El lodo chocaba contra la suela de mis botas mientras corría por aquel sendero que estaba cubierto con una ligera capa de césped totalmente seco. Correr se había hecho una rutina, se había vuelto un "escape de la realidad", como lo diría Mike.Mi respiración entrecortada, las gotas de sudor que trazaban finas líneas desde mi cuello hasta mi espalda y el olor a lluvia hacían que tuviera una sensación familiar que sabría que extrañaría al irme con los Royals, ante aquel pensamiento una sensación de vacío se apoderó de mí. Odiaba a los Royals. Odiaba lo que hacían.
Divisé una gran casa llena de luces, una mujer sentada en una mecedora se encontraba afuera viendo a la nada con una linda bebé en brazos, era mi madre. Acelere mis pasos para poder llegar a donde estaba ella, que al verme, me dio una sonrisa ligeramente torcida.
— Cariño, volviste. Me sorprende que vinieras tan rápido — tome aire bruscamente—, eres de los que viene después de 1 hora de hacer ejercicios.
— Oh vamos, estás exagerando — dije rodando los ojos —. Vengo en menos tiempo.
— Te mandaré un reloj por Navidad para que comprobemos si en realidad es menos de una hora, Noah — la silueta de Mike se encontraba apoyada en el marco de la puerta —. Dame a Olivia, mamá.
— Claro cariño, toma — mamá le extendió a Olivia intentando no moverse demasiado. Después de todo, dar a luz hace unos días y no sentirse adolorida era imposible. Además de pasar de ser una de las mayores guerreras de los Royals para luego irse a dar a luz a cuatro hijos, parece no haberle sentado del todo bien.Pase por la puerta encontrándome a papá viendo fijamente mi maleta, entonces lo recordé, hoy me iba, no lo quería recordar realmente, solo quería...pensar, pensar de que no me iría con los Royals. De que mis padres no pudieran evitarlo, ya era inevitable, pero me odiaba a mí mismo por no haber dicho simplemente NO.
Me hubiera gustado quedarme a ver los primeros pasos de Olivia, ver la primera novia de Mike, ver a mamá con aquel vestido de flores que solo usa cuando está realmente feliz, ver a Mia intentando cocinar sin quemar la comida y ver a papá con un gran café en la mano y una de esas grandes sonrisas suyas.
Puse una mano en el hombro de él y pude ver cómo estaba llorando, este hombre siempre fue emocional.— Pensé que sería fácil...pero diablos, sí que duele — en un dos por tres, ya me estaba abrazando.
— Sabíamos que esto pasaría, papá, no hubo elección alguna — sobe su cabeza como si de un niño pequeño se tratara —. Quiero que sepas que no es tu culpa. Que cuando mañana me vaya con los Royals tú digas; ¡mi hijo volverá con vida!
— Tu madre está ocultando su dolor — papá se separó de mí y se limpió una lagrima —, esa mujer nació realmente tanto para ser una Royal, como para ser una luchadora.Sonreí ante su comentario y estuve a punto de responderle, pero fue entonces cuando Mía abrió la puerta de golpe, abrí mis ojos tanto que pensé que se iban a salir, ¿qué hace ella aquí?
— ¿Mia? Pero qué diablos... — dije en un susurro.
— ¡¿Qué significa que te vas?! — soltó de un grito — ¡No te irás! Joder, ¡no lo permitiré!
— Mía.. — papá quizo poner una mano en su hombro pero ella se alejó.
— ¡Nada de Mia! ¡Lo Prometimos! — Mia se acercó con ojos llorosos a mí y golpeó mi cuerpo débilmente con sus puños hasta romper en llanto —. Lo Prometiste...no..no te puedes ir...eres mi hermanito...
— Mia, cariño, escucha — puse mis manos sobres su hombros que estaban tapados con aquella chaqueta de cuero tan desgastada que tenía —, solamente iré ahí y volveré a salvo, lo sé, es peligroso, ¡pero soy Noah Souless!
— No lo aceptaré — mordió su labio inferior —..Tal vez...yo pueda..
— Basta Mía — papá habló con voz totalmente grave y a Mia se le erizo la piel —. No puedes venir de la nada a decirnos esto, decidido, Noah se va, quieras o no.
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The Royals.
Teen FictionRoyals y humanos, siempre tan diferentes,siempre tan sanguinarios,en una eterna lucha en saber quién acabará con quien primero. Noah nunca supo que hacía tan peligrosos a los humanos y Cassandra nunca sabrá lo que es ser un Royal, ninguno entenderá...