir con ella para ver la ciudad, pero es que no quiero pasar toda la mañana en un silencio sepulcral. Bastantes situaciones incómodas hemos pasado ya...además, cuando salgo me gusta estar solo y pensar en mis cosas pero cuando la miro y la veo ahí sentada no puedo evitar sentir algo de pena. Ha tenido que dejar su ciudad para volver aquí por un capricho de sus padres y está sola, no tiene a nadie
-Está bien -suspiro y me giro para mirar a Farah- te espero fuera, sube a arreglarte. -le digo bastante más seco de lo que quería sonar-
Veo como se levanta y murmura un "gracias" para después subir las escaleras hacia la habitación. No se porque la trato de esta forma.
Salgo a la calle y me siento en las pequeñas escaleras de la entrada. Cuando oigo la puerta abrirse me levanto.-Ya podemos irnos -me dice mientras baja las escaleras-
No sé qué contestarle, me he quedado embobado mirándola, está preciosa. Lleva un jersey de un tono gris oscuro con pequeños detalles en blanco, en la parte de abajo lleva una falda de tiro alto de un tono gris claro a cuadros negros y blancos y unas botas militares negras con bastante plataforma, que han hecho que crezca varios centímetros.
- Vas a pasar frío si vas solo con eso -le digo por fin-
No podía haberle dicho que estaba preciosa, no. Tenía que decirle la cosa más estúpida que se me ha pasado por la cabeza.
-Tengo aquí la chaqueta -responde levantando el brazo y enseñándome el abrigo que ha cogido- y llevo puestas unas medias
-Oh, vale. Pues vámonos -salimos de la casa y nos ponemos a caminar- ¿te apetece ir a algún sitio en concreto?
-No, no me importa. No quiero molestarte, si quieres puedes ir a dónde tenías pensado ir y yo me iré por otro lado, luego podemos quedar aquí
-No no, da igual. Vamos, podemos ir a alguno de los sitios que están por aquí. Si quieres puedo llamar a algún amigo, así conoces a alguien
-Como quieras -responde mirando al suelo-
Y eso hago, llamo a un par de amigos para que vengan con nosotros y así conozcan a Farah.
Nunca en mi vida me había arrepentido tanto de haber hecho algo, hasta ese día.
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Acantilados Malva
Romance-No tengo nada que decir...-dijo frustrado observando el folio en blanco-necesito encontrar algo que me inspire... ××× - Si consigues que alguien publique algo de lo que escribas a finales de este año te dejaremos escribir, si no irás a la Universid...