- 3.

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- Y tú también, pero una hostia mía si no me dejáis.

- Que carácter llevamos eh.

- ¡Lleváis toda la noche tocándome los huevos, chaval!

- ¡Jesús no te rayes! Echábamos de menos molestarte un poquito, ya sabes.

Bufó y miró a los que eran sus amigos.

- Cansáis tíos, de verdad.

Uno de sus amigos, esta vez moreno y de la misma que estatura que él le ofreció un tipo de cigarro.

- ¿Quieres probarlo? Nos lo han traído hace nada.

- Sabes que no fumo, y menos de eso.

¿De eso? Pensaba que era tabaco normal.

- Oh venga ya, deja de hacerte el bueno y pruebalo.

- No me metáis en vuestras mierdas, después me toca cojer la moto.

- Se nos asienta la cabeza, igualito que tú hermano.

Jesús lo miró.

- Dani es diferente, él es más como vosotros, por desgracia le costará asentar la cabeza. ¿Y vosotros señores? Pensáis asentarla algún día?

- Bah. - Le dio una gran calada a aquélla cosa que desconocía lo que llevaba. - Hay tiempo, todo llegará.

- Como sigáis así, ni os dará tiempo a asentarla. - Me metí yo.

- Habla la experiencia de la niña buena, Celia.

- Es Thalia. - Lo miré mal.

- Cómo si eres Mercedes, no sabes nada de este mundo, guapa.

- Eh, a ella dejala. - Defendió Jesús.

- Se ha metido, y le contesto.

- Paso de perder el tiempo. - Me levanté. - Vamos Jesús.

Jesús se levantó.

- No paráis hasta que no tocáis bien la pera, eh cabrones.

Fuimos a buscar nuestras cosas, las cuales habiamos dejado en la sala principal junto a las demás.

- Thalia, espera que tengo que decirle a uno que me diga por qué carretera coger mejor.

- Vale, te espero por aquí.

Me dió un beso en la mejilla y salió por donde hacía apenas segundos habíamos entrado.

Jesús.

Salí a buscar a Jack, ese cabrón me tenía que dar lo mío, para eso se lo pague, ¡pero coño! Va y lo saca delante de Thalia, cuando ella no quiere que fume, menos que toque un jodido porro.

Lo divise entre varias chicas y me acerque.
- Jack, tardas en darme lo mío.

Se separó de las chicas con las cuales estaba bailando y se acercó a mí.

- ¿Ahora lo quieres, a escondidas de la novia? Como sabes Oviedo.

- Basta de gilipolleces, lo cojo porque te lo pague, ni creo que lo pruebe, ya lo dije, mi puta época ya pasó.

- Bueno, tú hermano sabrá aprovecharlos bien. - Me dio una cajita con varios cigarros dentro.

- No se los voy a dar a Dani, ¡Si este siempre va emporrado!

- Te echamos de menos que te parezcas a él.

- Estoy bien como estoy, he dejado de hacer el capullo. - Sonrei burlón. - Me voy, que te lo pases bien, ¡a mi no me habéis dejado disfrutar en toda la maldita noche!

- ¡Te queda mucha noche por delante! - Me miró y soltó una risa, ya sabía a lo que se refería.

- Lo sé. - Me metí la cajita en el bolsillo interior de la chaqueta, y volví a buscar a Thalia.





Flashes. ( Jesús Oviedo )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora