- 2.

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6 meses antes...

- Jack, ¿quieres bajar la puta música? - Se vio obligado a separarse de mí y girar su cabeza hacia donde se encontraba aquél chico.

- Te has vuelto un aguafiestas Oviedo. - Lo vi reirse mientras bebía un sorbo de aquella bebida oscurecida que tenía en la mano.

- Pero si no escucho ni lo que estoy pensando, gilipollas.

- Dejalo, olvidate de la música. - Intenté calmarlo acariciandole el brazo.

- Tener novia te ha afectado.

Vi un intento por su parte de levantarse e ir hacia él, pero yo lo mantuve quieto en su sitio.

- Dejalo. - Le susurre. - Y a ti el pensar Jack.

Vi sus facciones de la cara relajarse un poco después de que su amigo se callara lo que tiene por boca y volvió a sonreír.

- Es un hijo de puta. - susurró y hundió la cabeza en mi cuello.

- Vaya amigos tienes eh. - Me giré a mirarlo ya que me tenía abrazada por la espalda mientras estaba sentada en sus piernas.

- Lo que he dicho, a cada cuál más cabrón. - Se ríe. - Pero vamos, ni les hagas caso.

Sonrei y le di un beso en la mejilla.

- Oviedo te ha salido estrecha la novia. - Nombró un tipo rubio, más bien alto.

- ¿Qué hoy tenéis ganas de tocarme los cojones entre todos?

- No te enfades Jesús.

- Tú al estar acostumbrado a la guarra de tu novia.

- Serás... - Se dispuso a acercarse a él pero un par de chicos lo pararon.

- Paso de vosotros ya, depende el día, ¡Soys unos cabrones! - Me levantó con cuidado y se levantó él. - Vamos Thalia. - Me cogió la mano y salimos al jardín.

- Cómo me digas que todos tus amigos son así, no es que me moleste, la verdad me trae sin cuidado pero... - Me encogi de hombros.

- En realidad me caen bien. - Se sentó y me colocó de nuevo encima de sus piernas. - Sólo que a veces se vuelven muy gilipollas al haber bebido y al tener a chicas delante.

- Tú no te vuelvas así eh. - Me reí y me apoye en él.

- Esa etapa mía ya está pasada. - Soltó una risa floja. - Cuando tienes novia, en parte maduras un poco, para no cagarla con la chica, ya sabes, esos por ejemplo, les queda mucho por madurar.

- No lo jures. - Reí con él. - Y me ha gustado esa reflexión tuya, está bien.

- Creo que alguien se ha ganado un beso...
- No hay nadie más aquí. - Lo miré bromeando y reí.

- Eres definitivamente tonta. - Soltó una risa y me besó él.

Le acaricie el cuello y le seguí besando.

- Oviedo que hoy pillas.

Jesús se separó de mí, cansado de la pesadez de sus amigos.

- Y tú también, pero una hostia mía si no me dejáis.

Flashes. ( Jesús Oviedo )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora