Capítulo 3; Cass.

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Después de aquella calurosa bienvenida, el encuentro con Cassandra fue una de las mejores pastillas anti-vómitos que se a podido crear en el mundo. Una chica con mas de una opinión que dar y miles de pensamientos raros.

La impresión que me había dado Cassandra a los pocos tres minutos de conocerla había sido impresionante, una  chica que te podía hacer reír mientras ella hablaba seriamente. Probablemente era sorprendente ver como se desenvolvía tan rápidamente.

— Muy bien Noah — dijo ella irguiéndose — ¿De donde vienes?
— Un lugar fabuloso, con olor a estiércol y granjas por donde veas — me puse en su misma posición —. Se llama Mordey.
— He oído de el. ¡Dicen que tienen las mejores paltas del país! — ,ella soltó una carcajada —. Te diré un secreto; yo amo las paltas.

Estuve apunto de reírme por aquel comentario, cuando de pronto, la puerta se abrió de golpe y un Koushiba con un nuevo cigarro se encontraba frente a mi.
Una mano están en su bolsillo y otra en su cadera, avanzó hasta Cassandra y yo y al ver a Cassandra sacó su cigarro de su boca y soltó una carcajada.

— ¡No puede ser! — dijo tapándose la boca fingidamente —. No creí que fuera rápida, pero sí que lo eres Cass.
— Lo sé, lo sé — ella se paro de donde estaba con una sonrisa que me dejó perplejo —. ¡Pero no pude resistirme! Un chico nuevo de Mordey no es común.
— Disculpa por la pregunta pero — me levante rápidamente quedando en el centro de ellos dos —, ¿me perdí de algo importante?
— Claro, claro me olvide de decírtelo — Kou sacó el cigarro de su boca y lo tiro por una ventana entrecerrada —. Noah, ella es Cassandra, aunque ya debes saberlo. Ella es mi más fiel amiga.
— Y además de eso, la más genial y única — dijo ella apoyando su mano en su hombro —. Soy perfecta para ser amiga de Kou.
— Oh linda, eres perfecta para todo — Kou curvo una sonrisa perfecta en sus gruesos labios.

Ella solo se rió de una manera exagerada, tan exagerada que me hizo dudar de que si en verdad lo que tenía enfrente era una mujer, una chica por lo menos.
Decidí dejar de hacer preguntas, no dije sobre la ceremonia de iniciación que parecía ya haber sido olvidada por ellos, no hice ninguna pregunta de cómo ella llegó a donde estaba y tampoco le pregunte a Koushiba como no se cansaba de fumar tantos cigarros.

Probablemente esa fue una de las únicas cosas útiles que me enseñó Mia; me enseñó a saber que existen dos tipos de pregunta: las que sabes que tienen respuesta y las que es preferible no saber cuál será la respuesta.

* * *

Me encontraba sentado en el escritorio de la habitación, intentando pensar en que ponerles a la familia. Tenía planeado decirles que todo iba estupendo y que me resintieron con una cálida bienvenida.

Saque mis audífonos de mi mochila y lo coloque con un MP3. Cogí la pluma y la coloque sobre la hoja suavemente.

Querida familia;

¿Se encuentran bien? Por qué yo ya me estoy acostumbrando a este "maravilloso" lugar, no es muy acogedor ya que la mayoría de personas aquí están concentradas es sus problemas. Como tú lo decías mamá; "cada loco con su locura".
Es raro escribir en estos tiempos, creo que mandarte un mensaje de texto con estas palabras hubiera sido mejor, pero oh sorpresa, yo no tengo celular.
Bueno, continuando con el tema, conocí a una chica, Cassandra, para amigos, Cass, es muy linda y se podría decir que una buena compañera.
También está Koushiba, es descendiente de una larga lista de culturas y religiones, es un tanto peculiar y...

— ..Y es muy sexy y chino — la voz de Koushiba hizo que el lapicero volara por los aires hasta caer en su mano —, sería una buena argumento,.
— ¿Cómo el de los cigarrillos salvadores del planeta? — le dije dándome la vuelta para reírme directo en su cara y quitar el lapicero de su mano —. Oh mejor aún, que te parece esto, "Queridos mama y papa, hoy vi como decapitaron a una niña que podría ser mi hermana, fue realmente emocionante además de saber que mi compañero de habitación es un fumador"
— Tu sarcasmo apesta — dijo Koushiba mientras se subía hasta su cama para sentarse en ella y verme desde lo alto.
— Cállate y ponte a fumar imbécil — le dije mientras me daba la vuelta para terminar de escribir la carta.
— Oh Noah, te ignoraría mientras fumo en estos momentos, pero se me acabaron los cigarros.

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